Mi "Inocente" Baby

30.

Pov. Toni

–Cher, amor, despierta.–necesitaba que ella se levantara del sofá, en este momento tenemos dos problemas.

–TT, estoy cansada, déjame dormir.–dijo sin abrir los ojos.

–Cheryl.–me arrodillé delante del sofá tomando sus manos entre las mías.–Kevin y Joaquín están por llegar.

–Mierda.–al parecer le recordé el sitio donde estaba, se reincorporó.–¿Cuál es el problema con eso?–Me preguntó al parecer molesta por que la desperté de su profunda siesta.

–Bueno... hay dos para ser exactas. Número uno, estas semidesnuds en la sala de estar, número dos el sofá está arruinado.

–Cierto.

Ella se levantó y se empezó a vestir, mientras yo me limite a observar su divino cuerpo.

Ella se dio cuenta de lo que yo estaba haciendo, pero solo sonrió, no me regañó ni se burló de mi, a pesar de eso no pude evitar sonrojarme un poco.

Cuando terminó de vestirse se alejó un poco para hacer una llamada, pude ver como hacía gestos con sus manos y supuse que estaba hablando sobre el sofá porque lo señaló con su mano.

Cuando colgó la llamada no pude soportar la intriga.

–Y... ¿bien?–la verdad no sabía que se supone debiera preguntar, así que esperaba a que eso fuera suficiente.

–Bueno... dentro de unos minutos traerán cocinas retráctiles nuevos, exactos para ese sofá, también la parte del asiento y los van a reemplazar. No te preocupes.–se acercó a mí y me abrazó tiernamente, todo esto es nuevo.

–¿Qué hacemos mientras?

–Primero deshacernos de eso.–dijo señalando el pequeño desastre que ELLA hizo.–Segundo...–Tomó mis manos entre las suyas y entrelazó nuestros dedos.–Recoger tus cosas, te vienes hoy mismo para mi casa.

–¿Qué? Cher, debo hablar de esto con Joaquín y Kevin, después de lo hospitalarios que fueron conmigo no puedo simplemente irme así como así.

–No lo harás, ambas vamos a contarles que volvemos a estar juntas, esta vez de verdad, pero si empacamos tus cosas desde ahora, podrás estar en mi casa hoy, de lo contrario tendré que esperar a mañana y me muero de ganas de tenerte corriendo por casa.

¿En serio?

–¿Cher, te piensas un soy una niña chiquita o que?–dije haciendo un puchero.

–Si que lo eres.–se acercó a mí y me abrazó.–Pero eres totalmente pervertida cuando deseas serlo.–me susurró al oído.

–Bu-bueno... no es como que te moleste.–le dije alzando una ceja.

–En absoluto.–me sonrió maliciosamente.

Ambas subimos a mi habitación, ella observó con detenimiento todo.

–Buscaré mi maleta, ayúdame a empacar, ve sacando mis cosas del armario.

Ella empezó a sacar mis percheros uno a uno para ir poniendo la ropa doblada sobre la cama, luego colocaba los percheros donde estaban.

–¿Los percheros no son tuyos cierto?

–No.–dije colocando la maleta sobre la cama para después abrirla e ir echando mis pertenencias.

Si hace unos meses me hubieran dicho que esta hermosa pelirroja con carácter de perros me estaría ayudando en algo tan básico como esto de una manera tan amable no lo hubiera creído.