El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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La tripulación del Star había estado navegando sin descanso durante cinco días, avanzando hacia su primera escala desde el incidente en la isla Slump. En esta nueva isla, el Capitán Hyunjin tenía una reunión crucial con el líder de una tripulación más pequeña y menos poderosa que la del Star Rock, pero aún así bastante influyente en el mundo de la piratería. Este líder tenía en su poder una brújula que, según se rumoreaba, podía conducir directamente al lugar que el Star había estado buscando durante años.
La sorpresa de Felix era palpable. ¿Por qué este capitán desconocido estaría dispuesto a entregar un objeto tan codiciado con tanta facilidad?
Aunque a cambio la tripulación del Star le ofrecería un montón de objetos preciosos de todos los rincones del mundo, algunos de ellos muy caros, no era nada comparado con el tesoro al que conducía esta brújula. Felix aún no podía creer que el intercambio se realizaría tan fácilmente como creía Hyunjin. Para él, había muchas posibilidades de que todo saliera mal. Pero parecía ser el único que pensaba así, y empezaba a sentirse paranoico.
Solo quería seguir con vida, y le sorprendería que esta escala se produjera sin amenazas ni peleas.
En el peor de los casos, le dará una excusa para que su bello capitán lo protegiera.
"Vamos a llegar pronto, vuelve rápido a la cubierta, Felix," dijo Hyunjin.
Felix saltó y se llevó la mano al pecho, como si eso pudiera calmar su corazón y su respiración acelerada. Al darse la vuelta, se encontró cara a cara con el capitán, quien como siempre lo miraba con desprecio, aunque sus ojos decían lo contrario.
"Te gusta asustarme constantemente. Eres un poco bromista," dijo Felix con una pequeña risa.
"Detente ahora mismo."
"Sí, lo siento."
Felix se giró hacia el mar, evitando la mirada de Hyunjin como un niño al que su papá acaba de regañar. Observó el sol en el cielo para saber la hora. Ya casi estaba encima; se acercaba el mediodía y todavía no había preparado la comida para la tripulación.
"Voy a preparar rápido la comida, no me di cuenta del tiempo."
Apenas tuvo tiempo de dar dos pasos antes de que Hyunjin lo detuviera agarrándole la muñeca. En su prisa por detenerlo, lastimó al menor e inmediatamente se disculpó.
"Déjalo, Yeonjun se encargará de ello."
"¿Qué...?", dijo Yeonjun, deteniéndose repentinamente en su caminar.
"Sí, y además ya deberías estar corriendo para ir a la cocina."
"Bueno, capitán," respondió Yeonjun, luego miró al pecoso y le susurró: "Me deberás un favor."
Felix lo dejó pasar; ese tipo era realmente demasiado molesto para que entendiera sus acciones.
El menor se volvió hacia Hyunjin con una mirada inquisitiva y quitó su mano de su muñeca.
