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"Creo que no son sus favoritas, amor"

Nico empieza a hacer aspavientos con la cara fruncida en una mueca de asco y la aleja de el chupete especialmente diseñado para que el cachorro pueda comenzar a probar alimentos sólidos y distintos a la leche materna.

Ahora están sentados, Nico en una trona y
Marcos en una silla delante de esta y con Agustín de lado en su regazo. Su omega había preparado algunos trozos de frutas, papilas y verdura cocida muy blanda para ver un poco qué acepta su hijo y qué no.

Las fresas desde luego que no.

"¿A quién no le gustan las fresas? Nuestro cachorro está roto" El golpe que siente en su nuca le hace reír al igual que a su niño. Empieza a preocuparle que disfrute tanto de las agresiones físicas.

"Nuestro hijo no está roto, no digas eso" El tono de reproche de Agustín le hace sentirse algo culpable, por lo que abraza su cintura para acercarlo y restregar su rostro en el suave cuello del menor.

"Perdón, perdón. Prueba a darle un poco de melocotón. Es más dulce" Agustín asiente y gira un poco para cambiar el chupete e introducir un trozo de la fruta nueva. Marcos sonríe ante la forma en que Agustín saca su lengua concentrada.

"Bien, cariño, ¿esta sí?"

Nico sujeta con dificultad el chupete con ambas manos y se lo lleva a la boca con ansia. Sus ojos se abren con curiosidad y comienza a moverse agitado y feliz en su sitio mientras se embarra la boca con el líquido de la fruta.

"¡Le gusta!" Agustín da palmadas admirando orgulloso a su cachorro y él hace lo mismo con su omega. Le encanta verlo feliz, es la mejor sensación del mundo. El ojiazul se da cuenta de ello y le mira ralentizando sus palmas "¿Lo has visto?"

"Mmm" Marcos se inclina un poco, lo suficiente para besar a Agustín y notar como este se sorprende a la vez que sujeta su rostro con una de sus manos "Me encanta esto. Ver a mi bebé crecer y hacer nuevas cosas junto a ti. Nunca podré agradecerte lo suficiente por estos momentos"

"Soy yo quien debería agradecerte. Nada sería igual sin ti" El omega le mira un poco decaído aunque juntas sus narices cariñosamente "A veces me da miedo el simple hecho de pensar que podría no haberte conocido"

"Nos hubiésemos encontrado en algun momento, omega. Es el destino" Agustín se ríe justo antes de darle un casto beso que lo deja un poco perdido.

"A veces me sorprende lo romántico que eres. La primera vez que te vi no imaginé ni que fueras capaz de sonreír" Irónicamente, Marcos sonríe amplio dejando ver sus hoyuelos que Agustín acaricia ensimismado "Luego los vi a ellos y solo quería verlos todos los días"

"¿Te enamoré con una deformidad muscular en mis mejillas?" La divertida sonrisa de Agustín le hace morderse el labio inferior. Se siente un adolescente todo el tiempo con el omega cerca.

"He de decir que también me gustó que me arreglaras mi calefacción, que me ayudases en aquella tienda o..." La timidez natural del omega vuelve y Marcos no puede contenerse a aumentarla. Es su pasatiempo preferido.

"¿O...?"

"Aquel día en que Nico te vomitó un poco encima" Marcos alza las cejas coquetamente y Agustín entierra su rostro en su cuello avergonzado "No digas nada, por favor"

No le hace caso, como es obvio.

"Tengo que decir que no disimulaste mucho..." El omega despega su cara de la zona donde estaba sumergida y le mira con el ceño fruncido con el amago de bajarse de su regazo "Es broma"

Nico hace un pequeño ruidito y ambos se dan cuenta de que se le ha caído el chupete y no puede volver a cogerlo por lo resbaladizo que está. Agustín limpia sus manos y vuelve a tenderle el objeto.

ɴᴏ ʟʟᴏʀᴇꜱ ; ᴍᴀʀɢᴜꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora