"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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Necesitaba besarla porque desde el momento en que la vi en ese vestido me ha estado torturando.
Se supone que solo iba a ir a buscarla, llegaríamos juntas a ese evento y la gente dejaría de decir que no estamos juntas; Si, me molesta que la gente -que los hombres- piense que Amelia está disponible ¡Porque no lo está!
Pero cuando la vi con su nuevo peinado y el vestido mostrando sus piernas me quedé sin aliento.
Bien podía con eso hasta que se volteó y me mostró su espalda con la abertura hasta su zona lumbar. Mi cuerpo se encendió de una manera tan voraz que me costó un mundo no arrancarle ahí mismo el vestido.
Y me di cuenta que si yo me puse así entonces como se pondrían todos los babosos que la vieran y la ira se me subió a la cabeza.
¿Por qué tenía que ser tan coqueta y altanera en vez de ayudarme a resistirme? Pero no, ella juega conmigo y sale moviendo sus caderas al ritmo de la música.
Duré toda la noche escuchando preguntas, aclarando rumores y viendo cómo habían hombres que la devoraban con la mirada, yo debía de callarlos a todos así que la invité a bailar; no debí.
Tocarla fue mi kriptonita.
Su espalda tan suave, tal cálida, su olor, sus labios y ella tan enrojecida, le gustaba mi toque y mis caricias. La quería tan cerca de mi que quería que fuera mía y sólo mía, tal como la quería cuando la conocí. Quería saber si de verdad le dolió verme con Karlie.
Me miraba con esos ojos tan claros y decididos, pero dolidos porque no le creía, la necesitaba por eso la besé.
Y si su tía no hubiera interrumpido el baile juro que la hubiera comido en un beso ahí mismo. Esta noche ha sido una tortura así que no aguanté más y por eso al llegar a su casa lo único que me nació -después de que decía cosas sin sentido- fue besarla.
Ahora aquí estoy besando estos labios que moría por volver a besar y soy correspondida con las mismas ansias que yo doy.
La pego más a mi sintiendo la calidez y suavidad de su espalda cuando sin darme cuenta ya la tengo acorralada en la pared. Es tan dulce, tan apasionada, paso mis manos por toda su figura sintiendo que me quemo.
Paso mis labios por su cuello y me da acceso.
—Taylor. -gime. Se escucha tan bien mi nombre en su boca. —Para... -¿¿Qué?? ¡Ni loca!
Vuelvo a besarla e invado su boda quedando sin aliento, la siento tan Mia que no me importa el mundo. No me importa el pasado porque sólo somos ella y yo. Saco un gemido de sus labios y ese fue mi detonante a la locura.
La tomo por la cintura llevándola hasta la mesa que estaba en el comedor, siento sus manos enredándose en mi cabello, en mi espalda. La ropa me estorba que me quito el saco sin dejar de besarla y ella me ayuda. Paso mis manos por sus muslos invadiendo su vestido y ahora es ella quien me acerca más hacia ella.
