Y nos despertamos casi doce horas más tarde, yo antes que ella y lo primero que hice fue mirar el cuerpo de Laura. Estaba completamente desnuda sobre el colchón. Busqué con ansia en su piel una imperfección, una cicatriz o marca de nacimiento sin hallarla. Tampoco ninguna rojez o señal que indicara el sexo del día anterior, nada. Miré sus pechos que me parecieron más perfectos que nunca. Todo en ella me parecía perfecto, síntoma del filtro que ejercía mi mente, sin duda.
Comprendí en ese momento que estaba enamorado locamente de Laura. Pensé un instante en ese concepto, porque al pensar en Laura, Amanda llamaba con fuerza a mis pensamientos. La parte más atrevida, la más obscena de ella, también me atraía poderosamente. Pero era la personalidad de Laura, su forma de ser tierna y amable la que completaba a la perfección su físico, su estilo, su Inteligencia… todo lo que me había enamorado de ella. Se lo susurré sin despertarla: “ Te quiero”.
Empecé a besar su piel. Ella despertó poco antes de que mi boca llegara a su pubis en ese recorrido. Laura estaba tumbada boca arriba y sencillamente me miró a los ojos sonriendo a la vez que sus piernas se abrían dejándome el camino libre para llegar a su deseo y a su placer en mi camino. Besé con paciencia esa zona dedicándome con esmero a ser delicado y sutil.
Al principio más superficialmente, pero poco a poco centrándome con determinación en la zona más delicada. Cuando advertí su humedad la rimé con la de mi lengua recorriendo sus labios que se ofrecían al contacto abriéndose dóciles. Su vientre comenzaba a tensarse en movimientos lentos y rítmicos de arriba abajo al compás de su respiración, que se endurecía lentamente. No dejaba de mirarme con los ojos muy abiertos y esa sonrisa, la que ahora sé que es la llave de mi felicidad.
Lamí con esmero emborrachándome de su sabor hasta que sus ojos me suplicaron más y entonces escalé por su cuerpo hasta encontrar sus labios con los míos y llenar sus vértices con mi ángulo. Sonreí al sentir ese contacto amable y puro. Obra de la naturaleza, nuestros cuerpos iniciaron el ritual ancestral del amor, nítido y simple. Libre de florituras o exageraciones innecesarias. Solo dos cuerpos unidos por el afán y la ansiedad que brinda la atracción. Leves movimientos sensuales y dos pares de ojos que se hablan de extremo a extremo en frases cortas y sinceras. Te amo. Quiero esto para siempre. Me haces feliz. Me das placer. Te necesito. Quiero hacerte feliz, darte placer y aportarte esto por siempre. Y te necesito. Te amo. Lenguaje universal, a temporal, asexual…
Apenas hubo variaciones, innovaciones o cambios. Yo sobre ella y Laura sobre mí. Besos, sudor y lágrimas. Laura empezó a llorar de felicidad al final, justo antes de su orgasmo, justo al verme llorar a mí de felicidad. Justo al llegar mi orgasmo. Nos quedamos abrazados mucho tiempo sin decir nada ninguno de los dos. Pero de alguna forma estábamos comunicándonos, expresando cada uno nuestras ilusiones y nuestras esperanzas.
El despertar de esa borrachera de amor fue también dulce. Nos levantamos y nos duchamos los dos juntos. Nos vestimos y bajamos al bar a desayunar. Laura me dijo que esa semana tenía que volver a viajar por trabajo, pero que cuando vuelva tendrá un sitio en el que ir los dos a vivir juntos. También me pidió un favor. Me expresó su voluntad de dejar pasar la fiesta de máscaras de este año antes de hacernos a la idea de que vamos a ser pareja. Dijo que tenemos muchas cosas de que hablar y que contarnos antes de que ella pueda sentirse cómoda con esa decisión. Yo entiendo lo que ella quería expresar o al menos eso creí, y llevo toda esta semana pensando en ello, pero solo en la parte que concierne a mí mismo.
Soy consciente de que Laura no sería capaz de emprender una relación convencional con nadie. Ella jamás renunciaría a lo que es y a lo que siente, por nadie y en el fondo me está pidiendo a mí lo mismo. Y yo medito sobre mis motivaciones más sexuales y más perversas profundamente. Creo que toda la vida he sentido que cuando alguien se une sentimentalmente a otra persona tiene que acallar las ansias por aquellas atracciones que no impliquen a la otra parte. Alguien puede comentar que cierta persona o alguna situación le parece erótica, pero no suele suceder que eso vaya más allá, que su pareja le incite a liberar esa tentación y a disfrutarla plenamente.
Nadie llega a casa una tarde de la oficina y le dice a su marido que ha empezado a trabajar con ella, un chico nuevo que la excita y su marido le invita a que lo traiga a casa a cenar para ver si es recíproco y así ella puede cumplir la fantasía de tener sexo con ese chico mientras su marido les prepara un refrigerio a los dos para cuando terminen. Aunque pienso que eso puede ser la mejor herramienta para que algunas relaciones funcionen y sean plenas.
Sí, recapacito sobre ello y me retraigo a la mañana que desperté en la cama de la suite con Laura. Esa vez ha sido de toda mi vida, la vez que más feliz he sido haciendo el amor. Lo que más deseo en el mundo es que esa sensación nunca cambie y que Laura esté así siempre a mi lado. Pero mentiría si dijera que lo que viví el día anterior para mí podría haber sido un sueño que jamás podría haber hecho realidad.
Eva… Julia.. Vivir de esa forma el sexo tampoco es algo baladí. Si no, que cualquiera que lea estas líneas, que trate de pensar en esa persona que ha conseguido con su sola presencia llevarla al universo del deseo y la seducción. Si esa, la que más, real o ficticia. Que se vea con ella en ese entorno en el que siempre ha soñado con tener sexo y que jamás ha podido hacerlo y que imagine la escena más morbosa que le ha despertado una noche completamente excitado y entonces, que piense que se cumple con todos los adornos y atributos. Eso es lo que pasó el día anterior en la suite del Hilton. Eva es mi sueño erótico, mi fantasía sexual más potente. Por su cuerpo y por su estilo, por su sensualidad y su forma de insinuarse. Verla volar hasta el punto de perder el control y más aún, que el percutor de su vuelo fuera yo ofreciéndola mi sexo y ayudado por Julia, un cañón de mujer y por Laura, que es todo lo que quiero… Me supera completamente ese pensamiento y le doy alas a esa idea.
En definitiva, solo he llegado a una conclusión y es que amo a Laura, que la deseo y que quiero compartir con ella mi vida. Y que si vivir nuestras fantasías en paralelo va a formar parte de esa ecuación, mejor que mejor. Desde el día que estuvimos en el hotel, tengo contacto con Eva y con Julia. Hablamos a diario de nuestras vidas y hemos empezado a conocerlas y a mostrarlas. Eva es modelo de una agencia nacional y tiene pareja desde que era adolescente. Le ha ocultado a ese chico, todo lo referente a aquella fiesta, a Laura y a mí. Ella dice que quiere a su novio, pero que es muy inocente y que además casi nunca pueden estar juntos por su trabajo. Eva me ha confesado que yo he sido el segundo hombre de su vida si no cuentan los que estuvieron en la sala oscura con ella. También me ha confesado que este año entrara en esa sala, pero más tarde de la hora oscura.
Julia es representante de valores en alza, artistas, influencers y famosos varios. Ella no ha tenido pareja desde los dieciocho años y mantiene contactos regulares con al menos tres hombres, pero lo que más ansía Julia es ser sometida por Laura. Me ha dicho que desde muy joven siempre ha querido iniciarse en el mundo BSDM como sumisa y masoquista. Creo que he traspasado una frontera con ellas y que empieza a haber una relación de amistad que se está convirtiendo en más importante que la que nos ha unido hasta hoy.
ESTÁS LEYENDO
Cama Redonda. +18
General Fiction+18. Bienvenidos a la fiesta swinger más extrema de la que vais a oír hablar nunca. Cualquier cosa que escondas en lo más profundo de tus deseos, cabe en esta fiesta.