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Un bebé.

Los gritos de un pequeño es lo que tiene a su lobo dando vueltas inquieto. No le gusta, se siente encerrado e impotente al no poder acallar los estremecedores chillidos.

Vuelve a centrar su atención en el omega, esperando un indicio acerca de dónde puede provenir ese doloroso quejido. El castaño mira hacia un lado, observándole de reojo con mayor pánico que antes.

Eso es lo que ocultaba junto a la mitad de su cuerpo.

El ojiazul lo balancea a juzgar por su movimiento de hombros mientras sigue apretando la puerta fuertemente, como si quisiera cerrarla de golpe. Tiene que hacer algo.

"Hola" Su voz sale lo más dulce y suave que sabe, aunque se escucha rasposidad causada por el gruñido que tiene aun atascado en la garganta. El omega traga y no puede ver más que miedo en sus ojos.

Odia ser el causante de eso.

"Soy Marcos Ginocchio, tu vecino. Vivo justo abajo, solo quiero hablar un momento" Un suspiro fuerte se escucha sobre el llanto que llena el ambiente. El chico cierra los ojos y parece querer relajarse antes de volver a abrirlos.

Marcos le da todo el tiempo del mundo mientras aprovecha para analizarlo completamente.

Es pequeño, mucho más que él. No es sorpresa que así sea, pues es un omega y él un alfa; pero el jersey de cuello de tortuga, ancho y de aspecto suave lo hace ver de un tamaño bastante menor al que a simple vista pueda parecer.

Sus piernas están desnudas y eso le hace pasar saliva de nuevo con mayor dificultad. No puede apreciar ni un vello, tan solo detecta un bronceado tono que se pierde casi a la altura de las rodillas, correspondiendo con la longitud de la prenda que cubre su precioso cuerpo.

Espera de veras que no sea la única que lleve.

"L-lo siento, no esperaba visitas" El dulce chico vuelve a abrir sus ojos y parece más tranquilo. Eso también lo calma a él.

Sus ojos ahora son suaves, al igual que los movimientos que hace cuando abre la puerta completamente y deja ver al dueño de los chillidos que se han calmado con el lento balanceo del omega que lo sujeta en su pecho.

El pequeño cachorro debe tener muy pocos meses, mostrándose demasiado cómodo en el pecho del castaño y con sus ojitos cerrados ante los susurros del mayor.

Se queda embobado ante la domesticidad de la imagen frente a él.

"¿Se trata de algo importante?" Por segunda vez en segundos, la tierna voz le descoloca y es consciente de que demasiadas cosas en su vecino causan una verdadera distracción en él.

No lo entiende.

"Bueno, es un asunto algo tonto" No puede evitar perderse en esos zafiros confusos y en la palma de su mano acariciando la espalda del bebé en sus brazos "Pero necesito decírtelo por que no puedo ignorarlo mucho más"

"Oh, por supuesto" Ahora es el omega el que tiene una mueca preocupada ante su evidente cansancio. Realmente no tiene ganas de quejarse de nada después de descubrir quién lo mantiene despierto toda la noche, pero su cuerpo necesita hacerlo.

"Se trata de un ruido que escucho por la noche" El más pequeño asiente demostrándole total atención "Cuando voy a dormir, de madrugada, comienzo a escuchar algunos golpes que sospecho son pasos que provienen de este apartamento" La cara de pánico vuelve a nublar el rostro del omega.

Se siente fatal por esto.

"¿Tanto se escuchan?" Con una voz temblorosa y culpable, el chico se muerde el labio y sacude la cabeza.

ɴᴏ ʟʟᴏʀᴇꜱ ; ᴍᴀʀɢᴜꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora