Capítulo 15

68 10 7
                                    

—¿Y por qué eres tan agresivo conmigo? Me odias. —digo apartando su mano me mi cara. Estoy dispuesta a soltar su mano cuando él agarra la mía fuertemente y cierro los ojos para no apartar su mano. Él empieza a reir. Abro mis ojos y lo miro. Parece relajado.


—No te odio, si te odiara no estaría contigo ahora mismo. —su expresión cambia de relajada a seria en menos de un segundo. Frunce el ceño y mira al suelo intentando decir algo que no quiere o simplemente recordando algo—. ¿Sabes que son los ataques de ira? —me mira y al ver que no respondo vuelve a mirar al suelo— Yo tengo ataques de ira, cambio de cero a cien en menos de un segundo y puedo hacer trizas cualquier cosa. Soy muy agresivo. Cuando te miro me entran ataques de ira.

Creo que no tarda más de dos segundos en darse cuenta lo incómoda que me siento. Pero no estoy incómoda o no es que no quiera hablar con él. Esque sigo cogida de su mano, encajando piezas de un puzzle que nunca se resolverá. Estoy asustada, sigo tensa y por mucho que intente calmarme no lo consigo.

—A veces me controlo, otras no, por eso acabaste con dos costillas rotas y todo el cuerpo amoratado. Y la razón es, y siempre fuiste tú... —vuelvo mi cabeza para encarlo y él se encoge de hombros.

—No me eches la culpa de todo. —digo en un reproche.

—No lo hago, desde que ibamos al módulo superior a clase me había fijado en tí. Tu no prestabas mucha atención en los Osados. No sabías que existía. Me sorprendí al ver que eligiste Osadía porque pensé que querías ser una Erudita. Te veía leer a escondidas en la biblioteca con la excusa de ser voluntaria. Yo también lo era.

Su cara no me parecía familiar. No la recordaba. ¿De verdad había hecho eso? No me sentí halagada, ni mucho menos. Escalofríos recorrienron mi cuerpo a la vez que él proseguía.

—No quería que eligieras Osadía porque no puedo protegerte de la facción que escojas. Quería protegerte, pero tu te empeñas en ponerte en peligro. E intento dejar de hacerlo. No puedes luchar contra una elección que ha hecho una persona, una elección que formará parte de su vida, siendo parte de ella misma. —para cuando acabó su explicación yo ya estaba levantada y lo miraba dispuesta a irme. Al parecer él lo entendió y empecé a andar. Los dormitorios estaban todavía en silencio para cuando llegué.

Me eché en la cama y volví a pensar en lo que había sucedido. Había una pregunta que gritaba por salir, ¿por cuánto? ¿Por cuánto tiempo estuvo observandome? Recuerdo la forma en la que lo dijo y me vuelvo a poner tensa, parecía obsesionado, casi enfermo. No es nada de lo que me había imaginado de él, apenas lo conozco. Sólo me ha amenazado unas mil veces. Pero nunca lo he conocido. Y creo que nunca lo haré.

Me concentro en intentar conciliar el sueño, que parece que acude a mí rápidamente. Casi han pasado tres días sin dormir, así que dejo que me envuelva. Intentando alejarme de él todo lo incoscientemente posible.

SPIN-OFF DE DIVERGENTE: Nueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora