Capitulo VII

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Como me imagino a Matías en multimedia. 

Parpadee varias veces asombrada, no podía creer que el nerd estuviese en mi habitación a estas horas de la noche, se coloca a un lado de mi cama con las manos hechas puños y me mira con el ceño fruncido mientras yo sigo tirada en el piso tratando de tapar mi cuerpo con mi cobija.

—Le diré a mi padre que llame a la policía. —digo con voz temblorosa ¿Porque estoy nerviosa? — . ¡Lárgate ahora!—susurro con dureza.

— ¿Una pijama de conejos? — ríe por lo bajo—. ¿La chica más odiosa e insoportable del mundo con un pijama de conejos? —Termina aun riendo estúpidamente, me levanto y limpio un poco mi cuerpo.

—Vete ahora o gritare que me quieres violar. —Amenazo.

—Lo que faltaba, ¿Ahora me crees un loco como tú?—Su sarcasmo está acabando con mi paciencia.

—Como quieras. —Camino lo más rápido que mi cuerpo me lo permite hacia la puerta de mi habitación, llamare a mi padre y haré un escándalo, así lo tacharan de delincuente acosador de jóvenes chicas. Pero no fue así... cuando toco la perilla de mi puerta, unos brazos rodean mi cintura y me alejan de esta, llevándome hasta la ventana al otro lado de mi habitación, muy lejos de la perilla. Pataleo y trato de soltarme de su agarre pero es fuerte el imbécil.

—Solo dime qué coño quieres y te largas, ¡Necesito dormir! —Susurro enojada cuando él me deposita en el mueble que está debajo de la ventana.

— ¿Porque coño te empeñas en joderme?—Pregunta, estoy sentada en el mueble, pero no puedo levantarme ya que el imbécil tiene sus brazos a los lados de mi cabeza y una rodilla apoyada en la butaca impidiéndome levantarme, me siento como un ratoncito acorralado.

— ¿Qué...? Pero... ¿Qué mierda hablas? Tengo semanas impidiendo que te acerques a mí. —susurro. Está muy cerca de mi rostro, yo sigo sintiéndome como un animalito acorralado.

—Sigues acercándote a Cassie, no quiero que ella sea como tú. Así que aléjate de ella. —Sentencia con la mandíbula apretada. Muy bien, eso dolió. Lo empujo con todas mis fuerzas haciendo que su cuerpo se aleje del mío, me levanto y lo encaro, el sigue firme con su mirada fría y sin emociones.

— ¡Tu hermanita es la que me acosa por todos lados, ve y dile a ella que se aleje de mi si tanto te molesta! —Mi mandíbula esta tan apretada que temo duela después de esto. Mi mirada esta fija en la de él, este me mira y veo en sus ojos confusión, algo de dolor y otra mierda que no se descifrar y odio eso, odio no saber que es.

—Le diré por última vez que se aleje de ti. —Asegura, ambos respiramos alterados, pero tratando que las personas en las otras habitaciones no se percaten de nada.

— ¿Porque coño no te alejas tú? Déjala que ella haga lo que quiera con su vida.

—Solo tiene quince años. —susurra y pasa una mano por su cabello y me da la espalda frustrado.

— ¿Y qué...? Déjala vivir, tú ocúpate de tu vida y de la de tu novia. — Me mira con ojos entornados y confundidos, volviéndose hacia mí.

— ¿Qué? —Se acerca a mí.

— ¿Crees que soy imbécil? Supe que tienes novia y me besaste, eres peor que los imbéciles descerebrados populares del instituto.

— ¡No te atrevas a compararme con ellos! —Pide, está a cinco centímetros de mi rostro ahora mismo.

—Ya te dije que eres peor. —Me encojo de hombros.

—Tus palabras no significan nada para mí. —Susurra con enojo.

La Chica del Box (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora