El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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El aroma tranquilizador del océano se extendía por el aire. Era un día abrasador, y el agua reposaba en una serenidad absoluta, apenas alterada por la suave brisa que danzaba entre las rocas de la isla Slump. El sol, resplandeciente en lo alto, bañaba la costa con su cálido resplandor, creando destellos plateados sobre las olas que acariciaban la orilla con una cadencia hipnótica.
"¿Cómo estamos con las provisiones?", preguntó Hyunjin, su mirada fija en el horizonte mientras Bang Chan vigilaba atentamente.
"Bueno, tenemos suficiente para algunos días más, Capitán, pero una vez que lleguemos a la próxima isla, deberíamos abastecernos de un poco de todo. Ya sabes cómo es la tripulación, siempre hambrientos y la comida desaparece rápidamente", Chan respondió con una sonrisa juguetona que resaltaba sus hoyuelos.
Hyunjin asintió con complicidad, consciente de la voracidad de su tripulación, aunque no era un problema que le preocupara demasiado. Tenían suficiente oro para comprar la comida que necesitaran.
"Por supuesto que lo sé, Chan. No me sorprende en lo más mínimo", respondió Hyunjin con una risa ligera, mientras dirigía su mirada hacia el área de reparación del barco, impresionado por la destreza de los artesanos a bordo.
Habían pasado aproximadamente tres días desde que habían llegado a esa isla. La reparación de la sección dañada del barco estaba casi completa; solo faltaban unas horas más para terminar y mejorar aún más la nave.
Mientras Hyunjin seguía observando y conversando con Chan, su atención se desvió hacia un chico rubio y otro pelinegro, ambos con sonrisas mientras conversaban.
A Hyunjin realmente no le molestaba que algún miembro de su tripulación entablara conversaciones con extraños. Sin embargo, el hecho de que cierto chico le dirigiera una sonrisa de una manera que nunca antes había visto hacia otra persona le causaba un cierto malestar. Había algo en Changbin que no le agradaba a Hyunjin, y en cierta medida no tenía que ver solamente con la relación que mantenía con Felix.
Por esa misma razón, decidió que era hora de dirigirse hacia cierto chico con un cierto enojo cuando la mano de Changbin se posó en los hombros de Felix, regalándole una amplia sonrisa.
"Si me disculpas, Chan, necesito ir a discutir sobre las mejoras del barco", Hyunjin habló apartando la mirada de un punto distante, dirigiéndose hacia su primer oficial.
"Entiendo, pero no preferiría que fuera yo. No debería ser usted, es el capitán. Es mi deber como su subordinado", Chan respondió mirando al mayor con ciertas dudas.
Hace un momento Chan había hablado con Hyunjin y este le había indicado que no era realmente necesario saber los detalles del área que estaban ampliando en el Star. Sin embargo, ahora su capitán lo solicitaba. Algo extraño estaba sucediendo, eso lo percibía Bang Chan claramente.
"Chan, ya has trabajado bastante estos días. Lo mejor que puedes hacer ahora es descansar. Déjame encargarme de esto y ve al barco para asegurarte de que nuestras armas y espadas estén en perfecto estado. No queremos alarmar a esta isla ni dar motivos para que piensen mal de nosotros", expresó Hyunjin con firmeza, sabiendo que su decisión era definitiva y que cualquier objeción sería en vano.
