"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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Estoy feliz, jamás pensé que estaría en la casa de los abuelos de Taylor además de ir paseando por el pueblo agarradas de la mano como novias mientras me contaba historias.
Hablábamos como personas normales y contándonos nuestras cosas, esas que debimos de hacer antes de casarnos y no ahora.
—Te ves distraída, ¿Quieres irte? -escucho que me dice la rubia.
—No, la estoy pasando muy bien. -de verdad solo espero que esto dure.
—Me alegra, mi tío querpia verte desde hace días. El te quiere mucho. -sonreí.
—Y yo a él, es el único en tu familia que vale la pena. -me mira sin decir nada. ¿Es que por qué debo de pensar en voz alta? —Lo siento.
—Sé que mi familia no se ha portado muy bien contigo, papá a penas te habla y mamá y Blake no son específicamente amables.
—No se por qué les caigo mal si no les he hecho nada, pero uno no es moneda de oro para caerle bien a todo el mundo. -me encogí de hombros.
—¿Sabes que a Blake le encanta tu marca? Usa toda tu colección y la que vas a lanzar ya la está pidiendo por adelentado. -habló con humor.
—Si lo sé, me he dado cuenta de que usa toda la ropa, carteras y accesorios.
—¿Te imaginas lo que haría si se entera de que eres la dueña? -reímos.
—Seguramente presumir con sus amigas y con la sociedad de que su cuñada es la dueña y que tendría todo primero que nadie. -Para eso si sirvo. —No te ofendas, pero tu hermanita sabe lucirse y utilizar lo que tiene cuando le conviene.
—Te entiendo, tampoco te cae bien. -me mira apenada.
—No me caen bien pero las he tolerado porque son tu familia y no quiero más problemas, pero a veces son insufribles. -ruedo los ojos y ella ríe.
—¿Cómo lo que sucedió en el club?
—Una cosa es que las tolere Taylor, pero otra cosa es que me deje humillar y eso no se lo permito a nadie. -la miré seria.
—¡Chicas! -nos grita el tío que se quedó atrás y nosotras esperamos hasta que se acerce a nosotras. —Me imagino que se quedan a dormir hoy porque ya es tarde y no van a tomar la carretera de noche.
Nos miramos las dos, Taylor me mira de forma pícara y yo me siento ponerme roja.
[...]
Seguimos paseando por el pueblo sin decir nada hasta que se hizo de noche y regresamos a la cabaña. Mi esposa hacía la cena mientras su tío y yo hablábamos en la sala.
