TU DESTINO |MINSUNG|

I

Jisung, el mejor estudiante de la clase, siempre había sido así, desde la primaria Han Jisung se había destacado enormemente en sus notas y tampoco es que tuviese otra opción, ya que si quedaba fuera del promedio sus padres lo matarían.

Por eso se encontraba de nuevo allí, como todos los días.
En la biblioteca.

— Sabía que estarías aquí — Hyunjin, su mejor amigo de toda la vida estaba ahora frente a él con una sonrisa que el conocía perfectamente.

Jisung levantó los ojos del libro de economía que ojeaba y los clavó en su amigo.

— Si estás aquí de nuevo por lo del cumpleaños de Seungmin ya te dije que no iré.

— ¿Pero porque? Tus padres no se darán cuenta, le daré algo de dinero a tu profesora de Mandarín, ella dirá que fuiste a su clase.

— No es solo por mis padres — Jisung suspiró y cerró el libro — Ya te dije que tengo problemas con el mandarín, si no lo domino antes de terminar la universidad tendré un serio problema con la dirección de la empresa...

— Es solo una clase Jisung, ademas ¿porque necesitas saber tantos idiomas? Ya hablas inglés, francés, japonés y hasta algo de español ¿tienes que aprenderte todos los idiomas del mundo para manejar la empresa de tu padre?

— Lo siento, no iré — el pelinegro se puso de pie y guardó su laptop en su maletín — Dile a Seungmin que luego le doy un presente. Tengo que irme, el señor Bang ya está aquí.

Y sin más, salió de la biblioteca dejando a un frustrado Hyunjin.

A decir verdad Jisung siempre le había guardado algo de envidia a su amigo, desde que lo conoció siempre había sido tan autentico y... libre.

La familia Hwan era dueña de muchos restaurante de lujo en el país, así que Hyunjin venía de una familia poderosa, pero era una familia diferente, sus padres siempre le habían dado libertad, de hecho cuando Hyunjin le contó que quería estudiar artes y sus padres lo habían aprobado Jisung estuvo realmente sorprendido.

Al parecer la única familia que decidía el destino de su hijo era la suya, y bueno, no es que le molestara en realidad, o más bien, toda su vida le habían dicho que no debía molestarle, que debía aceptarlo y eso estaba haciendo, aceptando su futuro, viviendo la vida que había sido elegida para él.

— ¿Cómo le fue Joven amo? ¿Alguna novedad? — su chofer, Christopher Bang le saludo apenas la puerta del auto se cerró.

— Hablaste con Hyunjin ¿verdad? — Jisung lo miró con sospecha, el chico frente al volante sonrió.

— ¿te llevo a la fiesta?

— No, ya le dije a Hyunjin que no iré — el chofer pareció decepcionado

— ¿entonces? ¿A las clases de mandarín?

— Si, gracias Chris — sacó su celular y se puso los audífonos inalámbricos — estaré estudiando.

Chris se dispuso a conducir sin molestar la concentración del menor.

Cada tantos segundo daba vistazos rápidos por el retrovisor, veía el rostro concentrado del menor en lo que fuera que estuviese escuchando, y es que le daba algo de pena el chico, pues a sus 19 años él no debería estar estudiando un viernes en la tarde luego de que sus clases hubiesen terminado, él debería estar divirtiéndose con sus amigos en esa fiesta de cumpleaños.

Pero Chris era un simple chofer, y el no podía opinar en esas cosas.

🐿️

Después de tres horas, la clase había terminado y Jisung estaba totalmente frustrado.

Tal vez, debía abandonar la clase de mandarín, eran demasiado difíciles, tantos caracteres tantas acentuaciones diferentes.

Ya le dolía la cabeza de tanto pensar.

Al subir al auto se recostó sobre la cabecera de la silla de enfrente y suspiró profundo.

— Chris ¿puedes poner algo de música?

El mayor asintió feliz y en los parlantes del auto empezó a reproducirse una movida canción al mismo tiempo que el auto avanzaba de manera lenta por culpa del tráfico de la ciudad, Jisung tenía recostada la cabeza sobre el vidrio y se sumergía en la balada que ahora sonaba.

Por Dios, como amaba la música, y como había odiado el momento en el que su padre le había dicho que la música era solo una perdida de tiempo.

"Debes enfocarte en cosas importantes como los balances o cómo se hace una buena administración, deja de escuchar cosas que te hacen perder el tiempo"

Él no consideraban para nada que la música le hiciera perder el tiempo, todo lo contrario, era una manera de escapar del mundo en que vivía.

Tal vez tu padre no quiere precisamente eso, que escapes de tu realidad. Necesita mantenerte enfocado en lo que quiere que tú hagas — se había atrevido a opinar una vez Chris.

Jisung llevó la mirada a su chofer y levantó la cabeza del vidrio.

— ¿crees que esté allí?

Chris miró a su joven amo por el retrovisor rápidamente.

— Probablemente

— lléveme Chris, por favor.

El auto se desvió del camino que guiaba a la mansión de los Han y pronto se detuvo cerca del parque de Seúl.

Las iluminaciones del parque se veían bellísimas, esa era una de las cosas que más le gustaban a Jisung de visitar este parque en la noche.

Pero había algo, o más bien alguien que lo hacía desviarse últimamente del camino hacia su casa.

Jisung se bajó del auto y en compañía de Chris caminó hacia el centro del gigante parque.

Una rueda de personas animaban la presentación y la música resonaba en los parlantes.

Jisung se introdujo quedando al frente del montón de personas observando el show. Chris a su lado le sonrió.

Allí estaba él, aquel castaño que hacía desviar a Jisung de su hogar.

Su cuerpo se movía al compás de la música, sus movimientos eran limpios, su expresión era increíble. Se notaba que sentía la música recorrer su cuerpo.

Era un increíble bailarín y eso había llamado la atención de Jisung totalmente.

Desde hacía dos semanas Jisung había estado visitando ese parque todas las noches luego de terminar sus clases particulares.
Ver a este chico bailar lo hacía sentir tranquilo, se emocionaba con cada una de las coreografías que veía, sonreía con cada movimiento y se le ponía la piel de gallina.

Esta vez cuando el bailarín terminó su presentación, Jisung y todos los presentes aplaudieron enérgicamente, ya Jisung sabía lo que seguía, en chico que se presentaba con él rapearía.

Ya Jisung se conocía el show de memoria.

Pero algo diferente acababa de pasar.

¿Porque el bailarín había agarrado también un micrófono? ¿Porque la pista no era de rap si no que era lenta? ¿Era una balada?

A Jisung se le erizó la piel cuando el bailarín de cabello castaño empezó a cantar.

— Que linda voz — susurro

Y no mentía, este chico tenía una voz tan dulce que derretiría el corazón de cualquiera y el de Jisung no fue la excepción.
Luego de que la parte del castaño terminó comenzó el rap lento y sentimental del pelinegro que lo acompañaba.

Definitivamente había sido una presentación diferente y esto a Jisung le había encantando.

Y como había echo todas las noches saco de su cartera un billete de 50.000 wons y lo puso en el stuche del bafle.

Luego de esto se marchó.

Volvería la próxima semana.
Contaría los minutos para volver, sería un largo fin de semana.

🐿️💕🎧