Capitulo XXVII

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El agua sale volando cuando paso a toda velocidad por esta, esta lloviendo como cosa rara en este jodido pueblo. Cassie va en la parte de atrás de la moto y se aferra a mi con miedo por la velocidad en la que voy, esta mierda no debería darle miedo, ¡Y una mierda! ¿Esta recibiendo cartas de Camila y no me ha dicho nada? Joder, por supuesto, dejo de joderme la puta vida a mi pero empezó a torturar a cassie, la misma maldita historia se esta repitiendo, lo mismo hizo con Anabel, pero esta vez no se lo voy a permitir, esta vez será su vida o la mía, nadie mas va a pagar por mi mierda y la de ella, esto es entre ella y yo. Acelero la moto aun más y puedo escuchar a cassie soltar un gritico.

— ¿No crees que vas un poco rápido? —Dice cassie detrás de mi con voz temblorosa, supongo tiene frio, no creo que la velocidad la ponga así. No respondo nada, estoy perdida en mi ensimismamiento, necesito buscar una solución a todo esto.

Guardo la moto en un estacionamiento que pertenece al gimnasio, dejamos los cascos y salimos de allí enseguida, eran las nueve y media de la noche y la lluvia aun cae con fuerza.

—¿Qué haremos ahora? — Pregunta cassie junto a mí, frotándose los brazos. Le tiendo mi chaqueta de cuero —No sami, estoy bien. — Dice y le doy una mala mirada por lo que la termina aceptándola y colocándosela.

Joder, no se que hacer ahora mismo, paso las manos por cabello exasperada, tengo que hacer algo, que parar esta puta mierda ahora mismo. Termino cayendo a la acera y halando mí propio cabello, culpable y atormentada de que no se me ocurra nada, un minuto más y hubiese explotado en llanto, pero la chica a mí lado habla:

—¿Y si empezamos dándole un vistazo a la cartas que me ha enviado? —Como si hubiese leído mi mente, como si supiera lo que estaba pensando. ¿Cómo no se me ocurrió antes? Cassie me ayuda a levantarme y casi trotamos a su casa, empapadas y sin intenciones de cambiarnos, no sin antes ver las cartas primero —Debemos trepar por la ventana que da a mi cuarto, si mi madre nos ve así, nos obligara a tomar una ducha caliente y nos preparara un consomé de pollo.

—No necesitamos eso ahora mismo. —Digo. Ella emboza una sonrisa.

Trepar al cuarto de la chica fantasma, que ahora parecía un zombi por sus labios morados y ojeras, fue muy fácil, al menos para mi que lo hago con frecuencia para salir de casa e ir a las peleas clandestinas, para cassie no fue tan fácil.

—Están por aquí... —Dice buscando un banco para trepar a lo mas alto de su closet, baja con unas diez cartas amarradas por una liga de goma —Son todas, ¿Las leerás aquí?

—Si, ¿tienes una lámpara pequeña o algo? No quiero prender la luz y que tu madre note que estamos aquí. —Ella asiente y va a su closet de nuevo. Termina trayendo un palo de luz fluorescente.

—¿En serio? —Digo sarcástica.

—Es lo único que tengo —Dice mientras lo agita y lo dobla a la mitad.
—Esa luz la notara tu madre a leguas.

—Escondámonos detrás de la cama. —Dice y lo hacemos.

Carta Nº 1:

¿Sabias que estar con mi Samantha es un reto para cualquiera? La mayoría la abandona por su bien, espero tu seas inteligente y lo hagas mañana mismo. O terminaras peor que su anterior mejor amiga.

-C

—Al principio pensé que era una tontería de cualquier idiota. —Dice, ¿Una tontería? Joder con Camila, nada es una tontería. ¡Tiene su firma!

—¿Por qué no me lo dijiste? —Digo, ella se encoge de hombros.

Carta Nº 2:

Eres valiente, ¿No es así? Te di una semana y sigues a su lado... Pronto recibirás un regalo de mi parte.

La Chica del Box (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora