Por favor, leer el mensaje dejado al final del capítulo.
—¡Una semana, una semana, Samantha! —Dice la directora, cuando Emma a salido de su oficina —Solo queda una semana para que te gradúes, ¡Hubieras salido sin ninguna boleta por mal comportamiento de este instituto! —Termina, está muy enojada.
—Aun puedo salir de aquí sin ninguna boleta y usted lo sabe —Digo acomodándome en mi asiento frente a ella.
—¿Si? ¿Cómo se supone que harás eso? —Pregunta aun mas enojada.
—Solo no me haga la boleta, ¡Y listo! —Ella se levanta de su asiento y rodea su escritorio quedando ahora detrás de mí.
—Esto no se le puede decir a los alumnos hasta el día de la entrega de los títulos, pero yo lo hare ahora mismo... Tú ibas a quedar como la alumna con el mejor promedio del instituto. —Dice y pongo los ojos en blancos y me vuelvo hacia ella —Pero como sabrás esta boleta bajara tu promedio, no creo que ahora eso pueda suceder.
—¿Qué? —Digo y camino hasta donde está y me coloco frente a ella —Hare lo que me pida, lo juro, sin protestar lo hare. Eso será un gran orgullo para mis padres. —Digo, su cara dura ahora es una entre sorprendida y pensativa.
Suelta un suspiro entrecortado.
—Esto es lo que veo en ti, Sam. Quieres lo mejor para las personas que te rodean, pero de esa forma también las alejas porque crees que eres un peligro para ellos. Pero no lo eres, Sam. Eres buena en todo lo que haces. —Termina y odio que tenga razón.
—No se ponga cursi, no necesitamos eso ahora mismo. —Digo desviando la vista, odio que sea psicóloga. Lo peor, odio que sea psicóloga y me entienda.
—Ayudaras a los bedeles a limpiar el instituto después de salir, solo así veré si hago la boleta o no. —La odio.
—Como quiera, ¿Puedo irme ya? —Ella asiente.
En realidad no la odio, amo a esa directora. A mí me puso a limpiar el instituto, pero a Emma le dio como tarea lavar el baño de chicas. Mañana debo traer algunas asquerosidades para ponerlas en el baño de chicas.
Lo malo y difícil ahora es que debo ayudar al señor que limpia los pasillos. Aunque no es tan malo, es un anciano de unos setenta años, le vendrá bien un poco de ayuda.
Ajusto mi mochila y camino al pasillo numero cinto del instituto, ahí debo comenzar con el señor Francis, así dijo la directora que se llama.
—¿Qué castigo te pusieron? —Escucho decir detrás de mí, entonces se de quien se trata inmediatamente.
—No te importa —Digo a Matias, y sigo caminando.
Pero el me toma por el antebrazo y me detiene.
—Esto era lo que quería evitar —Dice con la mandíbula apretada.
—¿Qué? ¿Qué salías con tu ex novia a escondidas de mí? ¡Si querías salir con ella, solo debías terminarme!
—¡Yo no quería salir con ella, Samantha! ¡Por dios! —Dice pasando ambas manos por su cabello —¡Esa mujer está loca, de pronto entro al baño de hombres y me beso mientras sus amigas tomaban una foto! Amenazo con mostrártela si no hacia lo que ella me pedía. —Dice ahora un poco más calmado.
—¿Entonces qué hiciste por ella? —Digo, me arrepentí al momento que las palabras salieron de mi boca, no quería escuchar que estuvo con ella, que la beso, que la toco…
—¡Nada! —Dice mirándome fijamente —¿En serio crees que te fallaría? —No digo nada, solo lo observo de la misma manera —Yo no temía por mí, yo no temía por nuestra relación porque creí que confiabas en mi. Temía por ella, porque la golpearas hasta fracturarle un hueso o dejarla inconsciente. No quería que te metieras en problemas. —Dice acercándose a mí.
Toma mi rostro en sus manos y se acerca a mis labios, pero me aparto un poco, dudando si debía dejar que me besase o no, sus cejas se juntan en confusión y me mira directamente a los ojos.
—¿No quieres que te bese? —Dice, en su mirada se filtra la decepción y la tristeza.
—Chicos… no pueden estar aquí. —Dice alguien detrás de nosotros y Matias me suelta a regaña dientes.
—El no puede estar aquí, yo sí, ve esto —Digo mostrándole mi boleta de castigo —Debo ayudar a limpiar el instituto; yo debo estar aquí.
—Entonces tú debes acompañarme —Dice el vigilante del instituto, dirigiéndose a Matias.
—No, yo me quedo ayudarla a ella —Dice Matias, lo mire entre asombrada y enojada, no quería que estuviese aquí, pero es muy lindo de su parte que quiera quedarse para ayudarme.
—Debes irte —Digo y me encamino de nuevo a mi labor, Matias no dice nada y no lo escucho caminar después de unos segundos más.
Llevo casi un año en este jodido instituto, pero dure unos diez minutos buscando el jodido pasillo donde me esperaba el señor Francis, al llegar me presente a el, y de inmediato me extendió un trapeador gigantesco.
Eran las seis treinta y corría, en serio corría hacia el gimnasio de boxeo, debía estar a las cuatro de la tarde allí, Carlos va asesinarme, aun no me recupero de la paliza que me dio. Mi respiración es agitada cuando llego a mi casillero, cambio mi ropa por algo más cómodo y busco mis guantes livianos rojos, pero solo hay uno. Maldita sea, ¿Dónde está el jodido guante? No pierdo más tiempo buscándolo y salgo de nuevo corriendo a prestarle unos a Amanda.
—Tarde de nuevo, Sam. Muy tarde… ¿Acaso no quieres este campeonato? —Dice Carlos detrás de mí, mientras golpeo la pera.
—No empieces, por supuesto que lo quiero. —Digo sin dejar de golpear la pera con todas mis fuerzas.
—Entonces; ¿Por qué llegas tarde y no le pones empeño?
—¡Hago todo lo que puedo, me han pasado unas cosas esta semana, pero estoy aquí! ¿No?
—¿Sabes lo que creo? Creo que ese chico con el que sales te está haciendo perder el tiempo y no te concentras como debes.
—¡¿Deja de meter a Matias en esto?! —Grito, me pone de muy mal humor que se ponga con su mierda. El pone los ojos en blanco y aprieta los puños a sus costados.
—Sabes que puedo sacart…
—¡Haz lo que te de la puta gana, si me sacas del torneo iré como participante independiente, o si no, me inscribiré en otro gimnasio donde si me dejen pelear!
—Yo te entrene, Samantha. Yo te he hecho lo que eres ahora. ¡La campeona que eres ahora!
—Si me crees una campeona entonces deja de joderme la puta vida, entrenare de seis a doce de la noche, déjame hacer lo que quiera, voy a ganar, te lo juro. —Digo dándole el último golpe de poder a la pera y desapareciendo de su vista.
•••
Muy bien chicas, «Y chicos si me leen» Se que el capitulo esta corto pero lo subí porque tarde mucho en actualizar la última vez y quería recompensar eso. También para llamar su atención y hablarles de mi nueva novela, se llama FRIENDZONE, pero desde ya les digo que no es cliché, denle una oportunidad y lean la sinopsis. Por favor
Gracias de antemano a lo que lo van hacer, seguiré actualizando ahora mas rápido. Besos
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La Chica del Box (EDITANDO)
Teen FictionSamantha collen, así me llamo. Práctico el boxeo desde que tenía cinco años, no me gusta la gente débil, no soy la típica chica débil, sufro de TEI (Trastorno explosivo intermitente) No me gusta sonreír y me han expulsado de dos institutos, empezare...