Hemos subido del sótano poco después, ya vestidos para la cena. Las chicas habían traído otra ropa en sus maletas de mano y se han preparado usando los espejos que hay en la sala por todas partes. Yo las miraba orgulloso. Orgulloso de ellas, porque son preciosas, imperfectas y poseen una inteligencia emocional desbordante. Pero también orgulloso de mí por formar parte de su mundo. Las dos se han enfundado un vestido largo. Eva de color azul eléctrico ajustado, con una única manga de tirante y Julia con un vestido palabra de honor en color negro. Yo me he puesto el traje que traía y una camiseta negra ceñida. Al subir buscamos por la casa a Laura, hasta que la encontramos en el comedor atendiendo al personal que está preparando todo para la cena. Laura viene rápido a abrazarnos muy sonriente. Abraza primero a Julia, interrogándola con la mirada y ella le contesta susurrando en su oído. Después se saluda con Eva, que le cuenta riéndose a Laura, que le encanta la ducha de aspa del sótano. Todos reímos. Después me abraza a mí. Me mira el pelo y acaricia mi cabeza sonriendo. Me dice que estoy guapo y nos besamos. No hay duda de que vuelve a ser Laura. El beso es tierno y delicado. Pero cada vez que junto mis labios a los suyos, enfermo más, de la atracción que siento. No me pregunta nada. Creo que sabe todo solo con habernos visto las caras a los tres, pero me susurra que estoy muy atractivo cuando me relajo. Sí, joder. Acabo de relajar mucha de la tensión que estaba sufriendo todos estos días. Lo he hecho porque ella, Amanda así lo deseaba y porque yo también. Y lo más importante es que los dos lo deseábamos para concienciarme de lo que viene mañana. Para soportar esa presión y disfrutarla, para adentrarme más en mis fantasías y liberarlas y para entender mejor, todo esto tan nuevo y asumirlo. En ese momento llaman a la puerta y Laura va a abrir. Viene con Carlos de la mano.
Al final, quizá también lo que había preparado Amanda en el sótano iba de esto, no lo sé, pero es cierto que mientras ella, ahora Laura, atiende a todas las personas que van llegando, nosotros tres, Eva, Julia y yo, estamos muy relajados y distendidos. Hablamos y vamos conociendo a los que no conocíamos. En ese momento aparece en la casa Jaime y no viene solo. Le acompaña su nueva pareja. Yo me quedo pasmado por la semejanza entre ella y Laura. La chica, Gloria, tiene más o menos la misma altura, 1,73, el mismo peso 51, los mismos pechos, 90 copa B, y hasta el mismo peinado y tono de cabello, que Laura. Habla en un tono bastante dulce también y es muy joven. Enseguida se encarga Jaime de contarnos que Gloria fue alumna suya, que está haciendo un máster después de terminar la carrera y que tiene 24 años.
Gloria es extrovertida y muy cercana, pero cuando estamos hablando veo unas marcas rojizas que aparecen por debajo del cuello de la blusa que trae. En este momento estamos hablando en un grupo, solos los tres y ellos dos se han dado cuenta de que yo miraba esas marcas. Como acto reflejo, Gloria ha llevado una mano a esa zona tratando de ocultar esas marcas, pero Jaime ha dicho algo llamativo.
-. No lo ocultes. Aitor es de nuestro círculo y entiende…
En ese instante, Gloria se ha puesto más seria y ha bajado la vista al suelo. Me ha parecido patético, humillante y denigrante. Jaime ha sustituido a su expareja, Laura, por una que se le parece muchísimo. Ha vuelto a pescar entre sus alumnas una candidata óptima, además muy joven. Se llevan más de veinte años de edad. Todo eso a mí, no me parecería mal en principio. Tampoco que Jaime pegue a su nueva pareja. Sé que él es amo y entiendo que está iniciando a Gloria en las técnicas sádicas. Lo que me parece fatal es que delante de mí, quiera exponer eso que a ella le provocaba pudor o vergüenza, y lo hace porque ahora Laura está conmigo. Bueno, al menos porque yo fui el causante de que le dejara a él. Me veo obligado a contestarle, intentando no enfrentarme, más de lo necesario.
-. En realidad no. Aunque lo respeto.
-. Bueno, no quería decir que fueras parte de nuestro mundo. Solo que lo has empezado a conocer y a entender. Gloria es una alumna muy aventajada. ¿Te gusta, Aitor?.
-. Me parece una chica inteligente y fantástica, Jaime. Y os deseo a los dos una vida completa y feliz juntos.
-. Me refería más, en lo que confiere a tus aficiones. Si te gustaría follártela... Si quieres hacerlo, yo te la cedería ahora mismo. Ella estaría encantada si yo se lo ordeno.
-. No, Jaime, vuelves a equivocarte conmigo. Primero que mis aficiones como has dicho, están mejor que atendidas. Pero lo más importante es que para que yo mantuviera un contacto con otra persona, lo que me importaría sería lo que desee hacer esa persona, no su amo. Que entienda la motivación, no implica que la comparta, Jaime.
En este momento Jaime acaricia la cara de Gloria, que se ha sonrojado mucho con la conversación entre Jaime y yo. Después le da dos palmadas delicadas en la cara. Ella mira al suelo continuamente. En esta pelea de machos que intenta Jaime mantener conmigo, hace una velada y sutil alusión a que no quiero follarme a Gloria porque Laura es demasiada mujer para mí, insinuando que él, se podría follar a cualquiera de la fiesta, a todas las mujeres de ser necesario, y aun así, al volver a casa, hacer feliz a Gloria. Yo he desistido de hacerle entender nada a Jaime, pero después de ese momento, la charla ha vuelto a ser normal y educada. Incluso Jaime ha sacado el tema del traje diciéndome que está deseando verme con él, porque tengo que estar muy sexy. Gloria también ha conseguido relajarse con una charla más normal y olvidar el momento anterior de tensión.
Justo antes de cenar llegan los últimos invitados. En total somos unas veinte personas. Solo conozco a Carlos, Jaime, a Nina y a las chicas, pero todo el mundo es educado, alegre y quiere pasarlo bien. No me cuesta darme cuenta que no todas las personas son de ambiente liberal. En algunos casos dudo, pero hay claros ejemplos de parejas tradicionales o de personas solas, que no saben nada de las aficiones sexuales de Laura. El dueño de la empresa que ha decorado la casa, por ejemplo. Es un tío de mi edad muy prudente, que mira disimuladamente a todas las chicas, pero le cuesta empezar a hablar con ellas. Ni siquiera sabe lo que hay en la sala de el sótano. Lleva toda la semana metido en esta casa amueblandola, pero Laura le dijo que iba a montar una zona de almacén abajo y no le ha permitido bajar. Laura se ha vestido para la cena de corto, con una minifalda negra y una blusa blanca. Y zapatos de tacón . Estoy empezando a amar los zapatos de Laura. Quizá me esté volviendo fetichista…
La cena es bastante breve y después tenemos un momento para hablar unos con otros tomando algo. En ese momento yo le comento a Laura lo que me ha pasado antes con Jaime. Advierto cierta cara de fastidio en ella y hay un momento en el que piensa, sin decir nada. Después me cuenta que Jaime, a pesar de ser una magnífica persona, no es un buen amo, que es más sádico que otra cosa y que siempre busca entre sus alumnas a la más desprotegida para actuar. Siempre después de dejar de ser profesor suyo, para evitar problemas en el trabajo. Pero no desperdicia la ocasión de instruirme en lo que ella cree que es la dominación.
-. La maestría del Dominante se observa en el crecimiento y perfeccionamiento del ser sumiso, sin destruir su esencia, mientras se lleva a cabo la transformación, desde los tiempos de el marqués de Sade. Jaime ha destruido la esencia de muchas chicas. Conmigo no pudo, porque cuando yo le conocí, ya tenía claro mi rol.
-. Tengo que preguntarte algo. ¿ Deseas en mí, un sumiso?. Lo que quieres o lo que te gustaría, ¿ es iniciarme?, ¿ transformarme?.
Laura me mira atenta. No puede evitar que yo vea el deseo que se enciende en su mirada. Ha aparecido esa luz, esa bella luz negra en sus ojos. Se mueve bailando muy despacio a los lados desde lo alto de sus tacones, elevando a un lado y otro las caderas. Me acaricia la cara sonriente. Esa sonrisa me derrite por completo. Da dos palmadas en mi mejilla con la mano despacio, a la vez que se muerde el labio inferior.
-. Aitor, necesito dejar pasar el día de mañana antes de hablar de todo esto. Por eso te he dejado solo abajo con ellas. Necesito sentirme libre mañana por la noche, para poder aprovechar la fiesta. Es lo que deseo. Mañana cuando termine todo, si quieres vendremos los dos a esta casa. Tú y yo sólos. Lo que empiece en ese momento solo depende de lo que seamos capaces de compartir. Pero no me hagas esto…
-. No quería ponerte en esa situación. Lo que pasa, es que estoy nervioso e inseguro y yo no soy así. Me has abierto una ventana que me está enseñando un mundo que no sabía que existía y estoy perdido.
-. Quiero que te vayas ahora a tu apartamento.
-. Está bien. Lo entiendo. Tú, ¿vas a quedarte sola aquí?.
-. Aitor, ve, por favor. Cuando termine la fiesta de mañana, podremos hablar… me sentiré más libre de hacerlo.
Y sin más, me he ido. He bajado al garage después de despedirme de todos y al llegar a mi coche me he quedado mirando la puerta que custodia la sala de torturas. He pensado en los gestos y la actitud de Amanda mientras hemos estado juntos antes, dentro con las chicas. Todo lo que he recordado me hacía ponerme cachondo, pero a la vez soy incapaz de no pensar que puede que esta noche, la sala que está detrás de esa puerta no esté vacía. Laura ha evitado responderme si esta noche, estará sola. Arriba ahora quedaban quince personas y no me cuesta pensar que cualquiera de ellas ha podido acostarse antes de hoy con ella. Tengo la certeza que al menos cuatro lo han hecho. Las chicas, Jaime y Carlos, porque sí, Carlos en la primera fiesta de Laura en “ el Laboratorio” estuvo con ella. Ese fue el primer día que apareció Amanda en la vida de ella y yo creo que cada vez, es más Amanda la que domina la vida de Laura, a pesar de que la mayoría del tiempo, ella es Laura. Es este preciso momento, en el instante de darme cuenta que Amanda toma cada vez más el timón, cuando me doy cuenta de que si mi deseo es estar con Laura, deberé aliarme con Amanda. Intento no pensar en todas las personas que hay encima de mí, follándose a la persona que amo y escribo un mensaje antes de salir con el coche del garage. < Falta una mazmorra en la sala. Mañana nos vemos. Disfruta de la velada. >. Envío el mensaje y me voy.
He apagado el teléfono. No quiero saber si élla responde al mensaje o no. Al llegar a mi casa he colgado el traje que me ha regalado Jaime en el armario y me he tomado dos dedos de ron de caña sólo, mirando por la ventana. La noche ha conquistado la ciudad este jueves de final de primavera. Algunas personas se mueven en coche de un lado a otro, pero hay demasiada poca actividad para la noche fantástica que hace. Estoy nervioso. Estoy enfadado. Lo que quería yo hoy era dormir con ella. A pesar de que asumo que lo mejor es ir a la fiesta sin cambiar antes la relación que nos une, para poder hablar mucho más tranquilos después, siento una opresión en el pecho y los latidos de mi corazón estampan en el cerebro. Estará ella ahora en la sala y yo aquí solo comiéndome la cabeza. Miro en frente, dos edificios más lejos y tres hacia la avenida, está el apartamento de Blanca. Mañana será Sara en la fiesta y provocará los orgasmos más intensos de sus vidas a hombres y mujeres. Eva y yo la visitaremos para hacerlo entre los dos en el cuerpo de Eva. Hago un repaso a mis orgasmos desde que estuve en esa maldita fiesta. A pesar de que desde que despertó mi sexualidad, este ha sido el año que menos relaciones he tenido y que menos veces me he masturbado, cualquiera de esos orgasmos ha sido más intenso y gratificante que el mejor de los anteriores.
Después de la fiesta, de Blanca y de Nina hubo meses enteros en los que ni eso, ni me masturbaba. Hasta que ella volvió buscándome y me rescató. Los orgasmos del hotel, todos… al enseñarme la casa y hoy con Eva y Julia. Todos han sido inmensos, brutales, pero ni pensando detenidamente en esos momentos soy capaz de cambiar de registro. Solo puedo pensar en Amanda en la sala ahora con alguien. Pienso que no estaría con Julia, porque para ellas el día importante es mañana y entonces tampoco podría estar con Eva. Eva teme a Amanda y solo estaría con ella si está también Julia. Entonces, podría estar con Carlos. Lo dudo porque nunca he notado que haya atracción entre ellos a pesar de que en la fiesta él, era el perro de Ágata y Amanda adora a esos perros. Pienso también que puede estar con Jaime y Gloria aunque no creo que les guste compartir las sesiones y en ese caso veo más probable que Jaime le haya cedido su nuevo juguete, Gloria, a Amanda. No sé si someter a la sumisa de su anterior pareja le excitaría a ella, pero creo que no. Me meto en la cama para engañarme pensando que podré dormir algo. Cinco horas después de romperme la cabeza continuamente, haciéndome mucho daño, muchísimo, llego a una conclusión. Laura y Amanda son mi vida y todo lo que deseo ahora mismo. Lo son las dos, cada una en su faceta. Y una sin la otra no son nada, por lo tanto; si he de amar a las dos, también he de respetar y fomentar sus fantasías. Las de las dos. En la habitación privada de “ El Laboratorio” cuando la fiesta estaba terminando ella era Laura y me entregó algo que no le había dado a nadie. De pronto, duermo.
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Cama Redonda. +18
General Fiction+18. Bienvenidos a la fiesta swinger más extrema de la que vais a oír hablar nunca. Cualquier cosa que escondas en lo más profundo de tus deseos, cabe en esta fiesta.