"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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Después de 5 años de casadas, de aparentar ante los demás ser la pareja perfecta, de tratar de que me vea más que un simple contrato si no una mujer inteligente, hermosa, y amorosa.
No lo conseguí, ella me odia por alguna razón que desconozco, no me dió nunca la oportunidad de hablar por más que intenté ser ser buena esposa y tratar de que me conociera. Después de todo estábamos casadas por lo que no podíamos cambiar eso pero, aún así nunca lo permitió.
Irónico.
Es la mujer más deseada del país, millonaria, guapa, inteligente, fría, poderosa, carismática. La gente le tiene miedo por su carácter y mirada, mientras que yo soy la envidia de todas las mujeres por tenerla a mi lado, 'La única que conoce su ternura, pasión y amor.' ¡Ja! El chiste del año. Si supieran la verdad de que a penas cuando estamos solas es un iceberg, calculadora, cruel y despreciable, soy quién más padece de su mal carácter.
A veces me pregunto... ¿Porqué si existen tantos y tantas en el mundo, porqué tenía que ser ella con quién me obligaran a casarme? Por más que la quisiera yo JAMÁS me dejaría humillar.
Y menos por ella.
— ¿En qué piensas? -escucho a Gigi, mi mejor amiga. Sabe todos mis secretos e incluso mi historia con Taylor.
— Nada, solamente en la reunión de mañana. Los inversionistas están inquietos.
— Es de esperarse, es la primera vez que Taylor pide una reunión con tanta antelación... ¿No te ha dicho nada?
— Soy la última persona a la que le diría algo excepto "¡Desaparécete! ¡No te quiero ver!" O todo lo despreciable que pueda existir. -dije encogiéndome de hombros.
— Dios ¡Tan lindas que se ven! -La miré con cara de matarla.
— La gente las adora, ella es fan guapa y tu no estás nada mal. Lástima que todo sea mentira.
— ¿Qué puedo decir? No siempre tenemos lo que queremos. -suspiró.
— ¿Porqué te odia tanto? Aunque Amelia tu tampoco eres nada dulce, también la tratas distante y muy cruel... a veces.
— ¿Qué crees? ¿Después de tanto ser amable, querer hablar con ella para que luego siempre me trate a patadas quieres que sea amable?
— Es una lástima, porque a esa bombón la drogo y me la llevo a la cama.
— ¿Drogada? -reí- Esa mujer es imposible y ni así. Aunque debe ser buena en la cama...
— Yo no puedo entender como tú, con ese cuerpazo y esa carisma. Y ella tan bien distribuida nunca en cinco años de casadas se hayan acostado.
