GÉNESIS | Sasuke & Hanami Uchiha

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Ese pájaro de arcilla me había dejado a una hora de la entrada de Konoha, me dispuse a escribir una carta para Obito, donde informaba mi retirada de la Cuarta Guerra Ninja, no quería volver a pelear nunca, no quería dañar nunca a nadie más. Tras pensarlo un tiempo me dispuse a dar paso firme hacia Konoha y ya en la entrada deje caer mi capa, junto a mi capa mis armas y junto a mis armas la Hanami llena de odio que cargaba en mis hombros, los ninjas apenas me vieron me acorralaron y aprisionaron.

-habla todo lo que sabes, Hanami Uchiha- mi mirada cayo a la mesa y con una sonrisa nostálgica comencé a hablar, de todas y cada una de las cosas que sabía, todo lo que podía contar, todo lo que podían saber y toda la información que pude transformar de mi querido Sasuke, yo sabía que él era un hombre bueno perdido en oscuridad, una oscuridad de la que solo Naruto lo podía sacar.

9 de octubre según mis cálculos, mañana es el cumpleaños de Naruto...una fuerte punzada en el pecho me hizo retroceder mis pasos ¿Qué mierda está pasando? Llegaban imágenes borrosas a mi cabeza, sobre esa maldita guerra, como pude burle esa seguridad mediocre con la que me tenían encerrada y deje una nota informando mi colaboración en la guerra y que nada más terminara volvería a mi celda, soy una mujer responsable ¿sabes?

Ya en el campo de batalla no sabía a donde ir, ni que hacer, a lo lejos pude ver a Shikamaru y corrí hacia él, cada vez que me acercaba mis pasos se hacían más lentos, no solo me acercaba a mis ex compañeros, me acercaba al cuerpo de...mi querido Neji, el cual yacía en los brazos de un dolido Lee –N-Neji- mi voz llamo la atención de los demás ahí los cuales dirigieron su mirada en mi dirección, en un pestañeo estaba arrodillada junto al castaño de ojos aperlados, mis manos temblaban mientras acariciaba su rostro, las voces de mis amigos se escuchaban borrosas, hasta que sentí en mi hombro una mano cálida, voltee a verlo y era Shikamaru, sin pensarlo me abalancé a él, simplemente no podía creerlo, sé que el tampoco, después de todo siempre habíamos sido los tres juntos, me aleje de Shikamaru y mi cabeza bajo hasta el rostro de Neji depositando un beso en su mejilla.

No quería pelear así que me dispuse a empezar a sacar los cuerpos del campo de batalla, algunos mal heridos y otros muertos, todo con ayuda de los ninjas medico; a lo lejos pude divisar a Obito, sé que él no me vería, pero desde donde estaba le mande mi sonrisa más cálida y suplicante para que no dañara a mi Sasuke. –parece que las cosas están feas ¿no? - me hablo un ninja médico, yo asentí –pero presiento que terminara pronto...- el me miro algo extrañado –no deberías estar peleando ¿Hana?- volví mi mirada al hombre, era Kanae, corrí hasta él y lo abrace –no peleare...mi guerra ya termino, querido- el me apretó a su cuerpo -¿Dónde está Kai?- el apunto con la cabeza el campo de batalla y yo asentí –está a punto de empezar- el me miro extrañado y yo señale la luna, antes de que pudiera hacer cualquier pregunta ambos caímos ante el poder del Tsukuyomi Infinito...

"Mami, mami" unos leves llamados me levantaron de un plácido sueño, eran Hanako y Yosuke, me senté y mande uno de mis dedos a mis labios e indique que hicieran silencio, pues su padre seguía durmiendo, sigilosamente me levante de la cama y salí del cuarto con los niños –Preparemos el desayuno de su padre- ellos asintieron con emoción y entraron a la cocina junto a mí. Ellos ya estaban sentados cada uno en su lugar mientras yo terminaba de servir los platos, cuando de repente alguien me sorprendió por la espalda dándome un gran abrazo lo cual me hizo sonreír instantáneamente, gire mi cabeza sobre mi hombro y vi a aquel pelinegro que me tenía loca –que dormilón eres- le reproche y él me sonrió –tu tampoco querías levantarte- me dio un beso en la boca a lo que solo escuchamos "qué asco" por parte de los pequeños, reímos simultáneamente

-cariño, hoy tenemos una comida con nuestra familia- me recordó mi esposo, a lo cual asentí –ya hornee un pastel, no podemos llegar con las manos vacías- el me regalo una de esas acogedoras sonrisas –¿no están emocionados de ver a los abuelos?- les pregunte a los niños, ellos asintieron con emoción y ambos sonreímos –entonces vayan a bañarse- los mando su padre y ellos corrieron a sus cuartos tras dejar los platos en el lavavajillas, yo recogí el plato de mi esposo y el mío –te toca lavar los trastes- avise mientras lo veía por el rabillo del ojo –lo hare cuando regresemos...ahora- el me tomo como si fuese una princesa y me beso –tenemos que bañarnos- yo pataleaba para que me bajara mientras me reía –Sasuke, por el amor de Dios bájame- le rogué a lo cual solo negó con la cabeza y terminamos entrando juntos al baño.

-madre, Mikoto-san- salude a las mujeres que se encontraban en la entrada del patio donde se haría esta reunión, los niños pasaron corriendo para abrazar a sus abuelos, tíos y demás familiares –nos alegra tenerlos aquí- ambos agradecimos, yo me dispuse a dejar el pastel en la mesa larga donde figuraba la comida, Sasuke se retiró para tener una conversación con Naruto, gran invitado de honor, a mi lado se posiciono, Neji, Shikamaru e Itachi -¿Qué tal llevas el matrimonio?- me pregunto Shikamaru –preguntas como si todos aquí no estuviésemos casados- le conteste al perezoso –pues no todos...- nos carcajeamos en la cara de Neji, un hombre solitario –nadie me merece- nuestra risa se hizo más grande –dejen al muchacho en paz- se acercó Obito junto a Kakashi –otro solterón- hablo Shikamaru refiriéndose al peli plata –Pero no por mucho- dijo Itachi –dicen las malas lenguas que el cuarentón está saliendo con alguien- una gota de sudor recorrió su frente -¡Todos a la mesa!- anunciaron Nami y Fugaku al unisonido, se dio inicio al festín, todos hablando unos con otros, los niños corriendo por el lugar siendo felices al igual que los adultos, me retire un poco para poder observar las estrellas, pero alguien me tomo de la cintura y me abrazo -¿Qué sucede?- me pregunto el amor de mi vida –nada importante, solo...te amo- bese sus labios, un beso extenso y lleno de sentimiento por él, y por lo que hubiésemos podido ser...