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Me parece que esta demás decir que la fiesta de anoche se salió un poco de control.

Tuve que limpiar todo yo misma, una desgracia en lo que a mi respecta. Puede que Toni ya halla firmado pero todavía corro el riesgo de que rechace mi ayuda. Es tan inocente que puede que no sepa que una vez firmado el contrato debe cumplirlo al menos, por un lapso determinado de tiempo.

Betty me llamo por teléfono esta mañana y me aviso que traería a Nana Rose y a mi amigo Alex después del medio día. Lo cual me da el tiempo suficiente para que si Toni viene, pueda enseñarle la casa y enseñarle algunas cosas, también para salir y dar una vuelta por los alrededores en busca de trabajo.

Ding, dong*

Apenas son las seis de la mañana, que idiota se le ocurre venir a estas horas.

Fui a abrir la puerta.

No puedo creer que Toni sea tan...

–Hola Cheryl.–No se porque me sorprende.

–Hola Toni, pasa.

Toni venía con una mochila en su espalda y creo que los documentos que trae en la mano es el contrato.

–Aquí tienes el contrato, ya lo eh leído.

–Buen, ¿Estás de acuerdo con todo?

–Si. Estas siendo muy generosa conmigo, asi que no es para menos.

¿De verdad no sé da cuenta de que yo también saco provecho de esto?

–Vale, vale.–no es que sea antipática, pero esta chica es un poco cursi.–Ven conmigo. Te llevaré a la que será tu habitación.

–Bien.–No se como logra verse siempre tan...viva.

A ver...es humana, ya se. Pero...el resto de humanos que conozco siempre se están lamentando, están molestos, arrepentidos de toda su vida. Se ven más...preocupados.

En cambio Toni se ve una chica con total despreocupación, sin embargo, se preocupa mucho por hacer lo que ella considera "correcto".

La guíe escaleras arriba y la lleve a una de las habitaciones de empleados, la más grande de ellas. Es lo mínimo que puedo hacer por la pobre humana.

De igual manera sigue siendo una habitación de invitados nada extravagante.

–Es aquí.–abrí la puerta y le cedí paso.

–Es...

–Es una habitación de invitados, puedo darte una de las principales si quieres.–Ya decía yo que tenía que parecerse en algo al resto.

–No. Esta está...perfecta. Es hermosa.–¿Qué? Esto no puede estar pasando.

–Qué bueno que te guste.–esto no me puede estar pasando.–Allí está el armario.–dije señalando el armario, cuyo tamaño es equivalente al de una furgoneta.

–¡Es enorme!–está chica se sorprende por todo. No es la gran cosa, mi armario es cinco veces este.

–¿Cuando vamos a recoger tus cosas?

–Ya las traje.

–¿Las dejaste en la entrada?

–Están aquí.–señaló la mochila en su espalda, se la quito y la dejo en la cama.

Empezó a sacar mudas de ropa, si habían seis eran muchas. Sacó un cepillo de dientes y uno de pelo. Eso es todo.

–¿Son todas tus pertenencias?–pobre chica, empieza a provocarme lástima.

Mi "Inocente" BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora