"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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Llego a casa de mi familia y como era de esperarse mi madre y mi hermana me esperan con sus quejas continuas sobre Amelia y el club.
—¿Sabes lo que me dijo? Que si no fuera por ella nosotras no estaríamos en ese club y que era mejor que supiera cuál es mi lugar. -se quejó mi mamá.
—Si hermana, ¡También dijo que si quería nos sacaban de ahí!
—¿Taylor no vas a decir nada? Amelia nos insultó a tu madre. -se señala a ella misma. —A tu hermana y a la pobre de Karlie. -me regaña como si fuera una niña.
—¡Si! Le dijo que no se sabía comportar y que eso de ser la señora Swift tendría que esperar porque ella aún es tu esposa. -completa mi hermana.
—Taylor Alison Swift, ¡Te estamos hablando y no dices nada! -reprocha al ver que las estaba ignorando.
—Y que quieres que te diga madre, Amelia tiene razón. -me miran con los ojos tan abiertos que se les van a salir. —No me miren así, si ustedes tienen una membresía en ese club es porque ella lo solicitó después de que nos casemos, así que si están ahí es por mi esposa y ella las puede mandar a mandar a sacar de ahí aunque sea difícil, pero no imposible. Recuerden que su apellido está en la entrada como una de las familias fundadoras, ¿Lo recuerdan? Y respecto a Karlie pues también es cierto. Amelia sigue siendo mi esposa así que no se que quieren que les diga.
—¡Pero no es manera de tratarnos! Además tu también eres influyente y somos una familia igual de poderosa que la de ella. -me río del comentario que hizo mi madre.
—Mamá podemos haber subido un par de escalones en esta sociedad, tenemos un patrimonio bastante considerable pero aún somos los nuevos y no podemos competir con el apellido Ricciardi, por dios familia. Ustedes me obligaron a casarme con ella precisamente por lo que su dinastía representa en el mundo y ahora resulta que lo olvidaron. Tengamos igual o más dinero hay que reconocer que el apellido Swift nunca pesará lo mismo que el de Amelia y su familia. Asi que dejen ya de provocar a mi esposa y permitan que este divorcio se lleve a cabo sin problemas.
Ellas están con la boca abierta proque apuesto a que no se esperaban mi respuesta ni que defendiera a Amelia.
—Y recuerda madre, muchos de tus privilegios están ligados a ese apellido, así que si quieres seguir difrutando de ellos es mejor que tengas cuidado con lo que haces o dices hacia Amelia.
—¡La estás defendiendo a ella y no a nosotras que somos tu familia! -me responde mi madre indignada. —¡Esto es increíble! ¿Se te olvidó lo que te hizo? ¿Lo que nos hizo?
—Es obvio que eso no se me olvida mamá porque tu me lo recuerdas cada que puedes, pero está claro que a ti se te olvida como has llegado a tener todo lo que alguna vez deseaste. -dije con una sonrisa sarcástica al final.
