Propiciando una fantasía de Eva.

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Me sorprende cuando al entrar, el taxista solo ha preguntado si vamos a “El Laboratorio”. Es algo tarde, las once y cuarto y puede que este sea ya su segunda carrera con el mismo destino. La ropa de Eva tampoco es una pista falsa. No deja dudas que a misa, no vamos claro. Además, quizá este sea uno de los taxis que la organización tiene contratados para devolver a los asistentes a su casa al terminar la velada. El taxista ha girado el espejo interior apuntándolo al techo, para que nos sintamos más cómodos al no estar siendo observados por él. Eva ha puesto una mano suya cerca de mi ingle, sobre mi muslo y me ha preguntado si tengo muchas ganas de ver a Amanda. Yo he confesado que sí, que estoy ansioso por todo lo que deberemos vivir esta noche, todos nosotros.

Nos hemos convertido en una pequeña familia los cuatro, de alguna manera. Hemos hablado también, recordando cosas que ocurrieron el año pasado. Eva tiene ganas de volver a la sala oscura, pero esta vez irá sola porque Julia estará ocupada sufriendo las torturas de Amanda. También me ha preguntado a mí, que es lo que más deseo experimentar en la fiesta de hoy. La respuesta, fácil no es. Tampoco sé expresarlo bien. Pero lo que más intriga me despierta, es estudiar mis emociones al volver a ver a Amanda en plena acción. Lo que más voy a experimentar son mis sentimientos y no tanto mis sentidos o mis sensaciones. El mar, al lado de esta carretera que nos lleva a todo ese universo, es una manta negra en la que algunos puntos de luz diminutos, delatan la presencia de algunos barcos. Yo estoy de camino a un océano mucho más oscuro, en el que deberé buscar e identificar los pequeños puntos de luz que revelen el sentido de mi destino. Aprenderé en esa búsqueda más de mí. Sin duda, sin ninguna duda. Y disfrutaré haciéndolo, eso también. Puede que me haga más daño en ese viaje. Este año ha estado repleto de situaciones en las que me he hecho mucho daño a mí mismo, pero me siento más evolucionado, más completo que antes de aquella fecha de hace un año.

El taxi gira hacia la derecha y reduce la velocidad. Vuelve a girar y se detiene lejos de otro taxi que nos precede. Estamos en el destino. Eva y yo nos colocamos las máscaras.  Dos frases breves y un monosílabo. “ ¿Estás bien?. “, “ Perfecta.  Y tu, ¿ Estás bien? “. “ Sí”. Bajo. Ayudo a Eva a bajar. Subimos cuatro escaleras y entramos.

Tras el protocolo de pulseras y taquillas vamos al bar. Pedimos los dos champán y observamos la gente que hay. No son ni las doce aún. Beso a Eva con muchas ganas, con pasión, mientras con dos dedos pellizco uno de sus pezones, que asoma del body a través de esos dos maliciosos agujeros. Los dos estamos muy ansiosos por lo que nos espera. Decidimos dar una vuelta a toda la casa antes de empezar a experimentar, para tomarnos todo con más paciencia, para calentar al máximo muestras fantasías antes de empezar a ejecutarlas. En el mismo bar ya hay varias personas que acaban de llegar a la fiesta y están dando rienda suelta a las suyas. Antes de salir nosotros del bar, ya había dos intercambios de parejas follando en la barra, dos mujeres que se estaban comiendo en un sofá y un osito de rodillas en el suelo, lamiendo la polla de un hombre que abrazaba a su mujer como si nada estuviera pasando debajo de su cintura. En el distribuidor, la sala principal donde está la cama redonda de esta casa, hay mucha acción ya. En la propia cama hay tres parejas enredadas en un acto sexual muy duro, con mucha acción, en el que todos van cambiando de pareja sexual o compartiéndola. Arriba en las barandillas del piso superior hay unas diez personas. Algunas solo observan lo que ocurre abajo, pero otras llevan más lejos sus perversiones. Una de esas personas es Nina. Está apoyada en la barandilla mientras un hombre le está follando desde atrás. Tras ese hombre hay una fila de cuatro o cinco más, que esperan su turno para correrse dentro de Nina, mientras se masturban. El primero de esa fila tarda menos de dos minutos en hacerlo. Nina me ve en ese momento y me saluda desde arriba con una expresión de mucho placer en la cara. El siguiente tampoco tarda nada en correrse y Nina ya tiene al siguiente embistiéndola muy duro. En la cama redonda, las tres mujeres se han puesto de rodillas y delante de ellas, los tres hombres se van turnando en follar sus bocas. Cuando el primero de ellos sujeta fuerte la cabeza de la mujer que tiene delante y le mete la polla hasta el fondo para correrse, los otros dos terminan igual al instante, cada uno, en una de las otras mujeres. Se limpian, salen de la cama, se saludan y continúan cada pareja por su lado. Algunos se visten y otros no. Eva y yo empezamos a recorrer los pasillos. Nada más empezar a recorrer el primer pasillo nos encontramos de frente con dos chicas flores. Llevan su ropa interior blanca y la pulsera del mismo color. Una de ellas es preciosa, muchísimo más que la otra. Cualquiera de las flores de esta fiesta podría desfilar en la pasarela, pero esta en especial es una auténtica belleza, alta y esbelta, de piel tostada y pechos duros, no muy grandes. Bajo su máscara con plumas, parecida a la de Eva, asoman dos ojos grandes de color marrón oscuro, casi negro. Tiene el pelo también muy oscuro, peinado con una coleta baja. Eva la mira con deseo y yo paro a su lado saludándole amable.

-. Hola. Nos llamamos Eva y Aitor. Sois preciosas.

-. Hola, (dice la de los ojos azules) somos Katia y Karina. Gracias por el cumplido.

-. En realidad no es un cumplido, es la verdad. A Eva y a mí nos atraen mucho vuestros cuerpos. Me encantaría veros mejor…

Las dos se han mirado nerviosas, sonrientes. Pero enseguida se han desabrochado los sujetadores para enseñarnos los pechos. Los de Karina me vuelven loco de verdad. Son perfectos, duros, redondos y brillantes. Están coronados por dos pequeños pezones abultados. Eva hace un gesto con la cara hacia ellas, como si pidiera permiso y ante la sonrisa de las dos, palpa esos pechos de ninfas, delicadamente. Karina me invita a tocar también y yo pellizco un poco y de forma suave uno de sus pezones, que se erizan al instante. Después coloco la palma de la mano sobre esa teta y acaricio con delicadeza. Repito la operación sobre los pechos de Katia. Karina me besa mientras y Katia se besa con Eva. Están nerviosas y eso me encanta. Miro a Eva que asiente.

-. Verás, Karina. Nos gustas mucho a Eva y a mí. Más tarde queremos hacer algo especial, donde quiero que Eva reciba mucho placer. Y queremos que tú, estés entre las personas que le demos todo ese placer que ella se merece. ¿ Te gustaría?.

Ellas vuelven a mirarse antes de que Karina acepte. No veo frustración en la cara de Katia, así que me ahorro invitarla a ella. No me importaría, la verdad, pero es la fantasía de Eva y quiero que sea ella quien elija a los que vamos a follarla. Quedamos con ella para más tarde y seguimos andando.

Cama Redonda. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora