XXIX

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— Si ibas a dejarme así, no debiste acercarte en un principio a mi, no debiste hacerme creer que podría vivir de una manera diferente — las lágrimas de Jisung caian como cascadas logrando que Minho se sintiera terriblemente culpable — ¡No debiste hacer que me enamorara de ti! ¡¿Cómo se supone que siga sin ti?! ¡¿Que es lo que quieres que haga?!

Minho se arrodilló quedando frente a un agitado Jisung que no podía controlar su llanto.

— Tal vez nos adelantamos, tal vez... Nosotros no estamos destinos a estar juntos.

La mirada de Jisung se clavo en los oscuros ojos del castaño y sintió como su alma se quebraba por dentro.

Pudo ver cada momento de los últimos meses, pudo ver a Minho reír con él, pudo ver cada abrazo y cada beso que se daban. Pudo ver cómo cada momento de su felicidad se rompía, cada recuerdo se cubría de una oscura aura.

Todo había desaparecido, en cuestión de segundos.

Se acabó.

Susurró todo su ser.

— Te odio.

El corazón de Minho se congelo al escuchar al menor, su cuerpo perdió fuerza y no fue muy conciente de cuando Jisung se puso de pie para luego salir de la casa dando un portazo.

🐰💔🐿️


No sé sentia bien, el dolor de cabeza le estaba taladrando por dentro, sus labios estaba secos y su cuerpo sudaba mientras temblaba. Se levantó lentamente y agarro el tarro de medicamentos que había sobre la mesa de noche, saco dos pastillas y las metió a su boca para luego pasarlas con un vaso de agua, luego volvió a acostarse.

Sus ojos viajaron por su habitación, y sus ojos se llenaron de lágrimas que derramó en cuestión de segundos.

Estaba muy triste, extrañaba mucho a Minho, amaba mucho a Minho y no tenerlo cerca lo estaba matando, pero también tenía mucha rabia, recordar las palabras que le había dicho la noche anterior lo destruían por dentro.

Se preguntó una y otra vez porque había dejado de amarlo, vio cada una de sus acciones en Gimpo y no encontró alguna válida para que Minho se cansará de él, pero seguro la había.

¿Era su culpa que Minho lo hubiera dejado?

— No debí — Murmuró al viento mientras sus lágrimas seguía llenando su rostro — No debí enamorarme de ti, no debí hacerlo.

La puerta de su habitación se abrió y su madre entro con una bandeja en las manos, cuando Jisung sintió la presencia se limpio la cara y se acostó de lado para no verla.

— Hijo, ¿Te sientes mejor? — Jisung no le respondió — Te traje algo de comer.

— No tengo hambre

— Debes comer, no has comido nada.

De nuevo un silencio se apoderó de la habitación. La mayor soltó un sonoro suspiro y se dispuso a salir de la habitación, pero la voz de su hijo la freno.

— Quiero ir a Malacia, mamá. — La señora Han se sorprendió de la petición — No quiero estar aquí — la voz de Jisung se rompió y los gimoteos fueron los que se escucharon en la habitación.

La mayor se acercó a la cama y tomo a su hijo en sus manos, abrazándolo.
Jisung se agarró del cuerpo de su madre y se abrazo a ella dejando que su llanto saliera.

— Todo estará bien, hijo. Ya todo pasará.

Las manos de la mujer sobaron la cabeza del menor.

— Me duele mucho mamá, lo extraño.

TU DESTINO |MINSUNG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora