TU DESTINO |MINSUNG|

Especial

— Cuando te vi por primera vez supe que eras el amor de mi vida, cuando ví tu sonrisa entendi que quería verla para siempre, cuando toque tu suave piel no quise despegarme de ella un solo instante, cuando te bese sentí que toque el cielo. Cada vez que te miro, cada vez que te siento cerca comprendo lo afortunado que soy de tenerte conmigo. Fui el hombre más feliz del universo entero cuando me dijistes que aceptabas  casarte conmigo. Ahora eres todo mío, y eso me hace feliz porque te amo más de lo que el amor permite.

Las lágrimas del chico vestido de blanco frente a él empezaron a desplazarse por sus mejillas, sonriendo tímidamente y sintiendose feliz de escuchar aquellas bellas palabras del chico que había elegido para pasar el resto de su vida.

Esa era su mejor decisión en años...

—Te amo —susurro

—Los declaró oficialmente esposos, pueden besarse.

El más alto tomo a su, ahora esposo, de la cintura y sello aquel amor con un tierno beso, sintiendose el hombre más afortunado del mundo de tener a alguien tan increíble junto a él.

La brisa golpeó levemente el rostro de la pareja de recién casados y los aplausos y gritos emocionados se escucharon en la playa donde se celebraba la boda, Minho tomo a Jisung se la mano y le sonrió con dulzura limpiando delicadamente las mejillas del peli negro eliminando las pequeñas lágrimas que derramaba.

Jisung le sonrió y bajó la mirada algo apenado.

—Eres un llorón —susurro cerca de su oído.

—Las bodas me emocionan —respondio siendo ahora el quien limpiaba sus propias mejillas.

—No imagino entonces como estarás en la nuestra —bromeo el mayor acariciando con el dedo índice el anillo de compromiso que adornaba el anular de Jisung.

—Probablemente tendré que retocarme e el maquillaje mil veces antes de decir que acepto.

Minho río ante la broma y le dió un beso fugaz. Mentiría si dijera que no contaba los minutos para casarse con Jisung, ese había sido su sueño desde que lo había conocido y ahora que las cosas ibas cada vez mejor era el momento de hacerlo. Y gracias a Dios Jisung había aceptado su propuesta.

La pareja de recién casados caminó por la alfombra blanca que adornaba la arena de la playa mientras los invitados les llevaban el camino de rosas.

Jisung aplaudió con todas sus fuerzas al ver a sus amigos caminar tomados de las manos con un enorme sonrisa en el rostro, se les veía tan felices que el no pudo evitar sentirse muy emocional y comenzó a llorar, nuevamente. Minho nego levemente al ver a su prometido limpiarse la cara una vez más en esa tarde.

Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había llorado Jisung ese día.

La fiesta había cambiado a un salon abierto que daba vista al mar, la música resonaba por los altavoces y los invitados bailaban al ritmo de esta al mismo tiempo que bebian alcohol.

Seungmin había perdido ya su corbata y su cabello estaba algo desordenado, le dió un beso a su esposo y le indico que iría a sentarse con sus amigos un rato, Chris asintió con una sonrisa y lo acompaño a la mesa.

—¿Porque están sentados aquí? Es mi boda, aquí nadie se sienta sin que yo les de permiso —hablo en un tono alto al llegar a ellos.

—Estoy muerto —dijo Jisung echandose para atrás en el silla —Minho tiene mucha energía cuando está ebrio, yo no doy para tanto.

—¿Y dónde está? —esta vez preguntó Chris.

—Alla —Jisung señalo con el dedo y Chris siguió con  la mirada.