Capítulo 33

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Cuando volví con mi equipo, habían notado mi desaparición, todos estaban sorprendidos al verme viva, bueno, al verme, pensaban que estaría despierta, que ya me habían matado. Les conté que necesitaba encontrar al equipo dos, y que lo hice, que tenía una idea de dónde estaban.

Si Neus me había encontrado, su equipo no tendría que estar tan lejos, él no se alejaría tanto. Al menos eso creo, ya no sé que creer sobre él, que intentara besarme fue una sorpresa, todavía estaba en shock. No sentí miedo, en realidad, no sabía lo que sentí.

Me senté junto al fuego cuando todos se durmieron, la primera guardia la hacíamos Kian, Miles, Aiko y yo. Me sentía cansada, pero no iba a dormirme, al menos eso esperaba.

—¿Los viste? —dijo Miles sentandose a mi lado—. ¿Al equipo dos?

No sabía que contestarle, no iba a decirle que me encontré con Neus. Pero tampoco quería mentirle. Me encogí de hombros y miré el fuego, como consumía la madera. Una metáfora perfecta. Si Neus era el fuego, yo sería la madera. Aunque recordándo la manera en la el roce de su mano quemaba, no era fuego. Era fría como el hielo. Negué la cabeza queriendo olvidar eso.

—Los escuché. —dije mirandole.

—Mañana irémos a por ellos. —dijo intentando sonar seguro.

No había mentido del todo, dije que escuché al grupo dos, no a todo el grupo, pero escuché. Quería que todo acabara y poder olvidar esto. Pensé que sería fácil, pero creo que me mentí a mí misma. Podría ir ahora mismo y hacerlo yo misma.

—Vamos ahora, Miles. Lo haremos ahora, tu y yo no haremos mucho ruido. —él dudó al principio, pero se levantó y se puso en marcha.

—Volvemos en unos minutos. —les dije a Kian y a Aiko. Ellos no se molestaron en mirarnos. Siguieron hablando.

Empecé a caminar y Miles me seguía. Tenía que estar cerca, Neus no pudo haber caminado tanto tiempo sólo para encontrarme. Yo caminaba intentando ser cautelosa, a Miles parecía no importarle ser visto. Después de unas miradas severas entendió que estaba haciendo mucho ruido. Ahora caminaba siendo cuidadoso.

Recordaba el camino, por muy oscuro que estuviera lo recordaba. Unos minutos más tarde estabamos parados en el lugar en el que hacía unas horas estabamos él y yo. Negué con la cabeza cuando me di cuenta que ya no sabía qué dirección tomar.

—¿Y ahora? —dijo Miles.

—Calla, igual podemos escucharles. —dije intentando sonar segura, pero por su reacción parecía alarmado.

—¿¡Ya no sabes que dirección tomar?! —dijo sorprendido.

Le dije que se callara y que escuchara, escuchamos gritos y nos miramos el unos al otro sonriendo. Tenía razón, no podían estar muy lejos. Los dos sacamos un cuchillo y empezamos a caminar hacia las voces.

Cuanto más avanzamos más se oían las voces. Toda la oscuridad fue desapareciendo cuando nos acercamos al grupo dos, que estaba alrededos de una hoguera que habían hecho. Me coloqué detrás de un árbol y Miles hizo lo mismo. Volví a echar un vistazo al grupo. No se habían dado cuenta de nuestra presencia.

—M. a la de tres. Apunta bien. —dije mirandole y volviendo mi cabeza al equipo dos cuando M. asintió.

—Uno. —dije subiendo el cuchillo a la altura de mi cara.

—Dos. —visulicé a una chica rubia sentada al lado del fuego. Apunté a su cabeza, siendo consiente de lo difícil que sería acertar, pero tomando el riesgo.

—Y tres. —dije lanzando el cuchillo y dando en la frente, aparté mi cabeza cuando ví el cuchillo clavado y la sangre callendo, parecía tan real.

Miles le había dado a otra chica en el estómago. Se veía tan aterrorizado como yo. Era horrible, nosotros habíamos hecho eso. Empecé a notar como mi visión se nublaba y me desvanecía en la oscuridad para despertarme en la silla de dentista.

Me incorporé y me levanté cuando mi vista no era borrosa. Empecé a caminar hacia la puerta cuando Byron empezó a caminar a mi lado. Estaba enfadado.

—¿Por qué has hecho eso? —dijo levantando la voz más de lo necesario. Seguí caminando.

—Porque era neceario. Estas vivo. —dije parandome y mirándole a la cara— Sigue jugando.

SPIN-OFF DE DIVERGENTE: Nueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora