¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
ii. ALERTA ROJA.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
HARPER RESPIRÓ PROFUNDO DÁNDOLE UNOS GOLPECITOS A SU CIGARRILLO PARA QUE LAS CENIZAS CAIGAN, oyendo como nuevamente se iba a la contestadora.
━ Oye Patt... Aquí Harper. ━ Musitó al teléfono. ━ Por si te interesa mi opinión, ya deberías ir viniendo ¿Sabes? Bye.
Al colgar la llamada, sus ojos conectaron casi instantáneamente con los de Cho, quién hablaba con el forense.
Era algo que si bien algunos sabían por el papelerío, agradecía que no sea comentado, pero el asiático estaba claramente distinto con ella en cuanto a su comportamiento desde que le ofrecieron ir a San Diego para acompañarla y de paso representar al CBI en el seminario.
Claro que, la parte en la que Cho ayudaba con el seminario y enseñaba algo desde su experiencia no estuvo. Pero el agente había aprovechado las mini vacaciones pagas gracias a la asesora. Aunque bueno, en realidad no estaba de acuerdo con que ella empiece con esta carrera.
La verdad que la veía demasiado débil para esto y muy niña todavía.
Harper revoleó los ojos al verlo a los ojos y notar que él la estaba subestimando nuevamente.
No fue ella quién se despertó los tres días en San Diego a las 2 de la tarde.
Cho asintió en forma de saludo al verla pararse junto a él, disimulando los nervios que tenía encima. ━ Hola Harper.
━ Hola Kim. ━ Le devolvió el saludo, comenzando a mirar alrededor curiosa. ━ ¿Y Lisbon?
━ Llamando a Jane.
Harper ladeó la cabeza entretenida. Lamentaba que iba a tener que sufrir a Lisbon cansada por Jane, pero esa dinámica ya era divertida.
━ No creo que tenga suerte con eso.
Entraron a la casa y ni bien pisaron el porche la asesora frunció el ceño mirando el frente de la casa.
━ No forzaron la cerradura, ¿Cierto? ━ Preguntó y su compañero asintió haciendo una mueca. ━ ¿Que pasa Kimmie, ibas a decir eso y te gané?
El coreano bufó. ━ No me digas así.
La pelirroja rió y abrazó ligeramente al agente, sabiendo que si lo abrazaba fuerte como ella quería, él se avergonzaría por los demás policías presentes. Notó que una muy malhumorada Lisbon se abrió paso entre todos con Rigsby detrás y la jefa la miró mal al verla en aquella posición, y le hizo un gesto para que lo suelte y la siga a ella.
