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¡Piensa rápido Amelia! Piensa...
¡¿Cómo puedo llegar hasta aquí?! ¡Mataré a quién la dejó pasar, lo juro!
-Señora Taylor. -interrumpe Harry sorprendido de verla aquí, el sabe que ella no tiene idea de que la empresa es mía.
-Buenas tardes. -responde sin dejar de verme y a mi no me responden nu las piernas ni el cerebro. -Vine a hablar con usted.
-¿Conmigo? -la rubia asiente y se acerca a mi.
-No me haz respondido, ¿Qué haces aquí Amelia?
-Yo... -miro a Harry por ayuda y a Olivia que no sabe qué hacer.
-¿Qué necesita hablar conmigo señora Swift? ¿Y cómo pudo entrar? -Pregunta Harry al ver que me quedó estática.
Pero eso mismo quiero saber yo.
-Es que... ¿Amelia qué haces aquí? -cambia de tema.
-Veo que se conocen. -escucho decir a Harry. La mirada de Taylor pasa directo a él con sospecha.
-Todo el mundo en esta ciudad saben que la señora es mi esposa. -lo dice con un tono que hasta me sorprende.
-¿Tu qué haces aquí Taylor? -le pregunto en el momento que mi cerebro empieza a razonar.
-Vine a hablar con el señor Styles sobre un negocio.
-¿Sobre nuestra empresa o tu empresa? -la miro inquisitiva aunque es obvio que ya sé la respuesta.
-Amelia ahora no, además ¿Por qué estás tan nerviosa?
-No estoy nerviosa es solo que... Yo vine a lo mismo. -Dios ¿En que problema me estoy metiendo? -Hablar de negocios...
-¿Ustedes dos? -la rubia nos mira y Harry toma el control sobre la situación cuando le hago señas. -¿Y de que negocios estaban hablando?
¡Trágame tierra!
-Sobre seguridad. -responde el ojiverde antes que yo. -Pero me imagino que lo han hablado ya entre ustedes. -observa a mi secretaria, se le acerca y le dice. -Tranquila Olivia, yo me encargo de la señora.
-El sistema de seguridad es bastante explícito y difícil de burlar. ¿Cómo subiste? -le pregunto, estoy muy molesta y desconcertada.
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Regresa a mi - Taylor Swift y tú.
Fanfiction"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos. Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato... A penas hablamos y...