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Marta y Caro "¿Hijos?"

- ¿Quién es la mejor tía? - le pregunté a Mateo el hijo de Irene que solo sonreía tal vez no queriendo decidir entre mi prometida y yo - Dilo bebe -

- Deja de presionarlo, él sabe que yo soy su mejor tía - respondió Marta, mi futura muy hermosa esposa.

- Las dos están equivocadas, yo soy su mejor tía - dijo Ana mari ganándose por completo la atención de Mateo y ahí entendimos todo.

- Creo que ya sabemos quien es la mejor tía - dijo Irene riéndose de nosotras cuando el pequeño se fue con la Suiza.

Camine hacia mi prometida escondiéndome en su pecho fingiendo dolor por la traición del pequeño.

- ¿No han pensado en hijos? - mire de inmediato a Lucia, la esposa de Irene que movió con la cadera a su esposa como ¿Regaño?, la de tener hijos no es una conversación que hubiéramos tenido creo que ni siquiera estaba en nuestro radar - Digo serían buenas madres, Mateo las adora - sonreí inevitablemente imaginándome con hijos.

- No de mi parte no, sobrinos si pero no mis propios hijos - abrí levemente mi boca sorprendida por la respuesta de mi prometida.

- ¿Porqué no cariño? Sería bonito - no voy a negar que me ilusionaba bastante la idea de tener hijos, vi como Marta fruncía levemente su ceño.

- Por muchas razones Caroline - se sintió extraño cuando me llamó de esa forma, se notaba el cambio drástico y que la idea de hijos le molestaba.

- Bueno ¿Cómo la pasaron en sus vacaciones? - cambió de tema Lucia y yo agradecía eso.

Mi buen humor se sentía por el piso después de la declaración de Marta, ella comenzó a hablar con las chicas mientras yo me perdía por ahí en el cumpleaños rodeada de niños.

Ana Mari que estaba atenta a la conversación se acercó con Mateo en brazos que al verme medio triste puso un puchero tomando mi rostro.

- No le prestes atención, hay una buena razón cariño - susurro Ana y yo le agradecí con la mirada y una sonrisa, Mateo logró mejorar un poco mi ánimo sacándome sonrisas.

Me separe de mí prometida para jugar con Ana y el pequeño, la rubia lo levantaba por los aires y yo los seguía detrás provocando que se riera como nunca.

Jugar con ellos de verdad me había echo olvidar todo con Marta, terminamos los tres agotados en el suelo de tanto jugar hasta que llegó Alexia y el pequeño se levantó de nuevo para salir a jugar con su tía.

- No sé de dónde saca tanta energía - dijo en inglés y yo asentí la verdad no tenía idea de dónde sacaba tanta energía.

- Es una verdadera pregunta - suspiré mirándola, con Ana habíamos tenido una relación amorosa en el pasado pero lo dejamos porque ya no nos queríamos de esa forma pero seguimos siendo grandes amigas, al final siempre es con la que puedo contar.

- Sobre lo de Marta, solo escuchala cariño - acarició mí mano como apoyo - Está loca si decide no tener un hijo contigo - sonreí sin poder evitarlo, nos quedamos unos segundos en silencio y ella todavía tenía su mano sobre la mía.

Nuestra tranquilidad se vio interrumpida por una carraspeo, gire mi cuello encontrándome a mi prometida con cara de pocos amigos, trague grueso al verla de esa forma eso significaba una cosa, discusión.

- ¿Interrumpo? - negué levantándome del suelo para acercarme a ella pero antes ayude a Ana a pararse - ¿No puedes dejar sola? - la rubia asintió susurrando algo cuando pasó por su lado.

La española cerró la puerta de la habitación de juegos de la casa de Irene para luego dirigir su vista únicamente hacia mí poniéndome nerviosa.

- ¿Qué fue todo esto? - fruncí mi ceño sin entender a los que se refería.