Los días en la escuela eran bastante normales para Park JiMin. Tenía buenos amigos, buenas notas y muchas ganas de descubrir el mundo, aunque no su vocación. Pero en su último año todo eso cambia; de pronto sus amigos le dan la espalda y dejan de ha...
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Meses después...
El día amaneció nublado, pero sin ningún signo de lluvia. Todos estaban preparados para vivir la primera competencia de skate que se haría en las rampas de Busan que alguna vez estuvieron olvidadas. Por alguna razón, JungKook estaba muy nervioso y muy inquieto. Tenía un presentimiento en su interior, pero no sabía descifrar si era bueno o malo.
JiMin se había dado cuenta de eso y permaneció a su lado hasta donde pudo. Desde las gradas cargaba un cartelito que decía; "JungKookie es el mejor". Algo que podía ser simple, pero que, cada vez que JungKook enfocaba eso con su vista, su corazón parecía calmarse un poco.
Todos estaban ahí para apoyarlo; su madre, Somi, los señores Park y YoonGi. También habían venido SeokJin y HoSeok con el profesor TaeHyung. Con eso era más que suficiente para sentirse apoyado y muy querido por ellos.
Su turno era el último, justo después de NamJoon. Eso le favorecía porque podía analizar a los demás competidores para saber su técnica y aprender de sus errores. Así que se mantuvo sentado en un rincón observando uno a uno, incluso a su mejor amigo quien era su mayor competencia; lo estaba haciendo bien, siempre fue unos de los mejores cuando hacían pequeñas competencias en Seúl. A veces le intimidaba, pero siempre intentaba ponerse a su par... para ser el mejor.
Cuando llegó el momento caminó hacia la punta de la rampa para empezar con su recorrido. Tenía dos minutos para demostrar de qué estaba hecho. Esta era la primera ronda, así que sólo haría trucos sencillos. Cuando escuchó la señal se deslizó hacia abajo y patinó con seguridad; su primer objetivo fue un pequeño barandal con altura de veinte centímetros y un metro de largo, algo muy simple. Elevó la tabla y se deslizó a la mitad con ella y cayendo perfectamente en el suelo. Todo estaba en silencio y eso le ayudaba a su concentración, así que fue fácil saltar tres escalones ejecutando un kickflip perfecto. Un truco muy básico pero que él ya tenía muy bien dominado. Se escucharon aplausos, pero todavía tenía tiempo, así que se deslizó hacia el otro extremo para sólo saltar en el aire fuera de la rampa y luego volver dentro de ella. Antes de que la señal sonara, ejecutó otro kickflip cayendo sobre un barandal para deslizarse y aterrizando en el suelo de manera perfecta. Nuevamente se escucharon aplausos y gritos, esos venían de JiMin. Miró hacia donde estaba él y le sonrió felizmente. Lo señaló con el dedo siendo una clara señal de que le dedicaba su primera pasada por las rampas.
Todo se volvió a quedar en silencio cuando mencionaron los primeros diez que pasarían a la siguiente ronda, entre ellos JungKook y NamJoon, obviamente. Los dos estaban seguros de que lo harían, pero aun así se emocionaron cuando escucharon sus nombres. Se abrazaron con emoción, porque sabían que esto era sólo una probada de lo que en antelación planearon. Y se sentían felices con esto.
La segunda ronda llegó, pero JungKook estaba muriendo de los nervios y seguía sin saber por qué. JiMin era su amuleto de la suerte y se dejó absorber por él y por su mirada llena de orgullo, aunque ni siquiera había llegado aún a la final, él ya lo veía de ese modo. Le encantaba, le daba fuerzas y le hacía sentir valiente. Si JiMin está siempre ahí, no habrá nada que no pueda lograr.
