Había despertado y lo primero que vi fue la imagen de Matias dormido a mi lado; era realmente hermoso ver a esa creatura dormir. Se le veía relajado, sus labios entreabiertos solo me invitaban a besarlos mucho más que la noche anterior, sus cejas muy pobladas se veían hermosas en ese rostro de ojos grises. Tomo mi celular lo mas sigilosa posible y le tomo una foto, capturando su imagen tierna y relajada.
Mierda, ¿Pero que estoy haciendo? Es lo mas cursi que he visto que alguien hace en mi vida. Tomo mi almohada y me meto debajo de esta, no saldré hasta sentir que mi rostro este frio nuevamente.
—¿Arrepentida, señorita Collen? —Escucho su voz luego de unos minutos, rio aun debajo de la almohada y luego salgo a enfrentarlo, su rostro esta aun adormilado y frota sus ojos con su mano.
—¿De qué estás hablando? —Digo, y pongo mi mejor cara de confundida.
—De… tu sabes, lo que paso ayer. — Esto lo susurra.
—No recuerdo nada de lo que paso ayer, señor Russel. —Digo y me levanto de mi cama. Me vuelvo hacia él y veo que eleva sus cejas —Creo que tuviste un sueño.
Camino hacia el baño, pero cuando estoy a punto de entrar siento sus manos alrededor de mi cintura.
—¿Cómo pudiste haber olvidado lo que paso ayer mi ceñito? —Dice y me volteo hacia él con el ceño fruncido.
—¿Tu ceñito? —Digo confundida.
—Sí, siempre estas con el ceño fruncido, por eso he decidido llamarte Ceñito. —Reí y quise soltarme de su agarre pero no me lo permitió —¿En serio no recuerdas lo que paso ayer? —Dice y niego con la cabeza en respuesta — Te lo voy a recordar —Dice mordisqueando el lóbulo de mi oreja —Te bese completa… Mordí tus labios, Bese tus se…
—¡Ya!.. Ya lo recordé, para de recordarlo ahora mismo… —Digo avergonzada y con mi rostro ardiendo.
El me suelta y estalla en una carcajada
—Te ves muy tierna sonrojada — Dice riendo muy fuerte aun, mi ceño se frunció y me cruce de brazos.
—Agradece que te quiero, si no ya te hubiese golpeado. —Puse los ojos en blanco cuando las palabras salieron de mi boca, ¡¿Qué acababa de decir?!
Matias solo se quedo callado y una sonrisa lasciva se formo en sus labios.
—¿Entonces me quieres, Ceñito?
—No, por dios… Necesito cepillarme los dientes —Digo y casi corro al baño, lo escucho reír detrás de mí.
Veinte minutos después estábamos en la cocina, desayunando con mi madre, ya que mi padre estaba de guardia y Marcos había salido a casa de Cassie.
—Entonces; ¿Cómo les fue? ¿Bailaron mucho? ¿A qué horas llegaron? ¿Durmieron bien?
—Una a la vez madre —Digo llevando la taza de café con leche a mis labios.
—Nos fue genial. Si, más o menos ya que su hija no es fanática del baile, llegamos como a las dos de la mañana y… bueno, Samantha se mueve mucho cuando duerme, así que no me dejo dormir muy bien. —Dice, me mira a mí y luego a mi madre con una sonrisa en sus labios.
Lo miro con los ojos en blanco y pestañando unas mil veces por minuto ¿Qué acababa de decir? El café que tenía en mi boca, no salió disparado, pero al escucharlo decir las últimas palabras mi boca se abrió y este se derramo de esta.
—¡Durmió en el piso, Madre! No creas ni una sola palabra de lo que te dice. —Digo con mi rostro ardiendo, Matias y mi madre sonríen.
—Es cierto, solo estaba bromeando —Dice Matias y cuando mi madre se dirige de nuevo a la estufa por mas café, me guiñe el ojo. Traidor.
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La Chica del Box (EDITANDO)
Roman pour AdolescentsSamantha collen, así me llamo. Práctico el boxeo desde que tenía cinco años, no me gusta la gente débil, no soy la típica chica débil, sufro de TEI (Trastorno explosivo intermitente) No me gusta sonreír y me han expulsado de dos institutos, empezare...