Capítulo 6

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2 días después.


Me despierto con el ruido de pitidos. Pitidos muy fuertes. Y en seguida me incorporo y me pongo las botas rápidamente. Miro a mi lado y veo a Byron haciendo lo mismo. A mi alrededor todos están haciendo lo mismo. Algunos corren hacia la puerta descalzos. Otros se levantan del suelo, al parecer fuimos más de los que creíamos que seríamos y ellos se negaron a dormir con los nacidos en Osadía. Un hombre vestido de negro entra y empieza a gritar. Una voz entra por la puerta, de los altavoces que hay. "Esto no es un simulacro" Dice la voz, y no para de repetirlo.

-¡Esto no es un simulacro! -dice a la vez que yo acabo de vestirme con los pantalones, camisa y botas, negras, por supuesto - Seguidme, están atacando el recinto.

¿Quién atacaría el recinto de Osadía? Parece una tontería al pensarlo. Pero aún así me apresuro a seguirle, Byron también le sigue, detrás de mí. El pasillo está oscuro, todo está oscuro, a excepto de unas cuantas luces que hay cada unos aproximadamente diez metros. Cuando llegamos a la fosa Byron y yo nos miramos al ver que el hombre ha desaparecido. Estamos todos en medio de nada. No hay nadie. Todos se juntan más, asustados. Yo me acerco más lejos del centro y empiezo a mirar hacia arriba, como si algo fuera a salir por los pasillos y atacarnos.

Empiezo a escuchar voces y el sonido de pisadas. Miro a mi alrededor en busca de algo que pueda utilizar para luchar. ¿Pero qué vas a encontrar? Me siento estúpida por pensar en eso.

Le hago a Byron un gesto con la cabeza y él se acerca a mí. Le digo lo que he visto y oído y él asiente y me mira atentamente.

-¿Por qué no luchamos? -dice él cuando yo ya he acabado.

-Como si no tuvieramos otra opción. -le digo mientras me dirigía hacia el grupo apiñado en el medio.

-Vamos a luchar, es lo único que podemos hacer.

Algunos asienten, y otros simplemente se quedan quietos, veremos quién lucha cuando vengan. Se oyen más pasos, esta vez el ritmo es acelerado. Me pregunto dónde están todos. Por una boca hacia un pasillo empiezan a salir personas, visten de negro y no se les ve la cara, llevan una especie de pasamontañas, dirigiendose hacia nosotros y no parace que quieran hablar.

-Llevan armas. -dice Byron mirandome.

-Moriremos en el intento. -digo intentando calmarlo con una broma, pero él se aterroriza - Es broma.

Nos avalanzamos sobre cualquiera que esté en nuestro camino. Me dirijo hacia un hombre, se empiezan a oir disparos. Él levanta el arma hacia mí, pero no dispara, me acerco lo suficiente para pegarle un puñetazo, notando como el dolor recorre mis nudillos, y es reemplazado por el dolor en cara, al notar la parte porsterior del arma. Me avalanzo sobre él, pero es más rápido y me tira al suelo, mi cabeza golpea fueremente en el pavimiento y el dolor se expande por todo mi cuerpo. Me obligo a levantarme. Tengo que levantarme. Me siento mareada y me tengo que volver a tumbar, toco mi mejilla y veo sangre en mi mano, escuece mucho. Me quedo ahí tumbada y noto como él se posa encima de mí, me mira y veo unos ojos azules, no sé a que me recuerda. Extiendo mi mano para tocar su cara, pero él me agarra del brazo y la vuelve a bajar. ¿Quién es?

Cuando intento volver a levantarme al no sentir ningún mareo, no puedo. Casi no puedo moverme, me tiene agarrada por las piernas, entrecruzandolas con las suyas y sus manos yacen a ambos lados de mi cabeza. Intento zafarme del agarre, que ahora parece una jaula y fallo. Él es más fuerte que yo.

-Ir llevando a los que estén heridos a la enfermería. Yo me encargo de ella. -les dice a las personas que vinieron con él, pero hay algo extraño, su voz me resulta familiar. Se quita el pasamontañas y lo tira lejos de él. Entonces, vuelve a poner sus manos a ambos lados de mi cabeza, ésta vez, juntando su cara a centímetros de la mía. Neus.

-¿Qué haces? -digo asustada por su proximidad.

-¿Tienes miedo? -dice alzando las cejas y sonriendo con arrogancia.

-¿Debería?

-En absoluto. -seguía sonriendo.

-Déjame en paz. -su rostro se endurece y ahora está muy serio.

-Esto es una advertencia, quiero terminar el primero en la clasificación, y voy a hacerlo. Dylan dijo que tenías posibilidades, pero yo me aseguraré de que no las tengas, y no las tendrás. - parecía enfadado, pero yo no sabía por qué, ¿qué he hecho?

Se levanta tan rápido que no me doy cuenta y me ayuda a levantarme, estoy frustrada. ¿He hecho algo mal? Para ser sincera ahora que recapitulo no he hecho nada malo, no hay razón para odiarme. Camina alejandose pero de repente da la vuelta y me mira.

-¿Arden? -dice con un tono de voz que no logró diferenciar sus emociones. Al ver que no contesto, sonrie. - Si te vuelves a cruzar en mi camino te destrozaré.

Veo como se aleja y me voy caminando hacia la enfermería. No tardo mucho en llegar, pero cuando entro, el hombre que en un principio dijo que lo siguieramos está ahí de pie, hablando, mientras los demás están alrededor de él.

Me siento en una camilla y oigo lo que está diciendo.

-Esto ha sido una prueba, ¿para qué? Bueno, noy hay camas suficientes en las habitaciones de transferidos, y dado que ninguno quiere dormir con los nacidos en Osadía. Hemos hecho una especie de concurso y los nueve primeros dormirán con ellos. Y ahora, os enseñaré la clasificación de esta prueba. -dijo colgando una pizarra en la pared. Luego se fue.

Me alejé de inmediato y fui a curarme mis heridas, ya que no ví a ninguna enfermera. La herida de mi cara escocia y los cardenales de mis nudillos estaban rojos y morados. Intenté pensar con claridad mientras sostenía un algodón sobre mi cara.

No quería ver la tabla, tenía miedo de lo que pasara, tenía miedo de ir a dormir a una habitación donde él estuviese. Le tenía miedo a él, quería llorar. No haría eso. No puedo mostrar ninguna debilidad delante de nadie. No ahora.

Cerré los ojos con la mayor fuerza posible y me mantuve así durante unos minutos. No quería abrir los ojos porque volvería a la realidad y no me gusta. Desde que llegué aquí no he parado de golpear a la gente, y la gente golpearme a mí. Podrá ser parte de una prueba y lo haré sin discutir, pero que me guste o no es opción mía. Y no me gusta. Quiero que todo esto acabe.

-No aprietes tanto, o dolerá más. -dice él parandose enfrente.

-Por favor vete. -le ruego.

Su cara no dice nada, y me mira durante un minuto. Me pongo rigida. Y ahora tengo que admitirlo, le tengo miedo, no me gusta tener miedo, a nadie le gusta. Y tengo miedo de él, de que me haga daño.

-Has quedado la segunda, enhorabuena. -dice con una expresión de hielo. Lo miro a los ojos y me avergüenzo a mí misma al tener los ojos húmedos, pero sin derramar una lágrima.

-Déjame en paz, por favor. -le ruego.


No quiero estar en una habitación con él.

Me asusta el miedo que pueda llegar a hacerme sentir.

SPIN-OFF DE DIVERGENTE: Nueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora