Capitulo II

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Luego de la charla de mis padres cenamos todos juntos y más tarde esa misma noche leí un libro, uno bastante irreal sobre un amor entre dos chicos. Lo aparte de mí y lo deje a un lado de mi cama cuando se empezó a poner cursi. Revise mi celular hasta altas horas de la noche y luego me dispuse a dormir.

—Sami, debes levantarte. —La voz de mamá y el golpeteo en mi puerta son muy repetitivos. Tomo mi almohada y la coloco por encima de mi cabeza, pero no sirve de nada.

— ¡Ya, ya estoy levantada! —grito para que mamá escuche, siempre estoy de mal humor por las mañanas.

Hoy debo ir al nuevo instituto, son las siete de la mañana. Tomo una ducha muy lenta y pido a Dios que se apiade de mí y permita que este jodido día vaya todo bien. Vaqueros, un sweater negro y mis botas, no necesito nada más. Tomo mi lápiz labial rojo y lo aplico. No uso ningún otro tipo de maquillaje, tomo mi bolso y bajo.

—Hija desayuna rápido, se te hará tarde. —Pide papá.

—Buenos días, Familia. —Saludo cuando termino de bajar las escaleras.

—Buenos días. —Contestan todos al unísono.

—Oh, no te había notado pequeño insecto. —Le hablo a mi hermano. Mi hermanito va al instituto privado. El, a diferencia de mí, no lo han expulsado, ya que es un niño prodigio. Así dicen, para mí es una pulguita nerd.

—Suban al auto, llegaran tarde si no salimos ahora. —Suelta papá, este último conduce, voy de copiloto, en mis audífonos retumba Umbrella de Rihanna y Jay-Z. Me llevaran primero a mí para no llegar tarde a mi primer día y cuando llegamos unos minutos después papá no tarda en recordarme lo que me han pedido.

—Recuerda lo que hablamos hija, trata de hacer las cosas bien. —Me pide con una sonrisa ladeada.

—No te preocupes, Padre. Hare lo mejor que pueda. —Bajo del auto y me encamino hacia la entrada del instituto. Todos estos imbéciles me miran como si fuera un extraterrestre. Siento que los asesinare a todos si siguen mirándome así.

—Tu primera clase es biología. —La secretaria sonríe. No sé qué es lo gracioso. Si trata de ser amable pues no lo necesito. Entonces, recuerdo las palabras de mis padres y le doy mi mejor sonrisa de vuelta. Que no salió nada bien, debo resaltar. Se ofrece a mostrarme el instituto pero me niego, solo le pido que me explique donde queda el salón donde veré la clase y ella lo hace. Aún no han tocado el timbre así que voy a mi casillero y guardo los libros que no voy a necesitar.

—Hola —Escucho una voz a mi lado. Esa voz la conozco... volteo y veo a la chica fantasma con la mejilla amoratada y bordes verdes.

¡Mierda!

Estoy considerando la idea que fui muy ruda con ella. Es solo una chiquilla y la golpee como si fuese mi peor enemiga. ¿Qué hace saludándome? debería odiarme.

— ¿Qué quieres chica fantasma? —Pregunto, volviendo la vista de nuevo a mi casillero.

—Sabes ayer...—hace una mueca con los labios—. Te busque por todos lados pero no pude encontrarte.

— ¿Por qué? ¿Querías otro golpe?

—No, no — niega con la mano y emboza una sonrisa —. Quiero que me entrenes, Quiero ser como tú. — ¿Qué? Se volvió loca.

—No puedo, busca alguien más. —Cierro mi casillero y me encamino al salón de clases. La chica fantasma me sigue.

—Quiero golpear así como tú lo haces, lo necesito. Quiero partirle la cara a una chica que no me deja en paz. —Me detengo al escucharla —. Va a todas mis clases, seguro su hermana te molestara, son las tontas de aquí. Todos las odian. —Se cruza de brazos molesta. La chica fantasma capto mi atención cuando hablo de esa idiotas, parece que no somos tan diferentes, me está empezando a caer bien la mocosa.

—Hoy en el gimnasio a las cuatro, si llegas tarde te volveré a golpear tu fantasmagórica cara. ¿Entendido? —Sonríe.

—Llegare a las tres. —Me acerco a ella y susurro en su rostro:

—Si te entreno y no le partes la cara a esa chica, la entrenare a ella para que te deje deforme la tuya.

—La dejare irreconocible, lo prometo. —Alza su mano en forma de promesa y sonríe. ¡Siempre sonríe!

—Bien, ahora aléjate de mí. —Hago un gesto con la mano para apartarla.

— ¿Quién es tu amiga, Cassie? —Pregunta una voz detrás de mí. Me volteo y veo que es un chico, frunzo el ceño y retrocedo.

—Matías, ella es mi nueva entrenadora de boxeo —Me mira —. ¿Cómo te llamas? —Pregunta Cassie.

—Samantha, Samantha Collen. —No lo miro a él.

— ¿No me digas que ella fue la que casi parte tu cara?

—Sí, fue ella pero... —Habla Cassie, él no le permite terminar.

— ¿Estás loca? —Su tono un poco alto me toma por sorpresa—. ¡Casi matas a mi hermana! —Mi ceño se frunce enseguida.

—Matías cálmate. —Pide Cassie alejándolo. ¿El imbécil cree que puede gritarme?

—No, aléjate de ella. Va a matarte si no lo haces. —Dice el a su hermana. ¡Exagerado! Yo ruedo los ojos.

—Cálmate, no seas estúpido. —Digo al chico.

—Vuelves a golpear a mi hermana así y no respondo...— ¿Me está amenazando? Tiro mi bolso y mis libros al piso y lo encaro.

— ¿Que me harás? ¿Me golpearas? ¡Hazlo, ahora!—Empujo su cuerpo y Cassie se interpone entre nosotros.

—Chicos, vamos a calmarnos. —Mira a su hermano —. ¡Cállate! ¿Sí? Esta chica me ayudara, no lo eches a perder.

—Escucha a tu hermana, descerebrado. —El sonido del timbre capta mi atención y me aparto de él para tomar mis cosas y me encamino a buscar la puta aula, todos corren a clases y yo... bueno yo creo que estoy perdida. Luego de unos diez minutos la encuentro. ¡Gracias al cielo! Entro y el profesor me mira mal, todo el mundo me mira mal. Ya estoy acostumbrada.

—Soy nueva y me perdí, ¿Puedo pasar? —No espero su respuesta, entro y con la mirada busco un puesto vacío.

— ¿Podría por favor presentarse, señorita? —lo miro, ¿Presentarme? ¿Para qué?

—Samantha collen. —Iba a largarme a mi puesto, pero vuelve hablar el profesor.

—Muy bien chicos, tenemos una nueva estudiante, sean buenos con ella, hagamos que se sienta cómoda. Toma asiento, Samantha.

—No necesito que sean buenos conmigo. —Susurro solo para el profesor.

Camino al único asiento vacío, deseaba sentarme sola pero no todo en la vida es posible, llego al asiento y tiro mi libro en la mesita, ni siquiera veo al chico a mi lado. No miro a nadie mejor dicho.

Alguien toca mi hombro y vuelvo mi mirada a la persona. Oh, genial, es Matías el hermano de Cassie, joder lo que me faltaba, ruedo los ojos al cielo y mi boca se frunce con desagrado.

—Aún no he terminado contigo. —Vuelvo amenazarme.

—Escucha niñato, por tu bien aléjate de mí, porque no respondo lo que pueda pasarte. No sabes, ni siquiera tienes una idea de con quién te estás metiendo. —Matías sonríe.

— ¿Pasa algo allá atrás? —Pregunta el profesor. Bajo la mirada y Matías responde:

— No señor, discúlpenos.

— ¡No hables por mí, que te disculpe solo a ti! —Pido con la mandíbula apretada.

— ¿Cuál es tu problema? —Pregunta confundido, al menos es lo que el gesto de su rostro me hizo saber. Lo observo con desagrado puro impregnado en mí y susurro:

—En este instante —Frunzo el ceño—... Tú.

...

Instagram: Historiasgeniales2015 – Vanessacbgarcia. 



La Chica del Box (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora