Capítulo 25

60 8 3
                                    

Noto como me voy despertando poco a poco. Y cuando lo hago, parece que he pasado horas ahí echada. Intento incorporarme, pero mis costillas duelen, ya casi había olvidad mis heridas. Todo mi cuerpo arde.

Miro a mi instructora, que está mirando la pantalla del ordenador. Pasan dos minutos y ella sigue mirando la pantalla del ordenador. Así que pienso algo para sacarla de su ensoñación, pensando que hice algo mal, por eso debe estar mirandola.

—¿Cuánto tiempo he estado? —digo poniendome de pie cuidadosamente. Ella gira su cabeza hacia mí y veo su cara. Está llena de incredulidad. Y no sé por qué.

—¿Tú que crees? —dice levantando las cejas, un gesto a lo que ya me he acostumbrado. Me encojo de hombros. Porque sinceramente no tengo ni idea.

—Horas, supongo. —digo intentando no pensar en todo lo que ha ocurrido.

—Has tardado dos minutos, Arden. Sólo dos. —dice ella negando con la cabeza.

No entiendo lo que quiere decir, pero empiezo a caminar hacia la puerta, dispuesta a irme. Quiero descansar. Quiero borrar esta simulación de mi mente y no volver a recordarla nunca. Cuando voy a abrir la puerta, ella me toca el hombro. Me tenso inmediatamente y me aparto en un movimiento brusco. Ella se da cuenta y su rostro se vuelve triste.

—Eso no es bueno, Arden, nada bueno. Y que yo me vea implicada en esto tampoco lo es. No te voy a delatar. Pero tienes que mejorar. Al final del día te asignaré un compañero o compañera para que te ayude. Y tu le ayudes. ¿Vale? Y ahora vete y no hables con nadie sobre esto.

Asentí y abrí la puerta, todos me miraron y yo seguí caminando hacia los dormitorios. Cuando llegué allí me tiré en mi cama. Quería dormir. Quería que todo desapareciera.

SPIN-OFF DE DIVERGENTE: Nueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora