El siglo XVI, la edad de oro de la piratería.
Los mares del Sudeste Asiático están gobernados por piratas que establecen sus propias leyes. La competencia es feroz entre ellos, todos quieren dominar los mares y océanos, mientras buscan hacer temer s...
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En la cubierta del barco pirata, el sol arroja destellos sobre las olas, creando un escenario de belleza y excitación. Los piratas, con la adrenalina palpable en el aire, se agolpan alrededor del timón, ansiosos por emprender su próxima aventura. La voz del capitán retumba con autoridad:
"¡Eleven anclas!"
El sonido metálico de las cadenas resonando contra el casco del barco llena el aire, mientras los marineros ejecutan sus labores con precisión y determinación. Con esfuerzo coordinado, las enormes anclas emergen del océano, liberando al navío de su anclaje con la tierra firme.
Con el crujido de las velas y el chapoteo del agua bajo la proa, el barco pirata se desliza majestuosamente hacia las profundidades azules, listo para explorar nuevos horizontes y desafiar las olas turbulentas.
Al no tener nada que hacer, Felix se dirige a la sala reservada con el capitán. Golpea la puerta de madera con determinación y entra con resolución, encontrándose con la mirada penetrante del capitán Hyunjin.
"¿Cuánto vale para mí tu visita, Felix?", pregunta el capitán desde su imponente sillón de terciopelo, mientras la intriga brilla en sus ojos.
Felix, aunque algo intimidado por la presencia del capitán, no retrocede. Sabe que es el momento perfecto para indagar sobre los objetivos de la travesía.
"La comida está lista y no tengo nada que hacer, así que pensé que era el momento perfecto para conocer un poco más sobre tus objetivos", explica Felix con valentía.
Hyunjin, con su aura de misterio y autoridad, responde con cautela: "No es asunto tuyo, Felix. Cuanto menos sepas, mejor será para tu seguridad".
"Pensé que formaba parte de la tripulación", comenzó Felix, buscando una explicación a su deseo de conocer más.
"Sí, pero nunca intervendrás en nuestros asuntos, así que no tiene sentido que sepas todo esto", respondió Hyunjin, con una firmeza que dejaba poco espacio para la discusión.
"Quiero ser útil, tengo que estar tan informado como los demás en este barco", insistió Felix.
Hyunjin lo miró a los ojos durante un largo momento, su mirada casi desestabilizó a Felix. Sin embargo, este último mantuvo su posición, ansioso por conocer los planes del capitán.
"Cuanto más sabes, más peligro corres. Eres un blanco fácil, obtener información tuya sería un juego de niños", advirtió Hyunjin, con un tono que transmitía seriedad.
"Como si mi seguridad realmente te importara", respondió Felix, inflando sus mejillas al término de su oración.
"Eres parte del Star. Como buen capitán que soy, debo garantizar tu seguridad", dijo Hyunjin con una media sonrisa, reconociendo implícitamente la importancia de Felix dentro de la tripulación.
Casi Felix se sonrojó. Bueno, definitivamente se estaba sonrojando. Estaba sorprendido de descubrir que era importante a los ojos del capitán, aunque solo fuera un poco.
