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"No me sale"

Tira el batidor con fuerza sobre la encimera y rosopla fuertemente cruzándose de brazos. La manera en que Lucio rueda los ojos hace que su mal humor aumente.

"Marcos, solo tienes que batir hasta que la nata se monte. Es lo único que nos queda" Su amigo dice a su lado, donde está agachado comprobando que el pastel se hace a la perfección en el horno.

"¡Pero no se monta!"

"Para de actuar como un niño pequeño y sé paciente. Piensa en por qué lo estás haciendo y tal vez eso te dé fuerzas"

Algo avergonzado por la manera en la que estaba actuando, Marcos continua batiendo la mezcla de nata y azúcar con la imagen del bonito omega y su bebé en la cabeza.

El bebé que cumplía tres meses ese día.

Agustín le había hablado de ese gran acontecimiento hace unos días. El castaño parecía muy emocionado por ello, por lo que no ha podido contenerse a hacer algo bonito por él y el más pequeño.

No es para nada su estilo, pero no está seguro de que la forma en la que se comportaba antes de conocerlos fuera del todo él mismo. Siente que está cambiando a mejor, y las continuas sonrisas y ojos brillantes que Agustín le dedica día a día son la prueba de ello.

Es por eso que ahora está en su cocina, con harina hasta en las orejas y un regalo envuelto sobre la mesa de su salón. Al principio pensó que todo eso era ridículo, al fin y al cabo Nico era apenas un bebé y no podía disfrutar de todo aquello, pero Lucio logró convencerle de que estos pequeños detalles hacían la diferencia.

El quiere ser la diferencia. Quiere ser mejor para Agustín.

"Esto ya está listo" Lucio saca el pastel del horno y lo coloca sobre una tabla de madera en la encimera de la cocina "Tienes que dejarlo enfriar y después lo cubres con la nata montada que estás haciendo, ¿crees que eres capaz?"

"Claro que soy capaz" Lucio niega con la cabeza ante su duro tono de voz y se quita el delantal verde que encontró en uno de sus cajones.

"Eres tan amable" Marcos le mira de reojo y frunce sus labios ante el comentario del alfa.

"Gracias, Lucio" El mencionado alza las cejas y deja escapar una sonrisa escéptica "Me has ayudado mucho. Esto es importante para mí y significa mucho cómo te has implicado"

"Para eso estamos, amigo" Replica Lucio con una sonrisa y un golpe seco en su hombro "Espero que el corazón de ese omega sea tuyo después de esto"

"Esa no es mi intención. Solo quiero que sepan que pueden contar conmigo y hacerles este día un poco más feliz" Lucio le mira aún con su característica sonrisa. Un poco más emocionado, quizás.

"Eso es lo mismo, Marcos"

Sin poder darle más vueltas a sus palabras, Lucio se despide y sale de su apartamento. Cinco minuto después de la nata comienza a montarse y piensa que puede llorar de felicidad. Con mucho mimo y notable torpeza, decora el pastel con la crema; escribiendo el nombre del cachorro y su edad en la parte superior del dulce con sirope de chocolate.

Marcos admira su creación mordiéndose en labio preocupado. Podría haber quedado peor.

Al mirar la hora en su reloj, sus ojos se abren preocupados y se apura a lavarse un poco y vestirse al menos con unos vaqueros y una camiseta limpia. Coloca el pastel en un plato, cogiéndolo con una mano y agarrando el gran regalo con la otra.

Había quedado con Agustín, aunque no por el 'cumplemes' de Nico, sino como algo que ya se ha vuelto costumbre entre ellos. Sin embargo, esta era la primera en la que no tenía que irse a trabajar después, por lo que podría darle tiempo de calidad a ambos.

ɴᴏ ʟʟᴏʀᴇꜱ ; ᴍᴀʀɢᴜꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora