XXVII

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Las cosas estaban realmente mal ahora, y parecía que Jisung no lo notaba.

¿Porque sonreia así?

¿Porque sonreia apesar de lo que acaba de decir?

SE ESTABAN QUEDANDO SIN DINERO.

— No te preocupes Min, el señor Yang me pagará en unos días.

Minho había fruncido el ceño nuevamente, últimamente lo hacía muy seguido.

El se veía realmente estresado.

Y Jisung hacia como si nada pasara.

— No, eso es para tu matrícula, ya las has atrasado varios días. Si no la pagas pronto no podrás empezar el próximo semestre.

Jisung lo había visto con los ojos brillates y había sonreído.

— Entonces empezaré el otro semestre. No hay afán.

¿Porque?

¿Porque?

¿Porque estaba siendo tan difícil ahora?

¿Porque tenía que retrasar su sueño?
El había prometido ayudarle.

SE LO HABIA PROMETIDO.

Minho observo a Jisung quien ahora dormía, le acaricio la mejilla y sobo su cabello.

Sus ojos estaban cerrados, su respiración era tranquila y su mejilla se habia abultado.

Esa imagen hizo que los ojos de Minho empezarán a picar.

— ¿Está siendo difícil para ti? Por favor dímelo.

Susurro, un susurro que iba cortando con el nudo que se estaba formando en su garganta.

¿Que harás cuando te des cuenta que le arruinaste la vida?

Esas palabras aún golpeaban su mente.

Sus manos se movieron hacia los dedos aún vendados de Jisung. Había heridas nuevas, heridas que el mismo Minho había ayudado a vendar.

— Lo lamento. Lo lamento mucho Jisung.

Susurro de nuevo al mismo tiempo que sus ojos se iban empañando.

Minho se levantó sin poder controlar su llanto y camino al baño, al entrar cerro la puerta.

Vio su reflejo en el espejo, se veía tan lamentable.
Se veía tan débil.

~No eres quien para mezclarte en esta familia

Grito la voz de la señora Han en su cabeza.

~Que le puedes ofrecer a alguien como él~

Las palabras de su madre también le hacían eco en la cabeza.

¿Que harás cuando te des cuenta que le arruinaste la vida?

El te odiara cuando se de cuenta de que atruinaste su vida

Minho cerro los ojos y se echó agua helada en la cara, sus ojos aún continuaba derramando lágrimas y su garganta no permitía que el aire pasara fácilmente.

No hay futuro para ustedes, Minho.

Le dió un débil golpe al lavamos y las lágrimas seguian saliendo.

Tengo miedo

No debes tener, yo te protegeré. Te lo prometo.

TU DESTINO |MINSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora