Capítulo 8

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Golpee antes de que sus ojos se apartaran de mí y pude ver que no se lo esperaba y que de verdad le hice daño, y me alegré, esto si podría ser memorable después de todo. Hasta que su puño llevo a mi cara, y solté un grito gutural, pero me avalancé sobre él cargando con toda mi fuerza, haciendole caer en el suelo de forma estruendosa. Y empecé a darle puñetazos en la cara, se protegía con los brazos, por lo que tenía que golpear más fuerte para hacerle daño. Sus musculosos brazos me agarraron de los míos, empujándome más allá de él, y cayendo de espaldas contra el pavimiento. Lo miré y aún se estaba levantando, por lo que me volví a lanzar sobre él, que ahora estaba sorprendido por mi reacción. Me senté sobre sus piernas y volví a arremeter contra él con mis puños, su cara estaba roja por la sangre y sentía pena por él. Así que paré y me puse a pocos centímetros de su cara, inspeccionando si estaba bien.


—¿Estas bien? —dije con suavedad. No me gustaba pegarle, y no quería luchar contra él. Pero a él le entusiasmaba la idea, y parece que se ha estampado contra un muro. —Lo siento.

—Me rindo. —dijo levantando el brazo para demostrar que aún seguía vivo. No paraba de mirarme a los ojos y yo tampoco paraba de mirarle, porque no quería mirarle la cara llena de sangre, que seguía fluyendo a chorros. —Eres un monstruo. —dijo incredulo, pero a la vez sonriendo. Yo también le sonreí a la vez que me levantaba de un salto y lo ayudaba a levantarse.

Miré a Neus por un momento y nuestras miradas se cruzaron, su mandíbula se había tensado, y sabía lo que eso significaba, yo había ganado la pelea, y él estaba todavía por pelear. Si él perdía, aunque lo dudo mucho, yo pagaría las consecuencias. Llevé a Byron a la enfermería y después de unas horas volví a la sala de entrenamientos para ver los resuldos, caminé hasta la tabla y ví que Byron había perdido su primer puesto, al igual que otra chica a la que no conocía. Había tres personas empatadas en el primer puesto, Miles, Neus y yo.

Miré a mi alrededor y vi que él se acercaba a mí, y me temía lo peor. ¿Qué quería? Me estaba asustando aún más al ver su gesto relajado al caminar. Se paró a mi lado y empezó a mirar la tabla. Yo me ponía cada vez más nerviosa, y su calma me daba miedo. Me di media vuelta y empecé a caminar cuando él me llamó por mi nombre, esperé a que viniera y cuando estaba enfrente de mí, miré sus ojos, inexpresivos, al igual que su cara. Entonces comenzó a hablar, sonriendo, ¿cómo no?

—¿Sabes que corres peligro al estar en primera posición, verdad? —dijo sonriendome y cruzando los brazos.

—Miles también está en primera posición, ¿por qué no lo asustas a él? —dije a la defensiva, su expresión cambió.

—¿Te asusto? —dijo seriamente. No iba a dejar que supiera eso, le daría ventaja sobre mí, aún más. Así que esbocé una sonrisa y puse los ojos en blanco.

—Me aterras. —dije encaminandome otra vez hacia la enfermería. Entonces su mano agarró mi brazo y su sonrisa fue más punzante. Me tensé al notar su tacto. Él apenas lo notó y si lo hizo lo ignoró.

—Me toca mañana pelear con Miles, así que la pugna por él primer puesto sólo será entre tú y yo. Y peleamos en cuatro días. —dijo esbozando otra sonrisa —Te destrozaré, no lo dudes.

Y eso es lo que me preocupaba, que pasara lo que pasara, me iba a destrozar igual. Intenté calmarme en cuanto volví a la enfermería. Pero mi cabeza no dejaba de dar vueltas.

SPIN-OFF DE DIVERGENTE: Nueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora