Más de media hora después me levanto de la hierba. Las chicas lesbianas ya se han ido y estarán terminando lo que hacían detrás de cualquier furgoneta o en el portal de una de ellas. Las madres con sus niños han ido ya a atender las cenas y las tareas rutinarias de sus casas. Apenas hay gente ya en el lago.
Empiezo a andar para ir acercándome a mi barrio, pero hace calor y tengo sed. Compro una botella de agua en un quiosco y me siento a beberla en un banco mirando el atardecer de este final de primavera. Una voz a mi espalda, me saca de mis pensamientos.
–. Estoy preocupada. Tengo una amistad en la organización y me ha dicho que aún ni has aceptado ser socio, ni has confirmado si vas a acudir a la fiesta de las máscaras de “El Laboratorio”.
Sobresalto, preocupación y miedo. La voz que ha aparecido detrás de mí, me ha producido un buen sobresalto, porque yo estaba inmerso en mi mierda, en mis pensamientos más miserables, tratando de estudiar mi vida sin exponer ante mi mismo, justificaciones o escusas baratas. Ha sido como cuando de niño estás haciendo algo que sabes que no está bien y te concentras tanto en ello que pierdes la visión del entorno y de pronto alguien te sorprende en mitad de tu fechoría.
Preocupación porque alguien me ha reconocido de El Laboratorio “y además sabe que no he contactado con ellos. No es que yo tenga nada que esconder en ese sentido. No le he fallado a nadie por haber ido a esa fiesta en aquel momento y nunca me he avergonzado de la forma en la que he vivido mi sexualidad. Pero es tan diferente este lago de aquella fiesta, que me ha causado incertidumbre que alguien ajeno me haya relacionado.
Y miedo. Miedo a las obsesiones. Esa voz me ha traído a una persona a la cabeza y es la cuarta vez que eso ocurre en un par de horas. Una de las madres que ha jugado con su bebé antes delante de mí, tenía el pelo con los mismos reflejos dorados que Laura. He estado observándola hasta que he podido ver de cerca su cara para saber que no era ella, pero después una de las chicas que se amaban sobre la hierba también me ha parecido que podía ser ella al principio, a pesar de que eran dos crías de menos de dieciocho años. La mujer que se alejaba de mí con los culotes de color arena, también. Esa mujer podía haber sido perfectamente Laura porque no solo su culo me ha recordado a ella, además de eso su forma de andar, su altura, todo en ella me ha recordado a Amanda, a Laura. Y estoy empezando a tener miedo de estar obsesionado.
Laura se fue huyendo de mí. Jamás volverá y eso es algo que tengo que superar. Por eso no he confirmado si iré a la fiesta, porque no quiero ir solo por buscarla allí, pero además si ella está, yo no quiero que se vuelva a ver jamás presionada por mi presencia, la cual ella ha evitado durante casi un año. Saco de mi mente esa obsesión de que la voz sea de ella y contesto neutro, sin mirar hacia detrás.
–. Eso es una cosa que a mí me preocupa entre poco y nada. Nada en esa fiesta cambia o puede cambiar de forma importante mi vida.
–. Entonces, ¿no te espero justo antes de terminar la fiesta en una habitación privada?.
Cuando fui con Laura a esa habitación antes de terminar la fiesta del año pasado, no quedaba casi nadie en la casa. Dudo que alguien nos viera entrar, y estoy seguro de que nadie nos vio salir. Ahora sí que me giro para saber quién tiene esa información.
No doy crédito. La mujer de los culotes y el top color arena es ella.
–. Vaya. Cuanto tiempo sin saber de ti… -. Hay veces que el tiempo es una herramienta.
–. O un arma. Un arma demoledora. -. Lo dices como si alguien la hubiera usado sobre ti.
–. Podría ser… ¿ Dónde has estado?. -. Usando ese tiempo. Me gustaría hablar contigo sin sentir que quieres matarme, pero creo que tu reacción es justa. Te dije que te llamaría en unos días, aunque no pensaba que iban a ser tantos. Pero ha tenido que ser así. Tuve que salir de la ciudad y empecé con un proyecto lejos de aquí que no he podido dejar hasta ahora. Lo primero que he hecho al volver ha sido buscarte.
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Cama Redonda. +18
General Fiction+18. Bienvenidos a la fiesta swinger más extrema de la que vais a oír hablar nunca. Cualquier cosa que escondas en lo más profundo de tus deseos, cabe en esta fiesta.