Los días en la escuela eran bastante normales para Park JiMin. Tenía buenos amigos, buenas notas y muchas ganas de descubrir el mundo, aunque no su vocación. Pero en su último año todo eso cambia; de pronto sus amigos le dan la espalda y dejan de ha...
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Fue una noche extraña para JiMin, pero para JungKook fue lo peor. Pese a que no discutieron, sentía ese vacío de la falta del cariño desmedido que su lindo novio le daba. Estuvo analizando toda la noche lo que sucedió antes y sólo pudo llegar a un par de conclusiones; MinGyu se merecía todo lo malo que pudiese sucederle, pero también aceptaba que su chico tenía razón. Él era bueno. Sólo sabía ser amable con las personas y ver lo bueno en ellas, pero definitivamente, MinGyu no merecía una segunda oportunidad para que volvieran a ser amigos.
Entendió que no debía ser uno de los causantes directos de su karma y que lo correcto sólo era observar y continuar protegiendo a JiMin como hasta ahora. Así que se levantó temprano y cortó flores del jardín de su madre. Hoy decidió que no llevaría la gorra, pero su cabello seguiría igual que siempre y usó un poco de loción.
Cuando JiMin abrió la puerta y vio a su novio parado desde la acera con un ramo de flores en sus manos, su corazón se alocó. Entonces no lo pudo evitar; corrió hacia él y se dejó envolver por sus brazos fuertes, esos mismos que lo han sostenido desnudo y con mucho amor. Sintió cómo enterraba su nariz ligeramente helada en su cuello y suspiró con su piel erizándose al instante. En ese momento se sintió culpable. Quizá exageró las cosas. Quizá no debió ser tan drástico y entender sus razones. Después de todo lo ha hecho con buenas intenciones, sólo para protegerlo.
—Perdón, JiMin-ssi— le habló con un hilo de voz— No tengas dudas de que todo lo que hago es porque te amo con todo mi corazón.
—Está bien, JungKookie— lo abrazó con más fuerza— Tampoco debí portarme así, es sólo... es horrible que las personas hagan eso contigo y tú no deberías involucrarte.
—Ya lo sé— suspiró aun con su nariz sobre el cuello del chico—Pero tú tampoco te preocupes por él, de cualquier forma recibirá su merecido.
—Bien— se desprendió lentamente— Pero dime algo—lo miró con los ojos entrecerrados— ¿Qué sucedió entre EunWoo y tú? No quiero mentiras.
El pelinegro suspiró y miró hacia el suelo. Tal vez no era algo de lo que se sintiera orgulloso, pero lo que hizo fue porque no encontró más opciones en ese momento y porque pensó que la escuela no haría nada para ayudar. Lo único que quería era que su chico lindo dejara de llorar por culpa de esos idiotas.
—Cuando ellos te golpearon... yo los seguí después de la escuela—comenzó a relatar—Los amenacé y los golpeé para que dejaran de molestarte... yo... sólo quería protegerte.
Mantuvo la mirada en el suelo mientras sus pies vacilaban entre sí. Pensaba que tal vez JiMin no estaría de acuerdo, pero en lugar de eso sintió unos suaves labios pomposos contra los suyos, y entonces supo que todo estaba bien. Le siguió el beso después de que el chico se atrevió a meter su lengua haciéndolo profundo y muy significativo. Lo había tomado de la cintura sólo para pegarlo más a su cuerpo, disfrutando del momento y de las sensaciones que ese beso matutino le provoca.
