"¡Alfa!"El grito de su omega casi hace que se le caiga un plato mientras friega después de desayunar, pero eso no impide que apague rápidamente el grifo y corra asustado ante la molestia que siente por el lazo.
Abriendo la puerta de su habitación con la peor de las ideas en la cabeza, todo el aire que estaba conteniendo es expulsado al ver que nada tenía que ver con sus peores escenarios.
Es tan solo su cachorro tomándose su biberón en su amplia cama mientras observa tranquilamente a su madre mirarse al espejo con pánico.
Sus ojos se dirigen hacia exactamente donde los de su omega se clavan y ahora es él quién quiere gritar, pero de felicidad.
"Omega" Dice sin aliento.
"No sonrías" Contesta el nombrado girándose con angustia "Oh, dios. No es normal, no hay bronceado pronto"
Sus manos siguen en el botón de su pantalón vaquero negro, que al parecer tendrán que apartar del armario durante los próximos meses.
Marcos nunca pensó poder llorar al ver una abultada barriga impidiendo completamente que su omega pueda abrocharlos.
Sin decir nada más y sabiendo que Agustin no está más que molesto por el nuevo descubrimiento, Marcos se tira al suelo y comienza a acercarse de rodillas con la mirada fija en el vientre bajo de su pareja que se asoma más orgulloso que nunca.
No es grande, para nada; pero sí que se puede notar cómo esa circunferencia no es demasiado natural por un simple aumento de peso. A medida que se acerca, no puede dejar de imaginar cómo será completamente crecida.
Joder, está deseando que llegue ese momento.
"Marcos, ¿q-qué haces...?"
Una vez que está frente al menor, sus manos se aprietan a las caderas de su omega, casi abarcando toda la longitud de estas, y su boca ataca con castos besos toda la suave piel desnuda del ojiazul.
Esperaba un golpe, pero las risas que obtiene son mucho mejores.
"¡A-alfa, me haces c-cosquillas!"
Esas quejas le hacen reír a él, pero no para de besar toda la zona y aspira el dulce aroma que esta emana desde hace meses. Siente que puede oler al bebé, por mucho que Agustin siempre le diga que eso es imposible.
"Mi cachorro, dios, omega" Contesta sin mirarle y planeando seguir así durante horas, pero un pequeño bebé aparece a su lado saltando agitado al ver a su padre tomando esa actitud tan juguetona con su madre.
"¡Paaa!"
"A-amor" Habla Agustin entre risas, ahora intentando apartarle de su barriga "Nico, d-dile algo a papá"
Su cachorro lejos de hacerle caso a su madre, sonríe muy amplio y empieza a aplaudir a su lado, elevando sus manos queriendo imitarle.
"¡Yo!"
"¿Quieres darle besitos a tu hermanito, cachorro?" Es lo que dice maravillado cuando su pequeño bebé insiste en alcanzar el vientre de Agustin "Ven aquí"
Ahora con su cachorro apoyado en su cadera, este extiende sus brazos y acerca su boquita a la piel bronceada para dar besos desordenados que Marcos incita haciendo lo mismo, exagerando los sonidos provocando que la risa de Agustín ya no sea precisamente por las cosquillas.
Su omega está muy feliz. No es solo el lazo lo que se lo dice, sino la acumulación de agua en los ojos azules que se preparan para dejarla caer como si de preciosas cascadas cristalinas se trataran.
"Te amo tanto, mi amor" Contesta desde la misma posición arrodillada cuando cesan los besos "Cada día más. No me digas que no te gusta la manera en que tu cuerpo le hace espacio a nuestro hijo"
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ɴᴏ ʟʟᴏʀᴇꜱ ; ᴍᴀʀɢᴜꜱ
FanfictionAgustin hace ruido por las noches, ojalá pudiera evitarlo. Marcos odia el ruido por las noches, ojalá nunca se hubiera quejado. O donde Agustín es un omega soltero con un precioso bebé (Nico) que no puede dormir bien porque está enfermo y Marcos es...