El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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Hyunjin estaba concentrado en inspeccionar un antiguo cofre en la cueva, mientras el silencio pesaba sobre todos ellos. La brisa marina se filtraba por la entrada, creando un leve murmullo, pero su mente estaba lejos, enfocada en el comportamiento errático de su brújula y en las crecientes sospechas que lo atormentaban desde hacía días. A medida que la luz en la cueva disminuía, Hyunjin empezaba a sentirse más inquieto, justo cuando Chan apareció corriendo con una expresión de preocupación.
"Hyunjin, algo anda mal," dijo Chan, con la respiración agitada.
Hyunjin se giró de inmediato, captando la urgencia en la voz de Chan. "¿Qué sucede?"
"Beomgyu... no ha regresado," explicó Chan rápidamente. "Se suponía que debía encontrarnos aquí para avisarnos que todo estaba bien, pero no ha llegado."
El mal presentimiento que Hyunjin había estado intentando ignorar se intensificó al escuchar eso. Su corazón comenzó a latir más rápido, y una sensación de peligro inminente se apoderó de él.
"Si no volvemos pronto, estaremos en problemas cuando caiga la noche," continuó Chan, lanzando una mirada hacia la entrada de la cueva, donde el cielo ya empezaba a teñirse con los tonos dorados del atardecer.
Hyunjin sabía que no podían perder más tiempo. La noche estaba casi sobre ellos, y si no volvían al barco, las consecuencias serían desastrosas. "Reúne a todos," ordenó con firmeza. "Tenemos que regresar al barco de inmediato."
Chan asintió, pero antes de irse, Seungmin, que estaba revisando una vieja estantería en la cueva, se acercó a Hyunjin. "¿Qué estamos buscando exactamente, capitán? ¿No deberíamos haber encontrado ya lo que necesitábamos?"
Hyunjin le dirigió una mirada seria. "Creo que ya tenemos el objeto que vinimos a buscar, pero ahora es más importante asegurarnos de que todos estén a salvo. No podemos quedarnos aquí más tiempo."
Seungmin asintió en silencio, comprendiendo la gravedad de la situación. Sin más preguntas, se unió a los demás, quienes ya se preparaban para salir de la cueva. Hyunjin respiró hondo, intentando controlar la preocupación que lo embargaba, antes de dar la señal para avanzar hacia el barco. Sabía que algo no estaba bien, pero hasta que no estuvieran a salvo en su nave, no podría investigar más a fondo.
Cuando llegaron al pueblo, la tensión en el aire era palpable. Los edificios y las calles, que normalmente estarían llenos de vida, estaban desiertos, sumidos en un inquietante silencio. A lo lejos, Hyunjin divisó una figura conocida que lo hizo detenerse en seco: Hongjoong, la mano derecha de Wooyoung. La mera visión de él confirmó sus peores sospechas.
"¡Alerta!" murmuró Hyunjin, sin quitarle los ojos de encima a Hongjoong mientras levantaba una mano para indicar a los demás que se detuvieran. "Nos separamos en grupos, ya saben el plan."
El equipo se dividió rápidamente, tal como Hyunjin había ordenado. El primer grupo, liderado por Hyunjin, incluía a Felix, Chan, Changbin, Seungmin y Jeongin. Ellos serían el equipo de confrontación, preparados para enfrentarse directamente a cualquier amenaza. El segundo grupo, compuesto por Heeseung, Soobin, Yeonjun y Niki, tenía la misión crítica de llegar al barco y asegurarse de que estuviera listo para partir. Finalmente, el tercer grupo, formado por Jake, Jungwon, Taehyun y Sunoo, se movería estratégicamente como carnada, distrayendo a cualquier enemigo que intentara seguirlos.
