Capítulo 3

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Todo está oscuro cuando vuelvo a mi casa. Y en parte me alegra, así la gente no puede verme. En cierta manera, mi mente le está echando la culpa a mi madre, y me odio por ello. Todo esto es tan estúpido. Me gustaría tener una elección, y si la tuviera, sabría que sería Erudición. Me gusta la idea de ser una Erudita, me gusta la idea de poder llegar a ser como mi madre.



Abro la puerta, y sé que mi madre estará sentada en el sofá esperando una explicación, y sé que no quiero dársela porque sería restregarle que me quedo en Cordialidad por ella, y de alguna manera sé que el tono de voz que utilizaré no mejorará las cosas porque sería restregarle que me hará vivir una vida infeliz, una vida que yo no quiero. Y no es así. Vivir una vida así es mi elección.

Al entrar la veo sentada en el sofá, gira la cabeza hacia mi y empieza a levantarse pero yo la detengo levantando mi mano.

—Supongo que tendremos que hablar de esto. — empieza ella. Nunca antes me había dado cuenta de cómo la luz dorada hacía resaltar sus rasgos, y de lo guapa que es.

—Supongo que sí. — digo intentando sonreir pero fallando. Avanzo hasta ella y me siento a su lado.

—Hoy ha sido tu prueba de aptitud, y ya sé que no me puedes decir el resultado. Sólo quiero saber si tu resultado no ha sido el que esperabas. — dice ella con suavidad.

—No, mamá. No ha sido un resultado que no estuviera esperando. — sé que se lo tengo que contar todo, así que allá vamos. — No ha sido Cordialidad, si eso es lo que te estás preguntando. Pero en la prueba de aptitud, caí en la cuenta, y ahora sé que si me voy, te dejaré sola, y no haré eso. Dios, estaba tan cegada por irme de aquí, por vivir una vida que me hiciera de alguna manera feliz que no pensé en tí. Y en ese momento me sentí mal. Lo siento si te preocupó.

—¿Vas a dejar Cordialidad?

—No, no voy a hacerlo. Te dije que no te voy a dejar sola. — repito cansandome de esta conversación. Miro a la mesa del centro y veo una mosca volando quién sabe dónde porque lo único que hace es volar en circulos.

—Sí, te vas a ir de Cordialidad. Elige una facción que te guste. Pero por favor, no elijas esto porque no te hace feliz. Soy tu madre, ¿crees que soy tan tonta?¿Crees que no me he fijado en tus gesto o en tus caras? Odias esto. Vete y yo me las arreglaré. No soy una niña de seis años. Por favor Arden.

—Mamá, por favor. Quiero hacer esto. — digo suplicando.

—No, no quieres. Y punto, mañana elegirás otra facción. Y ya está. Y te juro que, si te quedas aquí me pegaré un tiro para que tu vida sea más desdichada. — dijo con una sonrisa, que no consiguió contagiarme.

Me levanté del sofá y subí las escaleras, dando esta conversación por zanjada. ¿Por qué todo en la vida es tan complicado? Y por qué ahora, mi madre no quiere que me quede con ella. Aunque mi decisión está hecha.

Me tiro sobre la cama y me duermo. No creo que duerma bien, pero merece la pena intentarlo. O no.

SPIN-OFF DE DIVERGENTE: Nueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora