Lia y Mariona "Acampada"

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– El estrés te está matando – suspiré por el comentario de la rubia – Deberías probar visitar el lugar – me recomendó Ana, mi mejor amiga, la rubia tenia un poco de razon, estaba bastante estresada con el trabajo y de verdad quería unos días solo para mi y poder reconectar todo nuevamente. – Además la dueña es muy buena y te atenderá mucho mejor al enterarse de que eres amiga mía – sonrei por lo convincente que podía ser mi compatriota.

– Deja de tratar de convencerme, ya lo hiciste – sonrió victoriosa sacando su celular.

– La llamare ahora mismo – se levantó para hacer una llamada supongo que a su amiga. Yo saqué mi celular para verificar mi horario y tratar de organizar todo para lo más pronto posible.

– me acaba de decir que cuando quieras ir seras bienvenida – sonreí asintiendo y terminando de coordinar todo.

– todavía no es seguro pero puede ser para la semana que entra – su cara expresaba demasiada felicidad y eso llamaba un poco mi atención, la analice unos momentos hasta que reaccione. – Supongo que hay una carpa que comprar – se levantó con una gran rapidez haciendo que sonría.

– Esa es una gran idea – se detuvo un momento al oír su celular sonar. – Un momento – se fue a charlar con no se quien sin embargo pude ver una hermosa sonrisa en su rostro, me emocionaba de que pudiera ser alguna conquista. Ella en verdad se lo merece.

– ¿Y? – pregunté pícara cuando apenas llegó a mi lado, de cerca pude ver su sonrojo.

– ¿Y qué? – seguí mirándola interrogante, sabía que la presión comenzaria a consumirla hasta hablar. – No es nadie, solo es una amiga que me pidió ayuda – agacho levemente la cabeza, supe de inmediato que trataba de esconder su sonrojo inevitable.

– Dejemos esta conversación acá y ve – beso mi mejilla con cariño y se fue. Suspiré agarrando mis llaves, mi celular y mi billetera para salir en busca de una carpa.

Llegue al super, bastante desorientada porque no sabia muy bien donde comprar una carpa, mucho menos cual seria la indicada. Pensé en preguntarle a Ana pero mejor decidí no interrumpir su cita y solo guiarme a puro instinto.

Entre buscando a alguien que me pudiera guiar y por suerte me dijo donde podía encontrar carpas así que sin más me dirigí a la zona, además de mi en el pasillo se encontraba otra chica.

Me entretuve viendo las carpas, estaba demasiado confundida. ¿Una carpa automática? ¿Como es posible eso?. No se cuanto tiempo estuve así pero al parecer le di pena a la chica del pasillo que se acercó a tratar de ayudar.

– ¿Que buscas en específico? – hablo con un marcado tono extranjero aun que no podía descifrar de donde.

– E-es la primera vez que voy a acampar – genial Lía, ahora tartamudeas. Siendo sincera la chica tiene buenos rasgos además de que es muy amable y se ve en un muy buen estado físico, tan solo sus brazos en esa remera musculosa. Me regañe varias veces mentalmente por mis pensamientos aun que no los negaba demasiado ya que tenían razón.

– Te recomiendo esta – me pasó un saco de color rojo, leí las indicaciones y decía carpa para dos personas y unas cosas más. – Dice para dos pero es muy cómoda para una, sino puedes elegir la de 4 personas sin embargo puede que necesites ayuda en el armado – comenzaba a arrepentirme un poco de la acampada.

– Por un momento casi me olvido de ese gran detalle – sonrió muy tímidamente. – Creo que llevaré la de dos personas – se iba a dar media vuelta pero mi mano en su hombro la detuvo. – No se nada de esto y se nota que tu sabes ¿Podrias ayudarme? – sonrió enormemente y su sonrisa me contagió, se notaba que transmitía felicidad. Así fue como pasamos casi una hora eligiendo cosas y donde me explico todo lo básico para acampar.

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