"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✯¸.•'*¨'*•✿ ✿•*'¨*'•.¸✯
Tengo tanta rabia que no se por dónde descargarla, ¿Cómo se atreve Amelia a hablarme de esa manera y techarme de la oficina?
—Tay esa mujer nunca nos va a dejar en paz. -Dios. ¿Por qué tiene que llorar por todo?
—Karlie no llores, sabes que no me gusta verte así. No lo hagas caso a Amelia.
—Me trató muy mal Tay. Me culpa por su divorcio aún sabiendo que mató a nuestro hijo. -de solo recordarlo me hierve la sangre.
—Karlie cálmate, esos ojitos no deberían estar llenos de lágrimas, a mi también me duele lo de nuestro hilo, pero ya estamos juntas y tendremos más.
—¿Lo prometes? Amelia se puede meter otra vez entre nosotras.
—No lo va a hacer, ella sabe que la destrozaría únicamente si lo intenta. -la abrazo hasta que se calma y Katy, mi secretaria le trajo algo para beber. —¿Karlie?
—¿Si, amor? Oye, ¿Alguna vez te he dicho que me gusta estar entre tus brazos? -sonrío por ese comentario.
—Es bueno saberlo, y ver que estás más calmada. -asiente. —Kar, ¿Qué hacías en la oficina de Amelia?
—Te dije que me equivoqué de oficina, creí que era la tuya. -la observo y no se porque siento que me miente. Pero es Karlie, ella jamás me mentiría, es muy inocente y bondadosa para eso. —¿Me crees?
—Si te creo, solamente que debiste preguntar en recepción, nuestras oficinas están de extremo a extremo.
—No había nadie, yo solo quería darte una sorpresa pero no pensé pasar un mal rato.
—No te preocupes, Amelia no va arruinar nuestra felicidad.
—Eso espero... ¿Podemos salir hoy? Desde que nos reconciliamos no hemos podido estar solas, te extraño.
—Y yo a ti amor, pero tengo mucho trabajo. -me hace pucheros e insiste, se me había olvidado lo caprichosa que puede llegar a ser. —Quiero organizar todo para que mi estadía aquí no sea larga.
—Pero en la noche puedes ir a mi casa, te sabes el camino de memoria. -extrañaba esa picardía que la caracteriza, pero no se por qué no se siente bien aceptar su invitación.
—Está bien, voy a ir... solo espérame.
—¡Bien! -salta como niña chiquita que le acaban de dar un caramelo. —Voy a prepararte una noche inolvidable. -me da un beso y sale de mi oficina.
Desde que Karlie y yo nos separamos, nunca he estado con otra mujer, no por que no desee, pero juré que le sería fiel y por eso ni con Amelia, aunque sería la última mujer en quien me fijaría...
