"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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Solo pido tranquilidad, paciencia para mantener el control y olvidar en este momento quién es esta mujer.
—Buenas noches señora Taylor. -me abre la puerta una de las chicas de servicio.
—¿Cómo estás? ¿La señora ya está en la casa? -asiente.
—Esta en el jardín, ¿Quiere que le avise?
—No es necesario, yo pasaré. -digo y le doy una sonrisa amable.
—¿Desea algo de tomar señora? -me pregunta.
—Puedes llevarme un café, gracias.
—¡Tía! -veo a mi ahijada salir corriendo hacía mi.
—¡Mi amor! Que hermosa estás. -la alzo.
—¡Gracias tía! ¿Verdad que estoy muy linda? -me mira con tanta emoción que me hace derretir de ternura.
—Divina cariño, este vestido te queda hermoso. Vas a romper muchos corazones. -le hago cosquillas. Tiene un vestido rojo con verde y dos lacitos en su cabello, está muy linda.
—No habías venido a verme. -hace un puchero después de dejar de reírse.
—Lo sé pero la madrina ha tenido mucho trabajo. -camino con ella en razos hacía el jardín donde está mi suegra con la tía Alicia.
—Vaya. ¡Esto si es una sorpresa! -grita la tía cuando me ve y mi suegra voltea. —Nunca nos habías visitado sin Amelia. -me da un beso. —Me alegra que estés aquí aunque a vecesno me caigas bien. -susurra.
—¿Cómo está? Vine a hablar con mi suegra. -mi sonrisa no es la más verdadera que digamos.
—Bien entonces pasa. -me dice. —¿Sabes jugar ajedrez? -asiento porque soy la mejor.
Bajo a la princesa, la tía se la lleva dejándonos a solas.
—Siéntate, vamos a jugar. -pf, como si mi ánimo fuera ese.
—Yo vine a hablar con usted de algo importante, no a jugar. -dije seria.
—Lo podemos hablar jugando y tomando un buen wisky. -cualquiera que la viera me juraría que es una santa. —¡Vamos! ¿O temes perder? -¿Me acaba de retar? Ella no sabe lo que ha hecho.
—Espero no se ofenda si le gano. -cosa que es un hecho.
—En un juego lo que importa es si el contrincante es lo bastante bueno para ganar, ¿Eres buena? -me mira con duda.
—Lo veremos. -le sonrío con ironía y empezamos el juego, nos trajeron wisky y dos vasos.
—Gracias. -respondimos ambas al mismo tiempo mientras seguimos jugando.
