"Mierda"
Casi se le sale el corazón al ver la taza a punto de caerse en la esquina de la encimera de la cocina. No solo por desperdiciar el preciado líquido que es el té, sino porque ese golpe provocaría un estruendo lo suficientemente notable para que su omega se levantase asustado.
Son las ocho de la mañana de un domingo y no quiere que su familia se desvele y no descanse cómo deberían.
Toda la semana siempre es cansada para ambos. El trabajo les quita bastante tiempo y cuando se reúnen en casa, los mimos con su bebé son una cura para el corazón, pero ciertamente no es que descansen demasiado dado la hiperactividad de su cachorro.
El otro día decidió que si bien no podía decir más de dos palabras entendibles seguidas, podía comenzar a balbucear moviendo las manos imitando a los adultos a su alrededor cómo si realmente estuviese diciendo algo.
Es tierno hasta que eso se une a que Nico ha descubierto cómo bajar de su cuna el solo y aparece por las noches en su habitación porque todavía no ha acabado de contarle su historia inteligible en la cena.
Ellos no tienen corazón más que para asentir con los ojos cerrados y envolverlo en su olor para adormecerlo sin que este se dé cuenta.
Puede ser un poco rastrero, pero en serio ese pequeño tiene demasiada energía que agotar.
Por todo ello, necesita que su omega y cachorro duerman todo lo que no lo han hecho los días anteriores mientras él va al gimnasio de la estación a entrenar un poco.
Quiere hacerlo temprano para después pasar todo el día con sus omegas.
Por lo pronto, ha hecho un poco de huevos revueltos y panecillos tostados para ambos, intentando que su omega tenga que cocinar lo menos posible al menos durante sus horas en casa. También ha hecho un poco de puré de frutas que espera de verás que esté bueno, después del caos que ha montado para ello.
Terminando de comer su propio desayuno, se prepara su batido de proteínas para aguantar las dos horas de movimiento y mete la botella en su pequeña mochila de gimnasio.
Cuando la cierra, piensa en su atuendo formado por un pantalón de chandal gris a la altura de las rodillas y una musculosa blanca que deja ver a la perfección los músculos tensos de su espalda y sus grandes brazos tatuados.
Quizás deba llevar una chaqueta, piensa mientras saca el collar de cruz que se ha quedado dentro de la camiseta y se agarra el pelo con amabas manos comenzando a hacerse un moño para que no le moleste durante su entreno.
Aún intentando adivinar si hacía el suficiente frío fuera de casa, se da la vuelta mirando a la puerta de la cocina y su sorpresa es imposible de ocultar.
"¿Omega?"
Su precioso chico está de pie con una sonrisa cansada y los ojos algo cerrados por el sueño, pero con un brillo de ilusión que calienta su pecho y hace a su alfa querer tenerlo en sus brazos lo antes posible.
No pasa desapercibido para él la forma en que Agustin lleva puesto unos leggins negros junto con una gran camiseta estampada que, obviamente, es suya; y una cinta que despeja su frente de su pelo ya algo largo después de un par de meses sin cortarlo.
La imagen lo mata de ternura, pero no tanto como ver a su lado a un cachorro de pie agarrando su mano y frotando su ojo con sueño con la otra que tiene libre; el pequeño bebé también vestido con ropa deportiva conjuntada.
No quiere reír, pero la escena es demasiado hermosa a la vez que cómica.
"Estamos listos"
Sus cejas se alzan sin él quererlo. Agustin no reacciona y sigue sonriendo feliz.
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ɴᴏ ʟʟᴏʀᴇꜱ ; ᴍᴀʀɢᴜꜱ
FanfictionAgustin hace ruido por las noches, ojalá pudiera evitarlo. Marcos odia el ruido por las noches, ojalá nunca se hubiera quejado. O donde Agustín es un omega soltero con un precioso bebé (Nico) que no puede dormir bien porque está enfermo y Marcos es...