"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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¿Pero Taylor está mal de su cabeza o que diablos le pasa?
—¿Señora está bien?
—No, tu jefa me tiene de mal humor, ¿Cómo se atreve a decirme qué hacer?
—Pero no se moleste, ella solo está preocupada.
—Preocupada un demonio, que se preocupe por su novia. ¿A estas alturas se va a venir a preocupar por mi? ¡Pues no!
Salgo de la casa y pregunto a John que es uno de los hombres de Taylor.
—¿Dónde está mi auto?
—¿Señora se lo mando a traer? Pero la señora dijo que no podía salir de casa.
¿Pero que rayos? ¡Ahora resulta que Taylor se preocupa por mi! Agarro mi teléfono y llamo a un taxi.
—Señora recuerde, terminó ayer en el hospital, ¡Por favor! -grita Dorotea.
—Le van a decir a su señora que por favor se ocupe de su vida, a buena hora se viene a preocupar por mi.
—¡Señora! -veo a Dorotea toda angustiada. —Déjeme la acompaño.
—¡No! -llega el taxi. —Tu jefa no es nadie para decirme qué hacer o no hacer y menos a estas alturas. ¿Por qué no lo hizo cuando estábamos juntas? No...
—Mi niña, pero entiende...
—No quiero entender Dorotea, ¿¡Por qué soy yo la que debe de entender!? Me voy, ¡Adios!
Después de media hora llego a mi departamento, me baño, aún sigo furiosa con Taylor.
¿Por qué tenía que ser débil y llorar ante ella al contarle eso?
Por lo menos no le dije por qué acepté casarme y creer que de verdad le gustaba...
Soy una idiota, ¿Cómo puedo dejar que mis sentimientos me sobrepasen? Soy una estúpida en palabras mayores.
Al salir del baño escucho mi teléfono.
—Hola Olivia, ¿Que sucede?
—Señora aquí está la señora Gómez en persona solicitando una cita con usted.
—¡Dios pero que insistencia! Dile que no estoy en el país.
—Dice que no se va a r hasta no tener una cita concretada.
—Demonios, dile que mañana llame para darle una cita.
—¿Y si no quiere?
—Dile que somos personas serias y que mañana tendrá su cita.
Cuelgo y no entiendo, ¿Qué quiere de mi a estas alturas después de que en cinco años me ha tratado como a un perro?
