Marta y Caro II "Digna hija"

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- ¡Caroline Graham Hansen! - grite para despertar a mi esposa al hacerlo me miró asustada.

- Cállate Marta Torrejón de Mataró - tapó su cara con la almohada ignorándome.

- Levántate - recordé que teníamos que llevar a nuestra hija a su primer día de clases - tenemos que llevar a Martina - me levanté de golpe porque tendría que levantar a Marti y ella es igual a Caro, que detesta ser levantada temprano.

- Todavía es temprano, bebé - soltó una queja ganándose una mala mirada - Bueno, me levanto sin decir nada - ella besó mis labios, después toda mí cara - ¿No podemos llevarla mañana? - pregunto tratando de acostarse otra vez.

- Ahora Caroline - asintió levantándose con cara de miedo - Ve a despertar a Marti yo preparare el desayuno - camino fuera de la habitación no sin antes darme un beso.

Comencé a preparar el desayuno tratando de que sea saludable pero también divertido para mi bebé.

Ser madre estaba siendo una tarea difícil, sin embargo todo el amor que recibía a cambio hacía valer la pena todo.

Hoy sería el primer día de primaria de Marti que estaba igual de emocionada que nosotras pero a mi me causaba muchos nervios y una sensación de vacío al saber que ya se está siendo grande.

Me extraño que tardarán tanto, espere unos minutos más para que los panqueques estuvieran y camine a la habitación de mi hija.

Abrí la puerta y sin evitarlo sonreí pero después fingí mi ceño fruncido, Caro y Marti estaban abrazadas y muy dormidas, no pude evitar sacarles una foto para el recuerdo pero ahora las despertaría.

- ¿De verdad estarán dormidas? - mí esposa abrió un solo ojo y de inmediato al verme cubrió a Marti porque sabía que le haría cosquillas.

- Yo te protejo mi bebe - le hice cosquillas a Caro que se hizo dramáticamente a un lado dejando el camino libre para que fuera con la pequeña - Perdón mi bebe, te amo - dijo con drama haciéndose la muerta o desmayada no sé qué fue esa actuación.

- ¡No mami! - grito levantándose de la cama pero la atrape antes de que huyera para hacerle cosquillas - No mamá - gritaba mientras reía fuertemente, después de unos minutos paramos de jugar.

- A desayunar mis amores - Martina corrió hacia la puerta queriendo huir.

- Marti - la regaño mí esposa ya que se estaba saltando su aseo matutino.

- Bueno - camino con desdén al baño y con mi esposa bajamos a terminar el desayuno.

Era el momento que no quería que llegara, las tres estábamos paradas frente a su nuevo colegio donde pasaría todas las mañanas.

- Diviértete, haz muchos amigos y sobre todo se tu misma - asintió mirandonos con preocupación.

- Tranquila cariño, solo diviértete - asintió abrazándonos con fuerza, nos despedimos de ella que nos saludo de la puerta con una tímida sonrisa.

- Me siento vieja - hablé cuando subimos al auto para ir al entrenamiento, a pesar de haber adoptado a Marti hace unos meses me sentía mayor de ver cómo avanza cada día y de solo pensar que se iría como yo cuando era menor me hacía sentir extraña.

- ¿Puedes sentirte más vieja? - blanquee mis ojos.

- Callate que eres menor solo por 5 años pero los 30 vienen pisándote los talones - quito su sonrisa mirándome con un puchero - No me mires que sabes es verdad - giró los ojos.

- Si es verdad - saco mi vaso donde preparó proteínas - por cierto, toma que tienes la cabeza en las nubes - sonreí por el detalle.

- ¿Qué habré hecho para merecerte? - fingió pensar.

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