Capitulo V

52.9K 2.8K 196
                                    

Camino por el gran pasillo de la escuela cabizbaja. Han pasado cuatro días desde que paso el jodido incidente del beso de mierda con el nerd. Llevo mis audífonos puestos con música a todo volumen. No venia al instituto desde que eso pasó, cuando mi padre me dejaba en la entrada, esperaba que se fuese y así me iba al lago que está cerca; o al bosque a esperar que las horas de clases terminaran y así regresar a casa.

No me quiero conseguir con ese hijo de... de nada, simplemente no quiero encontrarme con ese hombre que me beso, si lo hago lo golpeare en la cara. Cuando iba al gimnasio me conseguía con su molesta hermana, a la cual aún estaba entrenando, debo decir que aprende rápido la novata. Cuando su hermano pasaba por ella me metía a los camerinos de mujeres y no salía hasta que veía que el auto se iba. ¡Sí, soy una cobarde! Pero aunque no lo crean lo estoy haciendo por su bien, él no se merece una chica como yo. Él es aplicado, educado, con principios y costumbres muy buenas, siempre vestido como un chico bueno con vaqueros y suéter tejidos. Yo soy más de vaqueros rotos con botas de combate y sweater, franelas sencillas y cabello algo desordenado, nada elegante ni con clase, mi familia es igual a la de él, como ya dije antes aquí la del problema soy yo.

Llego a mi casillero y guardo los libros que no usare hoy y tomo los de las clases siguientes, hoy me toca biología... ¡Oh, mierda!

Entonces recuerdo que esa clase la veo con el nerd, y lo peor es que voy junto a él. Bueno, eso no será problema, solo tengo que amenazar a alguien con golpearlo y me cederá su asiento. Cierro mi casillero con fuerza y al voltearme tengo frente a mí al prototipo de chico popular de la escuela. ¡Genial! Sonrió con fastidio y él sonríe muy galante, con sus dientes blancos y perfectos.

—Hola preciosa, te he estado buscando. —Dice, me coloco la gorra que acabo de sacar del casillero y miro hacia los lados, restándole importancia a lo que acaba de decir.

— ¿Que necesitas? No tengo mucho tiempo. —Pido saber, viendo la hora en mi celular.

—Yo solo me preguntaba...—Se hace el pensativo y yo lo miro confusa, este idiota ni siquiera debe usar esa cabeza hueca —. Si tú quisieras salir por un helado. —Dice, mordiendo su labio inferior. Lo miro estupefacta y con cara de horror. Aclaro mi garganta.

—Eso no es una pregunta imbécil, no me gusta el helado y me fastidia la gente de tu tipo, así que aléjate o haré que no puedas tener pequeñas réplicas de ti corriendo por el mundo. —Me abro camino hacia el salón donde veré mi primera clase y lo dejo hay parado y con sus cejas juntas en confusión, idiotas, creen que pueden tener a la chica que les dé la gana solo por tener una cara bonita y un abdomen plano.

Llego al aula y busco con la mirada una mesa vacía, que no sea al lado del nerd idiota acosador, encuentro un asiento que me puede servir, no está a su lado pero está en la misma fila donde él se encuentra, desde que llegué pude notar su mirada en mí. Antes de tomar asiento lo observo por un segundos notando como sus cejas se juntan despectivo, me observa por encima de sus pestañas con fastidio. Si me habla definitivamente lo golpeare en la cara, no quiero siquiera que se acerque a mí.

Tomo asiento y saco mi libro echándole un vistazo. Cuando la profesora llega los chicos terminan de entrar y puedo ver una figura parada a mi lado.

—Oye, estas en mi asiento. —Dice una chica con voz tímida, ruedo los ojos al cielo con fastidio y susurro sin apartar la vista de me libro:

—Siéntate en otro lugar.

— ¿Pasa algo, señorita Müller?— Preguntar a la profesora.

—Sí, pasa que la chica está en mi asiento. —Alzo la vista y le doy una mirada asesina a la estúpida a mi lado, ella apartada la mirada tímida.

—Señorita Collen —Habla la profesora—. Devuelva su asiento a la señorita Müller, y vuelva al suyo, donde estaba la última vez que vino a clases. — Estúpida sarcástica.

Me levanto molesta y tropiezo el hombro de la chica que me ha quitado el lugar que quería, doy unos pasos y me siento al lado de Matías. Abro mi libro y bajo la mirada, ni siquiera me inmuto en mirarlo, como ya dije lo quiero a mil metros de mí. Sin embargo el no quita sus jodidos ojos de mi rostro. Luego de unos minutos ya estoy más que molesta de que me mire tanto. Clavo mi vista en el con la mandíbula apretada y lo miro con odio pero a él eso no parece importarle ya que no aparta la mirada.

No puedo pasar desapercibido el color rosa natural de sus labios y sus hermosos ojos verdes.

¿¡Pero qué estás pensando!?

La clase termina y salgo disparada del aula, camino lo más rápido que puedo tropezando a quien se meta en mi camino. Llego a la cafetería y tomo un sándwich, jugo de uva y una manzana. Busco con la mirada una mesa desocupada y camino lo más rápido que puedo hacia ella y me siento, si alguien me dice que es su mesa me levantare y lo golpeare, aquí nada es de nadie no sé porque se empeñan en sentarse todos los días en el mismo lugar.

—Hola, Sami. —Pone los ojos en blanco cuando la miro enojada —.Digo, Samantha. —Es Cassie.

—Hola. —Respondo, meto un trozo de sándwich en mi boca.

— ¿Me puedo sentar contigo?—Pregunta, cuando ya se ha sentado y mete a su boca un trozo de pizza, odio la pizza.

—Ya estas sentada. —Ruedo los ojos al cielo—. Me parece estúpido que lo preguntes. —Se encoje de hombros.

—Solo quería tu aprobación. —Sonríe. Dios esta niña es...

Miro hacia todos lados, sin dejar la vista fija en algún lugar, solo lo hago para evitar conversación con la pequeña intrusa que está en mi mesa, pero cuando la miro ella hace lo mismo que yo hago, frunzo el ceño, ella trata de ignorar mi mirada pero luego de unos segundos habla.

— ¿Qué pasa? —También copia mi vocabulario ¿Qué más?

— ¿Porque haces lo mismo que yo? ¿Acaso te burlas de mí? Es molesto. —Hace un gesto, como si se estuviese atragantando y niega con la mano.

—No, no. Nunca haría eso. —Asegura—. ¿Entre mi hermano y tú pasa algo? —Frunzo el ceño, ese imbécil le dijo algo, ahora si lo asesinare. Investigare las formas más dolorosas de morir y se las haré a él. —. Por cierto, sí, es molesto que todo el tiempo parezcas enojada con el mundo.

— ¿Qué coño dices? —Me desequilibré. No sé si le pregunto por lo de su hermano o por esto último. No me supe explicar.

—Míralo —Fija su vista en una mesa a nuestra izquierda, y yo la sigo —. No ha parado de mirarte. —Es cierto, el nerdito no deja de mirar hacia nuestra mesa.

—Te mira a ti —Muerdo la manzana después de observar que no tenga algún gusano —. No le gusta que estés conmigo.

—No digas tonterías—Niega con la cabeza—. Antes me decía que no debía ir a las clases de box, que eso era un deporte para chicos —dice, jodido machista —. Pero ahora no son las tres cuando me pide que me aliste para llevarme. A estado vuelto loco estos días que no asististe a clases. Me decía que te ofreciera llevarte a tu casa, pero creo que lo hacía para verte y aparte de eso pasaba por tu casa como mínimo tres veces al día. Nunca lo había visto así, ni siquiera con su novia. —Ahora la que casi se atraganta soy yo. La miro con los ojos en blanco con horror, mis labios se separan con asombro al escucharla.

— ¿Tiene novia? —Pregunto, más interesada de lo que me gustaría haberme escuchado.

—Claro que tiene novia, ¿Porque te altera tanto? —Me mira con una sombra de sonrisita en sus labios y las cejas alzadas interrogativa.

—No me altera una mierda. —Digo, me apoyo en el espaldar de la silla y miro con odio a ese hijo de puta. El nota mi mirada y veo algo de preocupación en sus ojos, mira a Cassie y luego me mira a mí de nuevo.

•••

Instagram: Vanecbgarcia – historiasgeniales2015.

¡Vamos a seguirnos! 

La Chica del Box (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora