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"¡Agustin!"

Su grito suena grave, pero no utiliza su voz de alfa. Tampoco suena a orden, sino más bien como una plegaria. La mano de Agustin en el pomo de la puerta, le hace reaccionar y retirar bruscamente al omega reclinado en su pecho e igualmente sorprendido ante la llegada del ojiazul.

"Marcos, ¿quién es...?" No lo escucha más, pues se apresura a llegar al castaño antes de que salga por la puerta, observando cómo este se echa hacia atrás a medida que se acerca.

No, por favor.

"Agustin, yo..." Nunca ha tenido problemas para hablar, pero está seguro de que va a entrar en pánico cómo no consiga calmar al omega que sigue viéndole con una desconfianza que ya creía superada.

"Perdóname, no sabía q-que estabas con él..." Agustin mira a su derecha, viendo cómo Teo se ha colocado a su lado y hace el amago de apoyarse en su hombro. Su cara está igual de desconcertada que la de Agustin.

"Andate, Teo" No le provoca nada el puchero que coloca el rubio.

"Pero, íbamos a ir a comer..." Niega con la cabeza exasperado mirando a Agustin de reojo, quién besa la cabeza de su bebé ante lo inquieto que se muestra.

"Tú ibas a comer. Te he dicho que no puedo" Le hace una indicación con la cabeza "Vete ya, por favor" Sabe que hablarle un poco más suave es la única manera de que le haga caso.

El menor de los omegas asiente cabizbajo y se despide por lo bajo, saliendo por la puerta del gimnasio.

"No tenías qué e-echarle. Si hubiera sabido que estabas con tu omega, no hubiese v-venido"

"¿Qué?" Su alfa gruñe indignado ante la simple posibilidad "Teo no es mi omega" Agustin niega y sonríe algo triste. No quiere verle así.

"Marcos, no tienes que darme explicaciones. Soluciona tus cosas con..." Marcos resopla irritado y se frota los ojos. Agustin parece tomárselo cómo un ataque hacia él y se echa hacia atrás.

Mierda, qué difícil.

"No es mi omega. No tengo ningún omega" Se acerca solo para darle más confianza, pero el ojiazul rechaza su mano en su brazo. Tiene que fingir que no le duele como una patada en estómago.

"Marcos..." Agustin vuelve a negar y frunce la nariz "Hueles m-mucho a él. No necesitas ocultármelo, de verdad" Su mandíbula se tensa ante lo que le dice el omega y respira hondo captando el aroma a frambuesas y nata más intenso que cualquier otro.

"Perdón, yo..." Olisquea la camiseta y hace una mueca de asco que descoloca a Agustin. De verdad se cree que Teo es su omega. No quiere que piense así "Él es así, es un niño. Tiene un capricho conmigo y me busca aún sabiendo que no me interesa"

"¿No te interesa?" Suspira al ver que Agustin está más receptivo.

"Para nada, créeme" Agustin frunce sus labios y lo analiza de arriba abajo buscando la mentira. Su concentración le hace sonreír y descubrir sus hoyuelos. Sospecha que a Agustin le gustan mucho o al menos los valora al no verlos a menudo.

"Está bien. Aunque no importaría"

"A mí me importa lo que pienses de mí. Sobre todo si es mentira" Su sonrisa no se borra al observar el sonrojo del menor. Rápidamente clava sus ojos en los del tan conocido niño "¿Cómo estás, cachorro?"

Su mano se extiende hacia la mejilla del más pequeño y este deja caer su cara en ella. Sin embargo, Nico frunce su nariz como su madre antes y se aleja de él enterrando su rostro en el cuello de Agustin.

"Creo que no le gusta que huelas a él. No te reconoce bien" Marcos se siente fatal en ese momento. Jamás pensó que el rechazo de un niño le dolería tanto.

ɴᴏ ʟʟᴏʀᴇꜱ ; ᴍᴀʀɢᴜꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora