El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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La tripulación Star Rock había llegado a la misteriosa isla Slump, un lugar envuelto en un aura de misterio y fascinación que había intrigado a marineros y aventureros durante generaciones.
Slump emergía del océano como un espectáculo de contrastes y contradicciones. Sus acantilados escarpados y rocas erosionadas por las implacables olas rodeaban las costas, creando un horizonte imponente y majestuoso. Sin embargo, más allá de la aparente desolación de sus costas, la isla estaba viva con la exuberante vegetación tropical que cubría su superficie.
Palmeras altas y frondosas se alzaban hacia el cielo, meciéndose con gracia en la brisa marina, mientras que helechos y lianas se entrelazaban en un ballet verde que parecía extenderse hasta el infinito. Era un paisaje exótico y selvático, donde la naturaleza reinaba en su forma más prístina y salvaje.
La tripulación de se dirigió hacia el lado de la isla conocido por ser el lugar donde se armaban y reparaban barcos piratas. Las leyendas hablaban de hábiles artesanos y navegantes que encontraban refugio en Slump, utilizando sus habilidades para mantener en funcionamiento las embarcaciones que surcaban los mares en busca de aventuras y tesoros.
Con una mezcla de cautela, los miembros de la tripulación descendieron del barco y pisaron tierra firme en la isla Slump. El aire estaba cargado de electricidad y anticipación.
El aire sopló con fuerza, como si la propia isla Slump les diera la bienvenida a la tripulación de Star y a su intrépido capitán. Las ráfagas de viento agitaban las hojas de las palmeras y hacían bailar las ramas de los árboles, creando una melodía natural que resonaba en el ambiente.
Mientras la tripulación desembarcaba y se adentraba en el puerto, algunos comerciantes locales los observaban con cautela, sus miradas cargadas de suspicacia y temor. Para ellos, cada barco que llegaba a Slump representaba una nueva incógnita, un posible peligro acechando en el horizonte.
Otros comerciantes, acostumbrados a la constante llegada y partida de barcos, simplemente ignoraban la presencia de Star Rock, asumiendo que era solo otro navío pirata sin importancia. La vida en Slump estaba impregnada de un sentido de desconfianza y desapego, donde la ley del más fuerte a menudo prevalecía sobre cualquier otro principio.
En medio de la multitud que se agolpaba en el puerto, un chico pelinegro y risueño observaba a la tripulación con cierta expresión de duda en su rostro. Sus ojos oscuros brillaban con curiosidad y cautela, como si estuviera evaluando a los recién llegados y tratando de descifrar sus intenciones.
La mirada del chico se encontró con la del capitán de Star Rock, un hombre curtido por los rigores del mar y con una determinación inquebrantable en su mirada. Durante un breve instante, hubo un intercambio silencioso de reconocimiento entre ambos, como si cada uno estuviera evaluando al otro, midiendo fuerzas en un juego sutil de voluntades.
Mientras tanto un señor robusto se dirigió hacia el chico pelinegro con un tono autoritario, rompiendo así la ensoñación del joven que estaba perdido en sus pensamientos. "Changbin, cuántas veces te he dicho que no te quedes mirando así a los clientes", reprendió, su voz resonando con firmeza en el ambiente tenso del lugar.
