"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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Me despierto y Amelia aún duerme, a penas pude cerrar los ojos pensando tanto.
Salgo a mi habitación, me arreglo y bajo a la cocina a supervisar el desayuno de la ojiverde.
—Buenos días señora, su desayuno está listo.
—Gracias Dorotea, ¿Qué le hiciste de comer a Amelia?
—Ensalada de frutas con su respectivo café, porque si no no siente que no se ha despertado, ah y galletas también.
—Mhm, ella no debería tomar café.
—La idea es que la señora coma, pero cada tres o cuatro horas para que el azúcar no se le baje, no quitarle lo alimentos.
—Lo sé, está bien pero sin abusar. Voy al despacho a revisar algunos documentos.
Al entrar me concentro en documentos de V-Technology&CIA, necesito concretar el negocio con ellos, sus dueños están mal si no quieren hacer negocios conmigo.
Llamo a Selena, quiero que se vaya temprano a esa empresa personalmente y concrete una cita sin excusas, después voy al comedor a desayunar, Dorotea ya tiene la mesa lista cuando vemos a Amelia bajar.
—Buenos días. -habla.
—Buenos días señora, ¿Cómo durmió?
—Bien Dorotea, gracias. -yo leo el periódico ignorando su conversación.
—Le hice un rico desayuno y su café, venga a comer.
—Gracias Dorotea pero si quieres ponlo para llevar, tengo que revisar unos documentos y no puedo perder tiempo.
—Pero señora...
—Dorotea no insistas. -esta mujer es irresponsable, como no se cuida... Dorotea va a agarrar su desayuno pero la detengo.
—Deja el plato donde esta. -ella asustada lo suelta y la ojiverde tiene su mirada en mi aunque no la vea. —Amelia siéntate a comer si no quieres que te siente yo.
Dorotea al escucharme se retira y la castaña sigue parada en la mitad del comedor, la observo y su mirada es entre molesta y desconcertada.
—Siéntate ahora Amelia. El médico fue claro en que debes de cuidarte más y la empresa puede esperar, por algo eres la jefa.
—Debo dar el ejemplo y llegar temprano.
—Amelia no me hagas ir hasta allá y darte la comida en la boca como a una niña porque no lo eres. Deja de ser malcriada.
—No soy malcriada. -se aproxima y se sienta a la mesa. —No me digas lo que debo de hacer y mucho menos en ese tono si no quieres el café en tu perfecto traje de...
