8.

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Déjenos de lado la tarde de ayer.

No pasó nada fuera de lo normal a demás de que yo tuve que volverme de hierro porque no puedo resistirme a las provocaciones inconscientes de esa chica.

Estoy llegando a la empresa de...bueno mi empresa.

–Hola Jay Jay.

–Hola Cher.–dijo mientras me abrazaba en el vestíbulo de la empresa.–Ven.

Primero subió a la oficina principal, la que antes era suya, a partir de ahora es de mi propiedad. Anunció por los altavoces que todos los empleados fueran a la sala de reuniones.

Al llegar a la sala de reuniones me llevé una sorpresa nada grata.

Una loba, llama Erika, estaba allí. Es... más bien fue novia de mi hermano. En mi opinión solo es una víbora que nunca debió acercarse a nuestras vidas.

Durante la reunión mi hermano le explicó a todos que ahora yo soy la jefa.

Cosa que al parecer no les importó, pobres, no saben la que les espera.

Cuando la reunión llegó a su fin la perra, o sea, Erika dijo que quería hablar conmigo en privado.

No me pareció una buena idea puesto que no soy buena con el filtro y autocontrol.

De igual manera acepte y la lleve a mi oficina, le cedí el paso y cerré la puerta.

Jay Jay me dijo que me esperaría en el área de descanso, la cual ya me había enseñado junto con toda la empresa cuando llegué.

–¿Qué quieres bruja?–nunca, de los nunca jamases nos hemos llevado bien, así que no tengo por qué ser hipócrita con ella.

–Oh, mira demonio, no quiero hablar contigo. Solo quería aclararte que no podrás con todo esto.

–Se nota que no me conoces en lo absoluto.

–Es demasiada responsabilidad para ti. Después de todo no eres más que una bastarda, no tienes lo necesario y jamás lo tendrás, acéptalo.

–¿¡Qué has dicho maldita escoria!?

–Dije...–se acercó más a mi de manera amenazante, lo cual logro hacerme enojar mucho más.–...que no creo que tengas lo necesario para dirigir la empresa. Yo debería ser la siguiente al mando independientemente de no tener sangre Blossom. Tu...no eres más que escoria.

En ese momento sentí toda la sangre de demonio que corre por mis venas arder como si fuera un volcán.

Y se que no es físicamente posible pero sentí como si mi sangre se calentara a una temperatura sobrehumana.

No pude controlarme, me lancé hacia ella y le di un puñetazo en toda la cara y con todas mis fuerzas.

Ella casi cae al suelo pero no lo hizo, tiene bastante fuerza la lobita.

Intentó devolverme el golpe con su mano izquierda pero lo logré esquivar con mi mano. Con la mano derecha, o sea, la libre, le di un golpe en el estómago haciéndola doblarse de dolor.

La tome del cuello y la acorrale a la pared.

Yo estaba usando demasiada fuerza, estoy segura de que si fuera humana ya estaría muerta, no me cabe duda de eso.

–Escucha maldita loba, YO SOY LA NUEVA JEFA, TE GUSTE O NO. Aquí la única escoria que hay eres tu. Escucha muy bien mis palabras, LARGO DE MI EMPRESA, estas despedida, cariño. No eres más que una aprovechada que se estuvo aprovechando de mi hermano durante meses, por suerte, el logro ver la realidad.

–No...puedo...respirar.–su voz apenas era audible.

Por un segundo...solo uno, llegue a considerar matarla.

Una piedra menos en mi camino.

Soy mitad demonio, puedo deshacerme de su cadáver, no sería la primera vez. Nadie lo notaría y yo no tendría ningún problema.

Pero...luego pensé en Toni.

La imagen de la chica de tez morena, ojos marrones y mechas violetas vino a mi cabeza.

Ella no estaría contenta, estaría aterrorizada.

De repente me sentí flaquear.

Decidí soltar a la chica no sin antes hacerla caer al suelo con un poco de fuerza.

Ella calló de rodillas con las manos en el suelo, empezó a respirar más rápido de lo normal, sus bocanadas de aire eran realmente enormes.

Con la punta de mi tacón la hice mirarme a los ojos.

Pude ver que ya se empezaban a formar algunas lágrimas en los suyos.

–Te doy una hora para desaparecer completamente sin dejar algún rastro. Si no lo haces...–me acerqué más a ella.–...te mataré.–estoy segura de que mis ojos en este momento son rojos.

Cuando es mi sangre de demonio quien actúa suelen cambiar a un rojo carmesí.

–Yo...–empezó a llorar.–...esta bien.–agachó su mirada en cuanto la solté.

Salí de la oficina echa una furia, me dirigí inmediatamente al área de descanso. Como todavía estamos en horario laboral estaría sola.

Salvo por mi hermano.

–¿Cher?–mis ojos deben seguir rojos.–¡Hey!–Se levantó del asiento y me abrazó.–Cálmate, respira. Piensa en algo que te haga controlarte.

Lo único que me vino a la mente fue Toni, tal y como hace un rato lo hizo.

Tal vez porque es lo único cien por ciento puro que hay en mi vida en este momento. Sea por el motivo que sea, es bueno tener un salvavidas.

–Vale, ya está.–dije separándome de él.–Lo siento.

–¿Tu...bueno...–se empezó a rascar la cabeza, lo hace muy a menudo cuando está nervioso.–...le hiciste algo?

–Casi.

–¿Qué te hizo controlarte?

–Fue el recuerdo de Toni.–Estoy siendo lo más honesta posible.

–¡Uh!–Claro que el tenía que molestarme con eso.

–¡Idiota!–lo golpeé en el brazo.–Ella es inocente, es pura. Por eso se me vino a la cabeza.

–Vale, vale.–caminó hacia atrás con las manos en alto.

–Ya me voy.

–¿Ni el primer día vas a trabajar en la oficina?

–No, trabajaré desde casa. Estoy demasiado alterada y si vuelvo a verla no se si pueda controlarme.

–Esta bien. Ven aquí.–me abrazó, como cuando éramos niños pequeños consolandonos por los regaños del demonio que tenemos que llamar madre.

–Gracias Jay Jay.–dije separándome.

–No hay de que, Cereza.–Jason me solía llamar así hace muchos años, siempre ame que lo hiciera.

–Me voy a casa.

–Vale.

Salí de la oficina y me subi a mi auto.

Me tomé un minuto para relajarme, podría ser peligroso manejar así. Una vez lo conseguí puse en coche en marcha.

Al llegar a casa me encontré con una Toni sentada en la sala, con cara de preocupación, la cual aumento en el momento que me vio a los ojos.

Sentí mi corazón comprimirse al ver terror en su rostro.

Mi "Inocente" BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora